/ martes 22 de marzo de 2016

Gandhi, José Martí y más en el discurso de Obama en la Habana

Ciudad de México.- En un mensaje desde Cuba el presidenteBarack Obama se refirió a los ataques de este día en Bélgica yseñaló que condena esos actos terroristas y que su país harátodo lo necesario para apoyar a su amigos. Alinicio de su mensaje al pueblo cubano desde el Gran Teatro Alicia yen una cerrada ovación del público que colmaba el Gran Teatroacogió al mandatario al subir al podio, desde donde evocó laprimera estrofa de La Rosa Blanca, de José Martí.Vine aquí para dejar atrás los últimos días de laguerra fría. Vine aquí extendiendo la mano de amistad al pueblocubano, dijo en una de sus primeras frases. Somos como dos hermanosque hemos estado separados durante años a pesar de tener la mismasangre. Posteriormente el presidente estadunidenseseñaló que los “pensamientos y las plegarias” de EstadosUnidos están con las víctimas y sus familiares. Poco antes delmensaje, el presidente conversó telefónicamente con el primerministro belga, Charles Michel, para ofrecer sus condolencias anombre del pueblo estadunidense. Durante laconversación, Obama reafirmó el “firme apoyo” de EstadosUnidos a Bélgica y ofreció ayuda en la investigación de losataques y la captura de los responsables. El futurode Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubanoObama, defendió hoy los derechos humanos y la democracia en sudiscurso a los cubanos y, dirigiéndose, al presidente Raúl Castrole dijo que no debe temer ni a los Estados Unidos ni a las "vocesdiferentes" del pueblo cubano. "No debe tener miedo de una amenazade EU (...) ni tienen que temer las voces diferentes del pueblocubano", le dijo Obama a Raúl Castro, que asiste al discurso delpresidente de Estados Unidos en el Gran Teatro de La Habana. Obamaseñaló también que el futuro de Cuba tiene que estar en lasmanos del pueblo cubano. Durante su discurso Obama se refirió alos jÓvenes cubamos y dijo que confía en su capacidad para forjarsu propio futuro, "No solo vamos a normalizar relaciones con elGobierno de Cuba, sino con todo el pueblo cubano", aseguró elmandatario en su discurso retransmitido en directo por latelevisión y radio estatal de Cuba. Hora de levantar elembargo Obama se refirió al Congreso de su país y dijoque "es hora" de levantar el embargo contra Cuba, una medida que,según dijo, está "dañando" al pueblo cubano en lugar deayudarlo. En el Teatro Alicia, Obama afirmó que, incluso si elembargo se levanta, también "debería ser más fácil" poder hacernegocios en Cuba y "todos" los cubanos deberían tener acceso ainternet.

"No deberíamos tener miedo al cambio, deberíamosabrazarlo", expresó Obamapara mandar un mensaje al Congreso de su país y también alrégimen cubano.

La reconciliación con el pueblo cubano es fundamental para elfuturo de Cuba dijo Obama y apeló a reconstruir los lazos con elexilio "Esa reconciliación del pueblo cubano (...) es fundamentalpara el futuro de Cuba", indicó.

EL DISCURSOÍNTEGRO:

Presidente Castro, pueblo de Cuba:

Muchas gracias por la cálida acogida que hemos recibido yo, mifamilia y mi delegación. Es un honor extraordinario estar hoyaquí. Antes de empezar, permítanme por favor, quiero comentarsobre los ataques terroristas que tuvieron lugar en Bruselas.

Los pensamientos y las oraciones del pueblo de los EstadosUnidos están con el pueblo de Bélgica. Somos solidarios conellos, condenando estos indignantes ataques contra personasinocentes. Haremos todo lo que sea necesario para apoyar a nuestroamigo y aliado, Bélgica, para llevar ante la justicia a losresponsables, y este es otro recordatorio más de que el mundo debeestar unido.

Debemos cerrar filas, al margen de nacionalidad, raza ocreencias religiosas, en la lucha contra este flagelo delterrorismo. Podemos derrotar, y derrotaremos, a aquellos queamenazan nuestra seguridad y la de las personas en todo elmundo.

Al Gobierno y al pueblo de Cuba quiero agradecerles laamabilidad que han demostrado hacia mí, hacia Michelle, Malia,Sasha, mi suegra, Marian.

