El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro teme que haya conflictos sociales en la construcción de la extensión de la Línea 12, de la estación Mixcoac a Observatorio, pues ubicó dos posibles afectaciones que no estaban previstas en la obra: una en una unidad habitacional y la otra, en la Terminal Central de Autobuses del Poniente.
El organismo sugirió la posibilidad de replantear las afectaciones, pero la Secretaría de Obras y Servicios local (Sobse) determinó no hacer cambios en el trazo y sólo reducir el área afectada.
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Para el primer trimestre del 2023, el gobierno capitalino continuó con la adquisición, adjudicación, expropiación e indemnización de terrenos y predios para construir e instalar estaciones, tramos de vía y zonas de acceso de la Línea 12.
Los trabajos tienen programada una inversión de 20 millones de pesos, de acuerdo con los proyectos de inversión publicados por la Secretaría de Administración y Finanzas local.
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En un oficio con fecha 7 de marzo de 2023, entregado por el gerente jurídico del STC, Fernando Israel Aguas Bracho, al director general de Obras para el Transporte de la Sobse, Francisco Javier Muñoz Martín, señala que la construcción afectaría a la Unidad Habitacional Río Becerra.
De acuerdo con el documento, al que tuvo acceso El Sol de México, la unidad está en Avenida Central sin número, colonia Francisco Villa, alcaldía Álvaro Obregón, pero en el lugar, el complejo habitacional tiene otro nombre.
En un recorrido, este diario comprobó que el sitio en realidad es la Unidad Habitacional Lomas de Becerra, ubicada en Escuadrón 201, colonia Cristo Rey, y parte de ella está sobre Avenida Central. La Sobse confirmó que este es el registro correcto.
El documento apunta que, por la afectación a las viviendas, en una reunión sostenida el 14 de febrero de 2023, personal de la Dirección de Obras Inducidas y Afectaciones del Metro acordó programar un encuentro con la Dirección de Diseño de Obra Civil para analizar la posibilidad de replantear este daño, por los problemas que conllevaría su realización.
“Replantear la afectación por la complejidad jurídica que representa al recaer dentro de un área común de la Unidad Habitacional Río Becerra, lo que ocasionaría diversos conflictos sociales con los condóminos que incidan en su liberación y como consecuencia impacte de manera significativa en la culminación del citado proyecto”, indica el oficio.
La otra afectación estaría en la Central de Autobuses del Poniente, localizada en la estación del Metro Observatorio, donde estará la terminal de la Línea Dorada.
La dirección expone que programaría una reunión con los representantes jurídicos de la Central de Autobuses del Poniente para precisar cómo será la obra definitiva en la estación Observatorio y, en su momento, informarán qué acciones harán al respecto.
Este diario requirió al Metro saber el estado actual de ambos predios respecto a la obra. En respuesta, el organismo indicó que, derivado de la notificación que hizo la Sobse, referente a la revisión del trazo de obra para la ampliación de la Línea 12 en la que se agregaron dos predios nuevos, “el STC integra actualmente dichos predios al procedimiento administrativo del derecho de vía”.
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“La Secretaría de Obras y Servicios está por determinar si la afectación se da o no, y de ser cierta, determinar la superficie exacta de dicha afectación”, agregó el organismo en una tarjeta informativa.
La Sobse aseveró que, tras recibir el oficio, informó que el proyecto que abarca dichos predios está autorizado desde el 2015.
Con la autorización, la dependencia local solicitó al Metro iniciar el procedimiento administrativo para adquirir los predios requeridos.
“El proyectista buscó alternativas para reconsiderar el trazo, sin embargo, por las interferencias de la zona, no hay forma de cambiar los accesos de la estación ni las unidades de ventilación, lo que se logró reducir es el área afectada”, informó la Sobse a esta casa editorial.
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Las licitaciones para la extensión de la Línea 12 datan de 2014. Un año después inició la construcción y las autoridades locales previeron que el proyecto finalizara en 2016, pero la falta de presupuesto retrasó los trabajos.
Esta administración retomó el proyecto, y el 27 de diciembre de 2018, los gobiernos federal y local informaron que la obra concluiría en tres años. Hasta el primer trimestre de 2023, el avance es de casi 60 por ciento.
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