Bertha Bobadilla por tres décadas ha atendido a los niños del albergue infantil “Bethel”

Algunos de los pequeños que han crecido en el “Bethel” estudian la universidad en Pensilvania gracias a la ayuda brindada por el grupo de americanos que mantienen el albergue

Glorieta Negrete/Tribuna de San Luis

  · miércoles 9 de mayo de 2018

Los niños que viven en el albergue “Bethel” ven a Bertha Bobadilla como su madre / GLORIA NEGRETE

AN LUIS RÍO COLORADO, Son.- Algunos de los pequeños que han crecido en el “Bethel” estudian la universidad en Pensilvania gracias a la ayuda brindada por el grupo de americanos que mantienen el albergue.

A sus 80 años, Bertha Bobadilla Ruelas, quien por tres décadas ha atendido a los niños del albergue infantil “Bethel” manifestó que es una labor muy bonita a la que piensa dedicarse hasta el resto de su vida.

A pesar de tener a su cuidado a 21 niños de entre 4 y 14 años, “Mamá Bertha”, comola llaman sus “hijos adoptivos”, refleja serenidad y amor hacia quienes viven en este lugar.

Platicó que el “Bethel” se fundó en 1980 por Antonio Bobadilla, con la intención de atender a menores en situaciones difíciles en sus hogares como casos de adicciones en los padres de familia, violencia intrafamiliar y crisis económica, entre otras.

A los menores albergados en Bethel les demuestra su cariño festejando el Día del Niño con hamburguesas, juegos y piñata en los patios gracias al apoyo de instituciones como la escuela Corazones Compasivos. Ken Blosee, encargado de la agrupación, dijo que la celebración para los niños fue idea de Mamá Bertha.

En vez de ingresar a los salones de clases, los niños y profesores permanecieron en el patio, donde implementaron diversos juegos.

MAMÁ DE MUCHOS NIÑOS

Dijo que hace 30 años tomó la decisión de vivir en el albergue con los niños para estar al pendiente de ellos, con el apoyo de un grupo de estadounidenses originarios de Pensilvania, quienes se encargan del sostenimiento del “Bethel”.

Para Bobadilla Ruelas, el trabajo que realiza con los pequeños y adolescentes es muy satisfactorio, “ya que todos son muy buenos niños, estudiosos y les gusta ayudar con el hogar”.

Tiene seis hijos bilógicos, pero en 30 años ha cumplido el papel de madre de cientos de menores de edad que han habitado en el albergue, algunos llegan recién nacidos y se van a otro albergue cuando son adolescentes. A los menores les ofrece un hogar, educación, pero sobre todo, amor.

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