(En español) “Cultivo una rosa blanca” (aplausos) En sumás célebre poema José Martí hizo esta oferta de amistad y paztanto a amigos como enemigos. Hoy, como Presidente de los EstadosUnidos de América yo le ofrezco al pueblo cubano (en español) elsaludo de paz (Aplausos).

La Habana está a solo 90 millas de la Florida, pero para llegaraquí tuvimos que recorrer una larga distancia, por encima debarreras históricas, ideológicas, de dolor y separación. Lasazules aguas bajo el Air Force One, fueron una vez surcadas poracorazados hacia esta isla para liberar a Cuba, pero también paraejercer control sobre ella.

Esas aguas también fueron surcadas por generaciones derevolucionarios cubanos hacia los Estados Unidos, donde recabaronapoyo para su causa. Y esa corta distancia ha sido cruzada porcientos de miles de exiliados cubanos, en aviones y balsasrústicas, quienes vinieron a Estados Unidos en busca de libertad yoportunidades, a veces dejando atrás todo lo que tenían y a todossus seres queridos. Como tantos, en nuestros dos países.

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Toda mi vida se ha desenvuelto en una era de aislamiento entrenosotros. La revolución cubana tuvo lugar en el mismo año en quemi padre emigró a Estados Unidos desde Kenya. Bahía de Cochinostuvo lugar en el año en que yo nací. Al año siguiente el mundoentero quedó en suspenso observando a nuestros dos paísesmientras la Humanidad se acercaba más que nunca antes al horror deuna guerra nuclear.

Con el paso de las décadas nuestros gobiernos se quedaronestancados en una confrontación aparentemente interminable,librando batallas a través de terceros. En un mundo que se rehizoa sí mismo una y otra vez, el conflicto entre los Estados Unidos yCuba era una constante. Yo he venido aquí a enterrar los últimosremanentes de la Guerra Fría en las Américas (Aplausos) Yo hevenido aquí a extender una mano de amistad al pueblo cubano(Aplausos).

Quiero ser claro: las diferencias entre nuestros gobiernos alcabo de tantos años son reales, y son importantes. Estoy seguro deque el presidente Castro diría lo mismo. Lo sé, porque heescuchado y abordado esas diferencias en profundidad. Pero antes dediscutir esos problemas, también tenemos que reconocer cuantascosas compartimos porque, en muchas formas, los Estados Unidos yCuba son como dos hermanos que han estado distanciados por muchosaños, aunque llevemos la misma sangre.

Ambos vivimos en un Nuevo Mundo colonizado por europeos. Cuba,como los Estados Unidos, fue en parte fundada por esclavos traídosde Africa. Como el de los Estados Unidos, el pueblo cubano puedetrazar sus ancestros hasta esclavos y dueños de esclavos. Ambosacogimos a inmigrantes que vinieron de muy lejos para empezar unanueva vida en las Américas. A lo largo de los años nuestrasculturas se han entremezclado. La labor del Dr. Carlos Finlay enCuba allanó el camino para generaciones de médicos, entre ellosWalter Reed, que se basó en el trabajo del Dr. Finlay para ayudara combatir la fiebre amarilla. Tal como Martíescribió su obra más famosa en Nueva York, Ernest Hemingway hizode Cuba su hogar y encontró inspiración en las aguas de estascostas. Compartimos el mismo pasatiempo nacional (enespañol): la pelota. Y hoy mismo, más tarde, nuestros jugadoresvan a competir en el mismo terreno habanero donde jugara JackieRobinson antes de debutar en las Grandes Ligas (Aplausos). Y sedice que nuestro más grande boxeador, Mohamed Alí, rindiótributo una vez a un cubano con el que nunca pudo pelear, dicendoque lo más que podía alcanzar era un empate con ese gran cubano,Teófilo Stevenson.

Así que aun cuando nuestros gobiernos devinieron adversarios,nuestros pueblos compartían estas pasiones comunes,particularmente con la llegada a Estados Unidos de tantos cubanos.En Miami o La Habana usted puede encontrar lugares donde bailarcha-cha-cha o salsa; donde comer “ropa vieja”; la gente ennuestros dos países ha cantado con Celia Cruz, Gloria Estefan, yahora escuchan el reggaetón de Pitbull.

Millones de los nuestros tienen una misma religión, una fe a laque yo he rendido tributo en la Ermita de la Caridad de Miami, lapaz que los cubanos encuentran en La Cachita.

