/ viernes 2 de diciembre de 2022

Pie de Nota | La Macromañanera

En lo político no fue megamarcha la encabezada el pasado domingo por AMLO, más bien fue una macromañanera y un acto de campaña

Andar contándole los asistentes a la marcha de la 4T es perderse por las ramas. El chiste es que fueron bastantes incluso descremando el evento de los acostumbrados acarreados. El fondo es uno y es que pocos mandatarios en funciones del mundo pueden movilizar a tantos como lo hizo el presidente López Obrador.

Unos dicen, los más valientes, que la marcha del domingo pasado fue un evento extraordinario de poder político y apoyo popular. Los otros, también aventurados, que en cambio fue una decepción y muestra de la pérdida de popularidad del Presidente.

Ambos tienen razón en parte. Por eso me detengo más bien en la carga simbólica de esta que fue de las últimas marchas del Presidente, si no la última.

Primero hagamos la diferencia de que una marcha es un acto derivado del ejercicio del activismo, una manifestación de las ideas para llamar la atención y lograr un cambio. Lo de este 27 de noviembre no fue eso.

Siendo un evento organizado por el Estado para "autoapoyarse", y como reacción directa a la marcha en defensa del INE, lo del domingo pasado fue propaganda pura y dura.

Entonces, en lo político no fue megamarcha, más bien fue una macromañanera y un acto de campaña. Así lo cabeceó acertadamente la OEM el lunes: "Como en Campaña".

Porque no fue nada más a festejar 4 años de gobierno. Si ese hubiese sido el caso marchaba, decía algo bonito y dejaba a Belinda rifarse un concierto.

En cambio citó cifras sobre seguridad pública, política social y desarrollo económico como vehículo para promocionar a su gobierno, hayan sido precisas o no, que no lo fueron, claro.

También el evento sirvió para ver quién está entre los favoritos del Presidente para sucederlo, y en ese campo Claudia Sheinbaum se le vio siempre cercana.

En lo que toca a lo dialéctico, lo más relevante de la fecha es que el Presidente le puso nombre a su proyecto. Queda para los historiadores citar eso de "humanismo mexicano" en su análisis, sea lo que sea que eso signifique.

Porque muy diferente es tomar como eje de gobierno a la dignidad humana y su libertad que abarca a todas las ideologías, que centrarse en "los pobres" como él dice hacerlo.

Hay una divergencia de razonamientos y argumentaciones entre el concepto que López Obrador usa para describir a la 4T y su discurso diario.

En todo caso hubiese sido más preciso bautizar a su doctrina como "humanismo popular mexicano", pues los que considera "los conservadores" o "fifís" no han sido dignos de su reconocimiento. Pero hacerlo así sería ponerse de pechito para que le repitan el viejo mote de "populista".

Ya por último en la esfera de su legado, se mira a un Presidente encaramado y cómodo en los beneficios del poder.

Desde hace rato los presidentes mexicanos dejaron de tener "su día". Atrás había quedado cuando el priismo rendía su informe de gobierno ante un Congreso y sociedad postrados.

Ahora el Presidente fue a que lo palmearan en la espalda movilizando recursos públicos (de espacio, bienes, tiempo y dinero) y a dar un pseudoinforme de gobierno en la plaza pública más grande de Latinoamérica.

Así, reeditó a su manera el culto al poder presidencial mexicano. Está esa foto ampliamente difundida en la que la multitud extiende las manos hacia él como si fuese el Papa o Supermán y que lo dice todo.

Varias veces ya se le había recomendado al Presidente, de manera bien intencionada o no, que se "bajase del caballo", pues ya no era caudillo sino mandatario.

Lo anterior iba en el sentido de que debía deconstruirse como líder de un movimiento popular que por definición tienen una agenda propia, para convertirse en un líder de país que por obligación debe dar cabida al mayor número de voces posibles.

Claramente nunca ha hecho caso a este paradigma de buen gobierno.

Y es que desde que despacha en Palacio Nacional la calle ya no es para él. No es que no le pertenezca, sino que en ella su persona cobra más poder, y éste último siempre corrompe.


Andar contándole los asistentes a la marcha de la 4T es perderse por las ramas. El chiste es que fueron bastantes incluso descremando el evento de los acostumbrados acarreados. El fondo es uno y es que pocos mandatarios en funciones del mundo pueden movilizar a tantos como lo hizo el presidente López Obrador.

Unos dicen, los más valientes, que la marcha del domingo pasado fue un evento extraordinario de poder político y apoyo popular. Los otros, también aventurados, que en cambio fue una decepción y muestra de la pérdida de popularidad del Presidente.

