Los reportes de violencia contra niñas, niños y adolescentes subieron en 2022, año en que la Procuraduría de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México recibió 644 y comprobó dos de cada 10 casos, cifra menor a la de años anteriores.
En respuesta a una solicitud de información, el Sistema la el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) local indicó que en 2020 recibió 724 reportes de violencia, en 2021 la cifra bajó a 576 y en 2022 creció a 644.
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Mientras en 2020 la Procuraduría comprobó actos de violencia en 35 por ciento de las denuncias de ese año, el porcentaje disminuyó a 28.8 por ciento en 2021 y a 18 por ciento en 2022.
Referente a las 297 denuncias registradas entre enero y el 17 de marzo de 2023, las autoridades constataron violencia en 27, en 193 no hubo tal y 77 están pendientes por resolver.
La directora Ejecutiva de la Procuraduría, Lizzeth del Carmen Hernández Navarro, justificó la disminución de las comprobaciones en 2022 al asegurar que en 82 por ciento de los casos no fue confirmó la agresión.
En entrevista con El Sol de México, la funcionaria comentó que dicho porcentaje es elevado porque incluye denuncias falsas, acusaciones de padres o madres tras una separación o cambios de domicilio, los cuales dificultan la atención.
“(En 82 por ciento de los casos) no hay violencia. Uno: se descarta al detectar que hay una situación de índole familiar, vecinal, de amistad o de padres en conflicto. Dos: los niños, lamentablemente, pudieron haber cambiado de domicilio, ahí tienes un riesgo y deben ser rastreados.
"Tres: no encuentras el domicilio. Cuatro: el factor pobreza. Entre esas es que vas descartando y en muchos de los casos realmente no hay (violencia).
Un caso de pobreza, ejemplificó Hernández Navarro, podría ser cuando vecinos denuncian los gritos de niños presuntamente maltratados, pero las autoridades después corroboran que fue por un baño con agua fría debido a la falta de recursos para pagar gas y no por un acto violento.
De acuerdo con el DIF-CdMx, el incremento de denuncias se debe a la apertura de canales de denuncia, como el del Sistema Unificado de Atención Ciudadana (SUAC), además de que simplificaron los requerimientos para interponerlas, pues anteriormente solicitaba nombres, edades y parentesco del presunto agresor, así como de los menores de edad violentados.
PROTECCIÓN INFANTIL
El DIF-CdMx atiende los reportes con cuatro equipos multidisciplinarios conformados por trabajadores sociales, abogados y psicólogos, quienes visitan los domicilios y dan prioridad a situaciones “muy urgentes”.
Si las autoridades confirman la violencia, elementos del DIF retiran al menor de edad y presentan la investigación a la Fiscalía de Investigación de Delitos Cometidos en Agravio de Niñas, Niños y Adolescentes de la Fiscalía General de Justicia de la capital (FGJ-CDMX), la cual da seguimiento y determina la situación jurídica.
“Todos los días tratamos muchas veces de alargar las horas para estar en condiciones de atender hasta seis reportes por día", aseguró Hernández Navarro, tras asegurar que no hay rezago en investigaciones de años anteriores
Los apoyos que brinda el DIF van desde brindar un espacio de esparcimiento, apoyo alimentario, vestido, escuela y servicio de salud.
PREVENCIÓN DE ATENTADOS
El coordinador de posgrados de la Facultad de Humanidades de la Universidad La Salle, Emiliano Villavicencio Trejo, consideró que hay riesgo de que los menores de edad atenten contra su vida si los casos no son atendidos con prontitud.
“Niños de siete y ocho años comienzan a atentar contra su vida, a cortarse, por estar en un ambiente no adecuado. Es un trastorno que está presente.
"Es atender la estabilidad emocional, pues si no se le atiende de manera temprana y adecuada, en los próximos 10 o 15 años estos niños serán jóvenes con un estado emocional dependiente, depresivo y no adecuado mentalmente”, mencionó el especialista de La Salle.
Señaló que el DIF debe de robustecerse para una mejor atención, pues el número de casos de violencia comprobado es muy bajo y el de denuncias va al alza.
“Los niveles de estrés e irritabilidad son altos, porque la pandemia trajo un cambio en la dinámica familiar, que agravó o agudizó los problemas de comunicación en la familia. El hecho de haber regresado a la ‘normalidad’ no significa que en automático esas situaciones se resuelvan", dijo el especialista.
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“Además, la pandemia trajo que el empleo y la economía se precarizara, pues en algunas familias de cierto estatus económico tuvieron que trabajar los dos cuidadores (padres), por lo que hubo cierto descuido de los niños que crían en casa. Hay que robustecer el personal para darle mejor atención, (el rezago) se ve todos los años ”, indicó el especialista.
La denuncia puede interponerse a través del Sistema Unificado de Atención Ciudadana (SUAC), por el número 911, o de manera presencial en el Área de Atención Ciudadana de la Procuraduría de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del DIF.