A pesar de nuestras diferencias, cubanos y estadounidensescomparten valores comunes en sus vidas: un sentido de patriotismo yde orgullo, un gran orgullo; un profundo amor a la familia; pasiónpor nuestros hijos; un compromiso con su educación. Y es por esoque creo que nuestros nietos mirarán este período de aislamientocomo una aberración, y apenas un capítulo en una historia máslarga de familiaridad y amistad.

Pero no podemos ni debemos ignorar las diferencias reales quetenemos, acerca de cómo organizamos nuestros gobiernos, nuestraseconomías y nuestras sociedades. Cuba tiene un sistema de partidoúnico; Estados Unidos es una democracia multipartidista. Cubatienen un modelo económico socialista; Estados Unidos uno demercado abierto. Cuba ha enfatizado el papel y los derechos delEstado; los Estados Unidos fueron fundados en los derechos de lapersona individual.

A pesar de estas diferencias, el 17 de diciembre del 2014 elpresidente Castro y yo anunciamos que los Estados Unidos y Cubacomenzarían un proceso de normalización de las relaciones entrenuestros países (Aplausos).

Desde entonces, hemos establecido relaciones diplomáticas yabierto embajadas. Hemos puesto en marcha iniciativas para cooperaren la salud y la agricultura, la educación y la aplicación de laley. Hemos llegado a acuerdos para restaurar los vuelos y elservicio de correso directos. Hemos ampliado los lazos comerciales,e incrementado la capacidad de los estadounidenses para viajar aCuba y hacer negocios aquí.

Y estos cambios han sido bien recibidos, a pesar de que todavíahay quienes se oponen estas políticas. Pero aún así, muchaspersonas en ambos lados de este debate se han preguntado: “¿Porqué ahora?" "¿Por qué ahora?”.

La respuesta es simple: Lo que Estados Unidos estaba haciendo noestaba funcionando. Tenemos que tener el valor de reconocer esaverdad. Una política de aislamiento diseñada para la Guerra Fríatenía poco sentido en el siglo XXI. El embargo sólo estabaperjudicando al pueblo cubano en lugar de ayudarlo. Y yo siempre hecreído en lo que Martin Luther King, Jr. llamó "la feroz urgenciadel ahora": no debemos temer al cambio, debemos abrazarlo.(Aplausos.)

Esto me conduce a una razón mayor y más importante de estoscambios (en español): Creo en el pueblo cubano. Creo en el pueblocubano. (Aplausos.) Esto no es sólo una política denormalización de las relaciones con el gobierno cubano. LosEstados Unidos de América están normalizando sus relaciones conel pueblo cubano. (Aplausos.)

Y hoy, quiero compartir con ustedes mi visión de lo que puedeser nuestro futuro. Quiero que el pueblo cubano ─especialmentelos jóvenes─- entiendan por qué creo que ustedes deben ver elfuturo con esperanza; y no es la falsa promesa que insiste en quelas cosas son mejores de lo que realmente son, o el optimismo ciegoque dice que todos sus problemas podrán desaparecer mañana. Esuna esperanza que tiene sus raíces en el futuro que ustedes puedenelegir, y pueden conformar, y pueden construir para su país.Yo tengo esa esperanza porque creo que elpueblo cubano es tan innovador como cualquier otro pueblo delmundo. En una economía global, impulsada por las ideas y lainformación, el mayor recurso de un país es su gente. En losEstados Unidos, tenemos un claro monumento a lo que el pueblocubano es capaz de construir: se llama Miami. Aquí en La Habana,vemos ese mismo talento en los cuentapropistas, las cooperativas,los autos antiguos que todavía ruedan (en español). El cubanoInventa del aire. (Aplausos).

Cuba cuenta con un extraordinario recurso: un sistema deeducación que valora a cada niño y cada niña. (Aplausos.) Y enlos últimos años, el gobierno cubano ha comenzado a abrirse almundo, y a abrir aún más espacio para que el talento florezca. Enpocos años, hemos visto como los cuentapropistas pueden saliradelante, mientras conservan un espíritu netamente cubano. Sertrabajador por cuenta propia no significa ser más como los EstadosUnidos, significa ser uno mismo.

Miren a Sandra Lídice Aldama, que decidió comenzar un pequeñonegocio. Los cubanos, dice, podemos "innovar y adaptar sin perdernuestra identidad ... nuestro secreto está en no copiar o imitarsino, simplemente, en ser nosotros mismos".

