Bajo un fuerte dispositivo de seguridad montado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, los 14 detenidos tras la balacera el martes pasado en la zona de Topilejo ingresaron a un anexo de máxima seguridad ubicado en el penal de Santa Martha Acatitla , luego de rendir declaraciones en la Fiscalía Antisecuestro.
Al momento de su detención algunos de los agresores portaban placas colgadas en su cuello con la imagen de ratón, haciendo referencia a Ovidio Guzmán López, por quien el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de cinco millones de dólares a cambio de información que conduzca a su arresto.
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Otro de los detenidos usaba una placa con el rostro de “El Chapo”. En los distintivos se podía leer la leyenda “Fuerzas Especiales” en la parte superior, y en la inferior se podía percibir las siglas “CDS” y “JGL”, lo que confirmaría su pertenencia al Cártel de Sinaloa.
Fue así como se volvió a hablar sobre las operaciones que los herederos del narcoimperio de Guzmán Loera llevan a cabo en la CDMX, aunque su presencia en la capital de la CDMX se remonta a años atrás.
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Desde el 2016, Ovidio y Joaquín Guzmán López, así como Iván Archivado y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijos de “El Chapo” Guzmán, tomaron el control de la facción en el grupo criminal de su padre bajo la célula de “Los Chapitos”. Los cuatro hermanos buscan expandir su imperio en la Ciudad de México.
Nota publicada en La Prensa
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