Scooters, bicis, vans y autos: al menos nueve aplicaciones funcionan en la Ciudad de México como un servicio alterno e incluso en algunas ocasiones complementario a los viajes tradicionales en esta urbe.
La demanda y oferta que han significado estas aplicaciones para quienes a diario transitamos por la ciudad también han causado una serie de roces con vecinos, transportistas y el gobierno capitalino al no contar con un permiso específico y a detalle de la operación.
Es así que lo que representa una solución alternativa para los traslados de último tramo se ha desvirtuado por la ocupación indebida del espacio público. Para las bicicletas sin anclaje y los monopatines eléctricos el tiempo ha terminado. Hoy, según lo previsto, la Secretaría de Movilidad publicará los lineamientos finales de operación con lo que se espera un correcto ordenamiento en la vía de estos sistemas.
Mientras, Semovi seguirá trabajando para regular el cobro en efectivo en Uber así como la regularización del transporte colectivo, atacado por atender aspectos que han olvidado las rutas tradicionales.