Es ahí donde comienza la esperanza: con la posibilidad deganarse la vida y construir algo de lo que uno pueda estarorgulloso. Es por eso que nuestras políticas se centran en elapoyo a los cubanos, y no en hacerles daño. Es por eso que nosdeshicimos de los límites en las remesas: para que los cubanostengan más recursos. Es por eso que estamos alentando los viajes,que construirán puentes entre nuestros pueblos, y traerán másingresos a las pequeñas empresas cubanas. Es por eso que hemosampliado el espacio para el comercio y los intercambios, de modoque los estadounidenses y los cubanos puedan trabajar juntos paraencontrar curas a las enfermedades, y crear puestos de trabajo, yabrir las puertas a más oportunidades para el pueblo cubano.

Como Presidente de los Estados Unidos, he exhortado a nuestroCongreso a levantar el embargo. (Aplausos). Es una carga obsoletasobre el pueblo cubano. Es una carga para los estadounidenses quequieren trabajar y hacer negocios o invertir aquí en Cuba. Es horade levantar el embargo. Pero incluso si se levantara el embargomañana, los cubanos no se darían cuenta de su potencial sin unacontinuidad de los cambios aquí en Cuba (Aplausos).

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Debiera ser más fácil abrir un negocio aquí en Cuba. Untrabajador debiera poder conseguir un trabajo directamente con lasempresas que invierten aquí en Cuba. Dos monedas no deben separarel tipo de salarios que los cubanos pueden ganar. Internet debeestar disponible en toda la isla, para que los cubanos puedanconectarse con el resto del mundo (Aplausos) y con uno de losgrandes motores del crecimiento en la historia humana.EstadosUnidos no limita la capacidad de Cuba para tomar estas medidas.Depende de ustedes. Y puedo decirles como amigo que en el siglo XXIla prosperidad sostenible depende de la educación, la salud, y laprotección del medio ambiente. Pero también depende delintercambio libre y abierto de ideas. Si uno no puede acceder a lainformación en línea, si no puede estar expuesto a diferentespuntos de vista, no alcanzará su máximo potencial. Y con eltiempo, la juventud va a perder la esperanza.

Sé que estos son temas sensibles, sobre todo viniendo de unpresidente estadounidense. Antes de 1959, algunos americanos veíana Cuba como algo que explotar, ignoraban la pobreza, facilitaban lacorrupción. Y desde 1959, hemos estado boxeando con nuestrassombras en esta batalla de la geopolítica y las personalidades.Conozco la historia, pero me niego a ser atrapado por ella.(Aplausos.) He dejado claro que Estados Unidosno tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un cambio enCuba. Cualquier cambio que venga dependerá del pueblocubano. No les vamos a imponer nuestro sistema político oeconómico. Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar supropia ruta y dar forma a su propio modelo. Pero después de habereliminado de nuestra relación la sombra de la historia, debohablar con honradez acerca de las cosas en que yo creo: las cosasen las que nosotros, como estadounidenses, creemos. Como dijoMartí, "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, ya pensar y a hablar sin hipocresía".

Así que, déjenme decirles en qué creo. No puedo obligarles aestar de acuerdo conmigo, pero ustedes deben saber lo que pienso.Creo que cada persona debe ser igual ante la ley. (Aplausos.) Todoslos niños merecen la dignidad que viene con la educación y laatención a la salud, y comida en la mesa y un techo sobre suscabezas. (Aplausos.) Creo que los ciudadanos deben tener lalibertad de decir lo que piensan sin miedo (Aplausos) deorganizarse y criticar a su gobierno, y de protestarpacíficamente; y que el Estado de Derecho no debe incluirdetenciones arbitrarias de las personas que ejercen esos derechos.(Aplausos). Creo que cada persona debe tener la libertad depracticar su religión en paz y públicamente (Aplausos). Y, sí,creo que los electores deben poder elegir a sus gobiernos enelecciones libres y democráticas. (Aplausos).

No todo el mundo está de acuerdo conmigo en esto. No todo elmundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense acerca de esto.Pero yo creo que los derechos humanos son universales. (Aplausos).Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo deCuba, y de las personas en todo el mundo.

Ahora bien, no es ningún secreto que nuestros gobiernos estánen desacuerdo sobre muchos de estos asuntos. He sostenidoconversaciones francas con el presidente Castro. Durante muchosaños, él ha señalado las fallas en el sistema americano: ladesigualdad económica; la pena de muerte; la discriminaciónracial; guerras en el extranjero. Eso es sólo una muestra. Éltiene una lista mucho más larga. (Risas). Pero esto es lo que elpueblo cubano necesita comprender: yo estoy abierto a ese debatepúblico y al diálogo. Es bueno. Es saludable. No le temo.

