Avenida Masaryk, una de las 50 calles comerciales más caras del mundo, ha sido testigo del cierre de 32 de sus comercios este año tras la afectación económica que causó la pandemia por Covid-19.
El exclusivo corredor en Polanco, dentro de la alcaldía Miguel Hidalgo, se ha tapizado este 2020 con letreros de se vende o se renta. Raúl Paredes, concejal y presidente de la Comisión de Fomento Económico de la alcaldía, comentó que la crisis sanitaria no sólo afectó a los empresarios mexicanos, también a los trasnacionales en esta zona.
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En entrevista para El Sol de México afirmó que es entendible el cierre, pues el metro cuadrado está en más de 100 dólares y la crisis sanitaria también afectó la economía de este sector.
Confirmó que aproximadamente 32 giros mercantiles han cerrado sus puertas, entre estas tiendas de ropa, tiendas de vestidos de novia y de joyería.
Sin embargo, legalmente este año sólo han cancelado sus licencias dos restaurantes: Winston Churchill y Los Almendros.
De acuerdo con personal de la alcaldía, estos restaurantes son los únicos que han registrado su adiós definitivo, mientras que los comercios que mantienen la cortina cerrada aún tienen activas sus licencias de operación.
Algunos de los que se han ido este año son Antoly Italia y Casa Italia. Ambos inmuebles están a la venta o renta, al menos desde septiembre.
Es una de las avenidas más caras de Latinoamérica y hay empresarios trasnacionales que no están aguantando el impactoRaúl Paredes / Concejal en Alcaldía Miguel Hidalgo
También John Varvatos, Pallizeri, Vasconcelos, Tous, Tiffany, AT&T y Mercedes Benz se cambió a un local mucho más pequeño.
Paredes informó que algunos de los dueños de estos negocios han tenido que negociar descuentos con las personas que arrendan, el congelamiento de renta e incluso renegociaron los pagos con los proveedores.
"Algunos tuvieron que pedir sus créditos de Nacional Financiera o por la vía particular para poder sostener sus negocios, lo impactante es que es una de las avenidas más caras de Latinoamérica y hay empresarios trasnacionales que no están aguantando el impacto de la pandemia", refirió.
Informó que la alcaldía condonó el impuesto del permiso para la colocación de enseres o las instalaciones desmontables en la vía pública, contiguas a restaurantes y cafeterías, pues algunos empresarios pagan hasta 150 mil pesos anuales.
COMENSALES
Además del problema de arrendamiento, Masaryk también resiente las restricciones de horario para restaurantes y negocios no esenciales.
Eduardo Klein, del restaurante Klein's y líder de Yo Amo Polanco, comentó a este diario que desde septiembre han tenido 60 por ciento de comensales, situación que los ha mantenido vigentes. Sin embargo contemplan que el cierre parcial y las restricciones que aún siguen vigentes para los negocios no esenciales dejarán daños económicos marcados.
Aunque Masaryk está llena de anuncios de locales en renta, no se ha quedado desierta. Los vecinos hacen ejercicio, pasean en bicicleta, y también están los comensales, pese a la recomendación del gobierno de la Ciudad de evitar salir ante el aumento de hospitalizaciones.
Al filo de las 13:40 horas, el restaurante Klein's, tenía una mesa ocupada por una familia de cuatro personas, otra con dos amigos y una más con cuatro comensales, todos al aire libre. El equipo de trabajadores portaba cubrebocas y mascarilla de plástico.
Atrás, en el restaurante La Bikina, el mesero Miguel Ángel narró que desde la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas, la clientela ya no asistió de la misma manera como estaban durante el semáforo naranja. “Ha bajado la clientela, creemos que porque ya no pueden tomar después de las 7 y luego ya cerramos a las 10 de la noche”, refirió.