| Por Tania Avilés | El Sol de México|
Ciudad de México.- La cita era a las 6 de la tarde,sin embargo, mucho antes de la hora establecida, ya podíanobservarse jóvenes desfilando con sus gorros verde amarillo yrojo, con dread locks hasta la cintura, con playeras de Bob Marley;un verdadero ambiente Jamaiquino se percibía en los alrededoresdel Pepsi Center WTC. Los Cafres, de Argentina, eran la bandamás esperada, pero no la única, el cartel del Reggae Land eraprometedor, e incluía también a más bandas sudamericanas ynacionales.
Pasadas las 18 horas, vestido de mezclilla y conrastas, Diego R. Soraiz, de Real Stylo fue el primero en subir alescenario, para apaciguar a los más puntuales, que ya estabanansiosos por escuchar reggae, la música empezó a sonar, la nocheapenas comenzaba y el recinto poco a poco se llenaba. Directo dePanamá, llegó el turno de Cellula, quienes pusieron buen ambienteen el lugar, con sus su fusión de Rock, Pop y Ritmos Latinos conletras motivadoras.
Ojo de Buey, otra de las bandas ya posicionadas en laescena del reggae y quien toma su nombre de una semilla de CostaRica, de donde son originarios, pusieron más ambiente a estafiesta, con sus ritmos afro-caribeños, y el mensaje positivo desus letras. El talento nacional también se hizo presente, laagrupación tapatía Golden Ganga,impregno la noche con suesencia, y sus matices de otros ritmos como hip-hop, ska, rock,funk, bossa, latín.
El DJ Tepexicupan, amenizó la velada, para despuésdar la bienvenida a la banda más emblemática del reggae nacional,Los Rastrillos, quienes aparecieron a las 21:23 horas, comandadospor su vocalista Gerardo Pimentel, mejor conocido como “Zopi”.Los músicos eligieron “Nejua” para iniciar y con unaselección de 10 canciones que hicieron bailar a todos losasistentes,que corearon canciones como:“Colores”, “No jueguescon Fuego”,“Música” o “Pendejo”, que fue la rola quemás prendió, incluso a sus integrantes , quienes hicieron unabreve coreografía sobre escenario, al tiempo que en las dospantallas laterales del mismo, pudieron observarse imágenes dealgunos personajes de la política, cerrando su participación conun tema que puso de buen humor a todos, “Balù”.
Para ese momento el recinto de la Colonia Nápoleslucía abarrotado y la espera para ver a los Cafres estaba porterminar; el grito de “Cafres, Cafres”, retumbaba por todo ellugar. Finalmente a las 22:45 horas, apareció la agrupaciónargentina sin su vocalista;interpretando un pequeño popurrí devarios de sus éxitos. Cuatro minutos más tarde, vistiendo unpantalón negro y camisa a cuadros, saltó a la tarima GuillermoBonneto, “Muy Buenas noches”, dijo, generando la algarabía delaforo en su totalidad.
“Sin Semilla”, “La Música”, “Oxigeno” y“Velas y Sahumerios”, fueron las canciones con las queiniciaron su show, siguiendo con “Barrilete”, “Zapata”,“Hace falta”, “De Mi Mente”.“¿Cómo la estánpasando?”, preguntó el vocalista, “Nosotros súper bien,¿Qué más podemos pedir?”, dijo a los asistentes, quienes nopararon de bailar y corear sus temas. Finalizando así la primeraintervención de la banda que desapareció del escenario unosinstantes.
Luego de un breve respiro,pero con la energía quelos caracteriza, regresaron para tocar sus más grandes éxitos.“Waiting en Vano”, “Aire”, (siendo la más coreada),“TusOjos”, “Capitán Pelusa”, “Si el Amor Se Cae” o“Casi Que Me Pierdo”, al tiempo que Guillermo Bonettointeractuó con el público, a quienes puso a mover los brazos ycantar algunos coros coordinadamente como si estuviera dirigiendouna orquesta, “Siempre es un privilegio estar acá”, afirmó,para tocar, “La Receta”, tema con el que luego de una horay cincuenta minutos, la agrupación sudamericana culminó una grannoche de reggae que deleito a sus seguidores capitalinos.
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