Tenemos demasiado dinero en la política estadounidense. Sinembargo, en Estados Unidos, todavía es posible para alguien comoyo -un niño que fue criado por una madre soltera, un niño mestizoque no tiene mucho dinero- aspirar al más alto cargo de la tierray ganarlo. Eso es lo que es posible en los Estados Unidos.(Aplausos).

Tenemos desafíos de discriminación racial -en nuestrascomunidades, en nuestro sistema de justicia criminal, en nuestrasociedad- un legado de la esclavitud y la segregación. Pero elhecho de que tengamos debates abiertos dentro de la propiademocracia estadounidense es lo que nos permite mejorar.

En 1959, el año en que mi padre se trasladó a Estados Unidos,en muchos estados americanos era ilegal que se casara con mi madre,que era blanca. Cuando empecé la escuela, todavía estábamosluchando por eliminar la segregación en las escuelas de todo elsur de los Estados Unidos. Pero las personas se organizaron;protestaron; debatieron estos temas; desafiaron a los funcionariosdel gobierno. Y debido a esas protestas, y debido a esos debates, ydebido a la movilización popular, es que yo puedo estar aquí hoy,un afroamericano, presidente de los Estados Unidos. El quepudiéramos lograr un cambio se debió a las libertades quedisfrutamos en los Estados Unidos.

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No estoy diciendo que sea fácil. Todavía hay enormes problemasen nuestra sociedad. Pero la manera que tenemos para resolverlos esla democracia. Así es como obtuvimos atención de salud para másestadounidenses. Así es como hemos hecho grandes avances en losderechos de la mujer y los derechos de los homosexuales. Así escomo atendemos la desigualdad que concentra tanta riqueza en losestratos superiores de nuestra sociedad. Gracias a que lostrabajadores pueden organizarse y la gente común tener una voz, lademocracia estadounidense ha dado a nuestra gente la oportunidad derealizar sus sueños y disfrutar de un alto nivel de vida.(Aplausos).

Ahora bien, todavía nos quedan algunas peleas difíciles. Nosiempre es bonito el proceso de la democracia. A menudo esfrustrante. Lo pueden ver en las elecciones que tenemos allá. Perodeténganse un momento y consideren este hecho: en la campañaelectoral estadounidense que está teniendo lugar en este momentohay dos cubanoamericanos del Partido Republicano, compitiendocontra el legado de un hombre negro que es Presidente, mientrasaducen ser la mejor persona para vencer al candidato demócrataque, o bien va a ser una mujer, o un socialdemócrata.(Risas yaplausos.) ¿Quién lo hubiera creído en 1959? Esa es una medidade nuestro progreso como democracia. (Aplausos).

Así que aquí está mi mensaje para el gobierno de Cuba y elpueblo cubano: los ideales que son el punto de partida de todarevolución ─ la revolución americana, la revolución cubana,los movimientos de liberación en todo el mundo - esos idealesencuentran su expresión más auténtica, creo yo, en unademocracia. No porque la democracia estadounidense sea perfecta,sino precisamente porque no lo somos. Y nosotros -como todos lospaíses- necesitamos para cambiar el espacio que la democracia nosda. Ella da a los individuos la capacidad de ser catalizadores parapensar en nuevas formas, y reimaginar cómo debe ser nuestrasociedad, y hacerse mejores.

Ya está teniendo lugar una evolución dentro de Cuba, un cambiogeneracional. Muchos sugerían que viniera aquí y le pidiera alpueblo de Cuba que echara abajo algo, pero estoy apelando a losjóvenes cubanos, que son los que van a levantar algo, a construiralgo nuevo. (Aplausos). El futuro de Cuba tieneque estar en las manos del pueblo cubano. (En español)(Aplausos). Y al presidente Castro –a quien le agradezcoestar aquí hoy─ quiero que sepa, creo que mi visita aquídemuestra, que no tiene por qué temer una amenaza de los EstadosUnidos. Y teniendo en cuenta su compromiso con la soberanía y laautodeterminación de Cuba, también estoy seguro de que no tienepor qué temer a las voces diferentes del pueblo cubano, y sucapacidad de expresarse, reunirse, y votar por sus líderes. Dehecho, tengo una esperanza para el futuro porque confío en que elpueblo cubano tomará las decisiones correctas.