Ambos tienen razón en parte. Por eso me detengo más bien en la carga simbólica de esta que fue de las últimas marchas del Presidente, si no la última.

Primero hagamos la diferencia de que una marcha es un acto derivado del ejercicio del activismo, una manifestación de las ideas para llamar la atención y lograr un cambio. Lo de este 27 de noviembre no fue eso.

Siendo un evento organizado por el Estado para "autoapoyarse", y como reacción directa a la marcha en defensa del INE, lo del domingo pasado fue propaganda pura y dura.

Entonces, en lo político no fue megamarcha, más bien fue una macromañanera y un acto de campaña. Así lo cabeceó acertadamente la OEM el lunes: "Como en Campaña".

Porque no fue nada más a festejar 4 años de gobierno. Si ese hubiese sido el caso marchaba, decía algo bonito y dejaba a Belinda rifarse un concierto.

En cambio citó cifras sobre seguridad pública, política social y desarrollo económico como vehículo para promocionar a su gobierno, hayan sido precisas o no, que no lo fueron, claro.

También el evento sirvió para ver quién está entre los favoritos del Presidente para sucederlo, y en ese campo Claudia Sheinbaum se le vio siempre cercana.

En lo que toca a lo dialéctico, lo más relevante de la fecha es que el Presidente le puso nombre a su proyecto. Queda para los historiadores citar eso de "humanismo mexicano" en su análisis, sea lo que sea que eso signifique.

Porque muy diferente es tomar como eje de gobierno a la dignidad humana y su libertad que abarca a todas las ideologías, que centrarse en "los pobres" como él dice hacerlo.

Hay una divergencia de razonamientos y argumentaciones entre el concepto que López Obrador usa para describir a la 4T y su discurso diario.

En todo caso hubiese sido más preciso bautizar a su doctrina como "humanismo popular mexicano", pues los que considera "los conservadores" o "fifís" no han sido dignos de su reconocimiento. Pero hacerlo así sería ponerse de pechito para que le repitan el viejo mote de "populista".

Ya por último en la esfera de su legado, se mira a un Presidente encaramado y cómodo en los beneficios del poder.

Desde hace rato los presidentes mexicanos dejaron de tener "su día". Atrás había quedado cuando el priismo rendía su informe de gobierno ante un Congreso y sociedad postrados.

Ahora el Presidente fue a que lo palmearan en la espalda movilizando recursos públicos (de espacio, bienes, tiempo y dinero) y a dar un pseudoinforme de gobierno en la plaza pública más grande de Latinoamérica.

Así, reeditó a su manera el culto al poder presidencial mexicano. Está esa foto ampliamente difundida en la que la multitud extiende las manos hacia él como si fuese el Papa o Supermán y que lo dice todo.

Varias veces ya se le había recomendado al Presidente, de manera bien intencionada o no, que se "bajase del caballo", pues ya no era caudillo sino mandatario.

Lo anterior iba en el sentido de que debía deconstruirse como líder de un movimiento popular que por definición tienen una agenda propia, para convertirse en un líder de país que por obligación debe dar cabida al mayor número de voces posibles.

Claramente nunca ha hecho caso a este paradigma de buen gobierno.

Y es que desde que despacha en Palacio Nacional la calle ya no es para él. No es que no le pertenezca, sino que en ella su persona cobra más poder, y éste último siempre corrompe.


Política

FGR se retracta sobre dichos de que México “es campeón” en producir fentanilo

La FGR indicó que uno de sus funcionarios utilizó una palabra inadecuada para referirse la larga historia y la magnitud de la lucha contra las drogas sintéticas en México

Política

Pide ministro de la SCJN proteger el juicio de amparo

El ministro de la SCJN Pérez Dayán se manifestó en contra de que el Poder Legislativo modifique el juicio de amparo

Sociedad

Tres estudiantes de la Universidad de Guadalajara han desaparecido en menos de 15 días

En menos de 15 días han desaparecido tres estudiantes de la Universidad de Guadalajara

Mundo

Denuncian en Ecuador a Roberto Canseco por obstrucción en el asalto a la embajada

Canseco era el jefe de la misión diplomática de México en Ecuador después de que la embajadora, Raquel Serur, fuese expulsada por aquel país

Elecciones 2024

Entre abucheos y porras reciben a Álvarez Máynez en la UAM Xochimilco

Jorge Álvarez Máynez fue confrontado por varios estudiantes durante un encuentro en la UAM Xochimilco

Finanzas

Coppel reestablece su sistema: ¿cuáles son los servicios que puedes hacer?

Coppel admitió que su sistema fue objeto de un ciberataque, lo que la llevó a tomar medidas inmediata