“Se ve muy complicado que México reduzca la importación de maíz procedente de Estados Unidos. Lejos de disminuir las compras al extranjero, el país cada vez depende más de ellas. En los primeros 6 meses de este año, las importaciones llegaron a los 3 mil 229 millones de dólares”, indicó la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UNFFAAC).
Luis Eduardo González Cepeda, presidente de la UNFFAAC, indicó que, según cifras del Sistema de Información Económica del Banco de México, son 437 millones de dólares más si se comparan con los 2 mil 792 millones de dólares que se importaron de maíz en el mismo periodo de 2022.
El escenario se complicó más con la reciente decisión de Canadá de sumarse a EU en el panel de controversias bajo el T-MEC contra la decisión de México al prohibir el maíz transgénico, pues afirma que las restricciones carecen de base científica y afectan el comercio.
González Cepeda explicó que de reducirse la importación de maíz transgénico de Estados Unidos se dañará la economía nacional y se afectará gravemente el bolsillo de todos los mexicanos, porque ese grano es el insumo principal de productores ganaderos y avícolas.
Esto ocasionará que todos los alimentos aumenten de precio en primera instancia, carne de res, de cerdo, pollo, huevo, leche y sus derivados.
En entrevista, el especialista en protección de cultivos dijo que “la postura ideológica del ala radical de la administración federal es el mayor obstáculo para el desarrollo del sector rural del país, porque lejos de impulsar el desarrollo de la ciencia para incrementar la productividad, enarbolan banderas que no tienen nada que ver con el desarrollo científico y sí con ideales que quedaron rebasados hace más de 20 años.
Señaló como ejemplo también la oposición que ejercen contra el glifosato, sin tener en cuenta que estudios recientes realizados en Europa, determinaron que este herbicida no representa ningún riesgo para la salud; es decir, no es cancerígeno.
Glifosato, herramienta tecnológica
“Y el ala radical, porque no es todo el gobierno, tomó al glifosato como bandera, lo ligó al maíz transgénico. No les importó que es una herramienta tecnológica que actualmente ayuda a los campesinos y es el herbicida más eficiente que se tiene hasta el momento”, dijo.
En su opinión, el decreto emitido por el gobierno federal puso contra la pared a todas las ramas productivas, porque no solo se tendrá que importar más maíz, ya que parte de la producción de maíz blanco se tendrá que destinar a la industria pecuaria, sino que además sin el glifosato los cultivos podrían bajar su productividad hasta en un 40 por ciento, debido a que no se podrán combatir las malezas que los dañan.
Además con esta medida, como ya sucede actualmente, por falta de vigilancia de las autoridades responsables aumentará el tráfico de productos agrícolas ilegales en el mercado, con los consecuentes riesgos a la salud humana, medio ambiente y producción agrícola.
Ante esto, consideró el ingeniero González Cepeda que el decreto que prohibirá el uso del glifosato a principios del próximo año debe modificarse.
“El gobierno debe tomar conciencia de que esta herramienta es de suma importancia no solo para la producción extensiva del grano como se hace en Sinaloa y otras regiones del norte y centro del país, sino para la siembra de autoconsumo y regional del sureste de la República”, dijo el presidente de la UMFFAAAC.