Y como ustedes, también estoy seguro de que Cuba puede seguirdesempeñando un papel importante en el hemisferio y en todo elmundo, y mi esperanza, es que pueda hacerlo como socio de losEstados Unidos.

Hemos desempeñado roles muy diferentes en el mundo. Pero nadiedebería negar el servicio que miles de médicos cubanos hanprestado a los pobres y los que sufren. (Aplausos). El año pasado,trabajadores de la salud estadounidenses ─y militares deEE.UU.─- trabajaron codo a codo con los cubanos para salvar vidasy acabar con el Ébola en África Occidental. Creo que deberíamoscontinuar teniendo esa clase de cooperación en otros países.

Hemos estado en el lado opuesto de muchos conflictos en elcontinente americano. Pero hoy en día, los estadounidenses y loscubanos están sentados juntos en la mesa de negociación, yestamos ayudando a los colombianos a resolver una guerra civil quese ha prolongado durante décadas. (Aplausos). Ese tipo decooperación es bueno para todos. Brinda esperanza a todos en estehemisferio.

Tomamos diferentes caminos en nuestro apoyo al pueblo deSudáfrica para la abolición del apartheid. Pero el presidenteCastro y yo pudimos estar al mismo tiempo en Johannesburgo pararendir homenaje al legado del gran Nelson Mandela. (Aplausos).

Y al examinar su vida y sus palabras, estoy seguro de que ambosnos damos cuenta de que tenemos más trabajo por hacer parapromover la igualdad en nuestros propios países: para reducir ladiscriminación de las razas en nuestros propios países. Y enCuba, queremos que nuestro compromiso ayude a levantarse a loscubanos de ascendencia africana, (Aplausos) que han demostrado queno hay nada que no puedan lograr cuando se les da laoportunidad.

Foto: AFP

Hemos sido parte de diferentes bloques de naciones en elhemisferio, y vamos a seguir teniendo profundas diferencias sobrelas maneras de promover la paz, la seguridad, las oportunidades ylos derechos humanos. Pero a medida que se normalicen nuestrasrelaciones, creo que podremos ayudar a fomentar un mayor sentido deunidad en las Américas (en español) Todos somos americanos.(Aplausos).

Desde el inicio de mi mandato, he instado a la gente en lasAméricas a dejar atrás las batallas ideológicas del pasado.Estamos en una nueva era. Sé que muchos de los problemas de losque he hablado carecen del drama del pasado. Y sé que parte de laidentidad de Cuba es su orgullo de ser una pequeña nación insularcapaz de defender sus derechos, y estremecer al mundo. Perotambién sé que Cuba siempre se destacará por el talento, eltrabajo duro, y el orgullo del pueblo cubano. Esa es su fuerza.(Aplausos). Cuba no tiene que ser definida por ser adversario delos Estados Unidos, más de lo que los Estados Unidos deben serdefinidos por ser adversarios de Cuba. Tengo esa esperanza para elfuturo debido a la reconciliación que está teniendo lugar en elpueblo cubano.

Sé que algunos cubanos en la isla pueden tener la sensación deque los que se fueron de alguna manera apoyaron el viejo orden enCuba. Estoy seguro de que hay una narrativa que perdura aquí, yque sugiere que los exiliados cubanos pasaron por alto losproblemas de la Cuba pre-revolucionaria, y rechazaron la lucha porconstruir un nuevo futuro. Pero hoy les puedo decir que muchosexiliados cubanos guardan recuerdos de una dolorosa ─y, a vecesviolenta─ separación. Ellos aman a Cuba. Una parte de ellostodavía considera que este es su verdadero hogar. Es por eso quesu pasión es tan fuerte. Es por eso que su dolor es tan grande. Ypara la comunidad cubanoamericana que he llegado a conocer yrespetar, no se trata sólo de política. Se trata de la familia:el recuerdo de una casa que se perdió; el deseo de reconstruir unvínculo roto; la esperanza de un futuro mejor; la esperanza delretorno y la reconciliación.

A pesar de las políticas, las personas son personas, y loscubanos son cubanos. Y he venido aquí -he viajado esta distancia-sobre un puente que fue construido por cubanos a ambos lados delestrecho de la Florida. Primero llegué a conocer el talento y lapasión de los cubanos en Estados Unidos. Y sé cómo han sufridoalgo más que el dolor del exilio: también saben lo que es ser unextraño, y pasar trabajos, y trabajar más duro para asegurarse deque sus hijos puedan llegar más lejos en América.

