El cambio climático nos pone de nuevo un reto: seguir trabajando aquí en México junto con el gobierno para transformar los sistemas en el sur-sureste, para que puedan alimentar al país y así alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible mediante la instrumentación de la Agenda 20/30.
“El reloj está corriendo. No tenemos excusas. Da miedo, mucho miedo, pero nos alistamos. El ejército de luchadores contra el hambre del CIMMYT, estamos listos para encarar este reto que tenemos enfrente. Juntos podemos crear un futuro mejor y alimentar al mundo”, afirmó el doctor Bram Govaerts, director del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo.
En la ceremonia Agricultura para la Paz, que tuvo lugar en la Estación Experimental de Metepec del Centro, que desde hoy lleva el nombre del doctor Sanjaya Rajaram, nacionalizado mexicano, por sus aportaciones al mundo, el director del CIMMYT, dijo que este Centro tiene contundente respuesta para evitar una catástrofe humanitaria en muchos países del mundo.
“Es por eso que con el invaluable respaldo del gobierno de México, respondemos con el llamado de la Agricultura para la Paz, para buscar movilizar recursos humanos e investigación del sector agroalimentario para acelerar la transformación hacia la resiliencia y la sustentabilidad que sea la base para la comunidad y contar con sociedades más pacíficas, más prosperas”.
Del trabajo que el CIMMYT desarrolla en el mismo México para el mundo, comento que “en conjunto con miles de agricultores hemos podido impactar en la vida de muchos productores. Millones a nivel global y miles a nivel nacional, no solo con semillas de maíz y trigo sino hoy también con sorgo y otros cultivos”.
Tenemos potencial reunido en Metepec, en el Estado de México, el potencial de alimentar al mundo; pero con potencial no se alimenta a nadie. “Es nuestra responsabilidad hoy de generar las acciones de colaboración inmediatas para transformar nuestro potencial en resultados contundentes”.
Luego expresó: “Parece un reto titánico que no se puede lograr; pero ya lo dijimos antes: no tenemos excusas. El doctor Norman E. Borloug ya lo hizo hace 50 años y nosotros estamos parados en los hombros de gente grande: los doctores Borloug y Sanjaya Rajaram y muchos otros”.
¡Por supuesto que sí podemos¡. “Y el reloj está corriendo. Da miedo, mucho miedo, el día que nos alistamos. Este es el equipo, no hay otro. Somos nosotros que tenemos que organizarnos para que haya los alimentos hoy y mañana”.
Afirmó: El ejército de luchadores contra el hambre del CIMMYT, estamos listos para encarar este reto que tenemos enfrente y de la mano de cada uno de ustedes. Juntos podemos crear un futuro mejor, juntos podemos alimentar el mundo. Juntos podemos crear agricultura para la paz. Juntos podemos transformar el potencial para un futuro mejor, un futuro de paz, prosperidad y empoderamiento”.
CIENTIFICO DE GRAN VISIÓN
En su oportunidad, el titular de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, quien conoció personalmente al doctor Sanjaya Rajaram “amigo entrañable, quien trabajó por más de 33 años en el CIMMYT”, como científico de gran visión.
Comentó que se estima que las variedades de trigo desarrolladas por el doctor Rajaram “han permitido la producción de cosechas por más de 200 millones de toneladas de trigo en todo el mundo”.
Refirió además que las variedades derivadas de la investigación de CIMMYT y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Áridas (ICARDA), se siembran hoy en día en más de 100 millones de hectáreas, casi dos tercios de la superficie sembrada de trigo por variedades comerciales en el mundo y que generan anualmente, más o menos por el orden de 3 mil 800 millones de dólares.
Del homenajeado, quien perdió la vida a consecuencia del Covid-19 el año pasado, recibió muchos reconocimientos como el Premio Mundial de la Alimentación en 2014, por desarrollar 480 variedades de trigo de alto rendimiento y calidad que se adaptaron y producen en 51 países del orbe, dijo el titular de la SADER.
Del CIMMYT, que opera en México desde hace 55 años, se le considera el centro de investigación de mayor envergadura a nivel mundial. “Es resultado de uno de los más exitosos programas de colaboración bilateral entre México y Estados Unidos y uno de los logros importantes y meritorios del Premio Nobel de la Paz, Norman E. Borloug, su fundador”, dijo Víctor Villalobos.
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