Setenta días pasaron para que el Bosque de San Juan de Aragón reabriera sus puertas, o mejor dicho su puerta, pues parte de las restricciones con las que recibió a sus visitantes es entrar y salir únicamente por la puerta uno, ubicada sobre la avenida Loreto Fabela.
Las 160 hectáreas de este bosque se ubican al oriente de la alcaldía Gustavo A. Madero, la segunda demarcación con mayor cantidad de casos acumulados y muertes por Covid-19, después de Iztapalapa. Quizá por ello esta enorme área verde tuvo una afluencia escasa.
Con el celo de quien realiza una tarea crucial, un policía auxiliar se mantuvo custodiando la entrada al recinto, atento a que nada se colara sin cubreboca, que lo portara de manera correcta, es decir tapando nariz y boca, y que ninguna mascota se escabullera sin correa.
“Los perros que no traen correa no pueden pasar señor, por favor”, le dicho a un hombre que va con su esposa y sus seis perros, tres de los cuales efectivamente no traen correa. Intentan convencer al uniformado, pero no obtuvieron éxito.
Mientras dialogaban un ciclista que no llevaba cubreboca intentó cruzar la puerta uno, pero el policía, siempre a la expectativa, lo frenó y le mostró un mensaje impreso en hojas de papel pegadas en la reja: “durante el semáforo rojo se debe usar cubreboca y guardar sana distancia”.
Contrario a como suele estar en un día cualquiera previo a la emergencia sanitaria, en esta ocasión en el Bosque de San Juan de Aragón fueron escasos los corredores y deportistas. El aspecto era casi fantasmal, por ratos eran más las cuadrillas de mantenimiento que los visitantes.
Muchos de los corredores se colocaban el cubrebocas en el cuello para mitigar la sensación de sofoco. Otros de plano se lo retiraban. En el skatepark un par de jóvenes patinaban sin cubrebocas y sin camiseta, haciéndose videos para las redes sociales.
Todas las áreas de juegos infantiles estuvieron confinadas. Los juegos mecánicos se asemejaban más al decorado de la típica película en la que una tragedia obliga a todo un pueblo a dejar su lugar. Completamente solos, lo mismo que los lagos.
Las restricciones establecidas por la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno capitalino establecen que el horario de operación de este bosque durante el semáforo rojo será de 6:00 a 14:00 horas.
Solo se permitirán las actividades deportivas individuales como correr, andar en bicicleta o ejercitarse. Están prohibidas las reuniones en las palapas y en cualquier zona por tratarse de actividades que podrían generar contagios.
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