Así que la reconciliación de los cubanos - los hijos y nietosde la revolución, y los hijos y nietos del exilio- es fundamentalpara el futuro de Cuba. (Aplausos).

Uno lo ve en Gloria González, que viajó aquí en 2013, porprimera vez después de 61 años de separación, y fue recibida porsu hermana, Llorca. "Tú me reconociste, pero yo no te reconocí ati", dijo Gloria espués de abrazar a su hermana. Imagínese eso,después de 61 años.

Se ve en Melinda López, que llegó a la antigua casa de sufamilia. Y mientras caminaba por las calles, una anciana lareconoció como hija de su madre, y se puso a llorar. La llevó asu casa y le mostró un montón de fotos que incluían algunas deMelinda cuando era una bebé, que su madre le había enviado hacía50 años. Melinda diría más tarde: "Muchos de nosotros estamosrecuperando tanto ahora".

Se ve en Cristian Miguel Soler, un joven que fue el primero desu familia en viajar aquí después de 50 años. Y al encontrarsecon sus familiares, por primera vez, dijo, "Me di cuenta de que lafamilia es la familia, sin importar la distancia entrenosotros".

A veces los cambios más importantes comienzan en lugarespequeños. Las mareas de la historia pueden dejar a las personasatrapadas en situaciones de conflicto, y exilio, y pobreza. Senecesita tiempo para que esas circunstancias cambien. Pero en elreconocimiento de una humanidad común, en la reconciliación depersonas unidas por lazos de sangre y en el creer el uno en elotro, es donde comienza el progreso. En el entendimiento, y elsaber escuchar, y el perdón. Y si el pueblo cubano enfrenta elfuturo unido, será más probable que los jóvenes de hoy puedanvivir con dignidad y alcanzar sus sueños aquí en Cuba.

La historia de los Estados Unidos y Cuba abarca revolución yconflicto; lucha y sacrificio; retribución y, ahora,reconciliación. Es ya hora de dejar atrás el pasado. Ha llegadoel momento de que miremos juntos hacia el futuro (en español) unfuturo de esperanza. Y no va a ser fácil, y habrá adversidades.Tomará tiempo. Pero mi tiempo aquí en Cuba renueva mi esperanza ymi confianza en lo que el pueblo cubano puede hacer. Podemos hacereste viaje como amigos, y como vecinos, y como familia:juntos. (En español): "Sí sepuede".

Muchas gracias. (Aplausos.)

Ciudad de México.- En un mensaje desde Cuba el presidenteBarack Obama se refirió a los ataques de este día en Bélgica yseñaló que condena esos actos terroristas y que su país harátodo lo necesario para apoyar a su amigos. Alinicio de su mensaje al pueblo cubano desde el Gran Teatro Alicia yen una cerrada ovación del público que colmaba el Gran Teatroacogió al mandatario al subir al podio, desde donde evocó laprimera estrofa de La Rosa Blanca, de José Martí.Vine aquí para dejar atrás los últimos días de laguerra fría. Vine aquí extendiendo la mano de amistad al pueblocubano, dijo en una de sus primeras frases. Somos como dos hermanosque hemos estado separados durante años a pesar de tener la mismasangre. Posteriormente el presidente estadunidenseseñaló que los “pensamientos y las plegarias” de EstadosUnidos están con las víctimas y sus familiares. Poco antes delmensaje, el presidente conversó telefónicamente con el primerministro belga, Charles Michel, para ofrecer sus condolencias anombre del pueblo estadunidense. Durante laconversación, Obama reafirmó el “firme apoyo” de EstadosUnidos a Bélgica y ofreció ayuda en la investigación de losataques y la captura de los responsables. El futurode Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubanoObama, defendió hoy los derechos humanos y la democracia en sudiscurso a los cubanos y, dirigiéndose, al presidente Raúl Castrole dijo que no debe temer ni a los Estados Unidos ni a las "vocesdiferentes" del pueblo cubano. "No debe tener miedo de una amenazade EU (...) ni tienen que temer las voces diferentes del pueblocubano", le dijo Obama a Raúl Castro, que asiste al discurso delpresidente de Estados Unidos en el Gran Teatro de La Habana. Obamaseñaló también que el futuro de Cuba tiene que estar en lasmanos del pueblo cubano. Durante su discurso Obama se refirió alos jÓvenes cubamos y dijo que confía en su capacidad para forjarsu propio futuro, "No solo vamos a normalizar relaciones con elGobierno de Cuba, sino con todo el pueblo cubano", aseguró elmandatario en su discurso retransmitido en directo por latelevisión y radio estatal de Cuba. Hora de levantar elembargo Obama se refirió al Congreso de su país y dijoque "es hora" de levantar el embargo contra Cuba, una medida que,según dijo, está "dañando" al pueblo cubano en lugar deayudarlo. En el Teatro Alicia, Obama afirmó que, incluso si elembargo se levanta, también "debería ser más fácil" poder hacernegocios en Cuba y "todos" los cubanos deberían tener acceso ainternet.

"No deberíamos tener miedo al cambio, deberíamosabrazarlo", expresó Obamapara mandar un mensaje al Congreso de su país y también alrégimen cubano.

La reconciliación con el pueblo cubano es fundamental para elfuturo de Cuba dijo Obama y apeló a reconstruir los lazos con elexilio "Esa reconciliación del pueblo cubano (...) es fundamentalpara el futuro de Cuba", indicó.

EL DISCURSOÍNTEGRO:

Presidente Castro, pueblo de Cuba:

Muchas gracias por la cálida acogida que hemos recibido yo, mifamilia y mi delegación. Es un honor extraordinario estar hoyaquí. Antes de empezar, permítanme por favor, quiero comentarsobre los ataques terroristas que tuvieron lugar en Bruselas.

Los pensamientos y las oraciones del pueblo de los EstadosUnidos están con el pueblo de Bélgica. Somos solidarios conellos, condenando estos indignantes ataques contra personasinocentes. Haremos todo lo que sea necesario para apoyar a nuestroamigo y aliado, Bélgica, para llevar ante la justicia a losresponsables, y este es otro recordatorio más de que el mundo debeestar unido.

Debemos cerrar filas, al margen de nacionalidad, raza ocreencias religiosas, en la lucha contra este flagelo delterrorismo. Podemos derrotar, y derrotaremos, a aquellos queamenazan nuestra seguridad y la de las personas en todo elmundo.

Al Gobierno y al pueblo de Cuba quiero agradecerles laamabilidad que han demostrado hacia mí, hacia Michelle, Malia,Sasha, mi suegra, Marian.

(En español) “Cultivo una rosa blanca” (aplausos) En sumás célebre poema José Martí hizo esta oferta de amistad y paztanto a amigos como enemigos. Hoy, como Presidente de los EstadosUnidos de América yo le ofrezco al pueblo cubano (en español) elsaludo de paz (Aplausos).

La Habana está a solo 90 millas de la Florida, pero para llegaraquí tuvimos que recorrer una larga distancia, por encima debarreras históricas, ideológicas, de dolor y separación. Lasazules aguas bajo el Air Force One, fueron una vez surcadas poracorazados hacia esta isla para liberar a Cuba, pero también paraejercer control sobre ella.

Esas aguas también fueron surcadas por generaciones derevolucionarios cubanos hacia los Estados Unidos, donde recabaronapoyo para su causa. Y esa corta distancia ha sido cruzada porcientos de miles de exiliados cubanos, en aviones y balsasrústicas, quienes vinieron a Estados Unidos en busca de libertad yoportunidades, a veces dejando atrás todo lo que tenían y a todossus seres queridos. Como tantos, en nuestros dos países.

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Toda mi vida se ha desenvuelto en una era de aislamiento entrenosotros. La revolución cubana tuvo lugar en el mismo año en quemi padre emigró a Estados Unidos desde Kenya. Bahía de Cochinostuvo lugar en el año en que yo nací. Al año siguiente el mundoentero quedó en suspenso observando a nuestros dos paísesmientras la Humanidad se acercaba más que nunca antes al horror deuna guerra nuclear.

Con el paso de las décadas nuestros gobiernos se quedaronestancados en una confrontación aparentemente interminable,librando batallas a través de terceros. En un mundo que se rehizoa sí mismo una y otra vez, el conflicto entre los Estados Unidos yCuba era una constante. Yo he venido aquí a enterrar los últimosremanentes de la Guerra Fría en las Américas (Aplausos) Yo hevenido aquí a extender una mano de amistad al pueblo cubano(Aplausos).

Quiero ser claro: las diferencias entre nuestros gobiernos alcabo de tantos años son reales, y son importantes. Estoy seguro deque el presidente Castro diría lo mismo. Lo sé, porque heescuchado y abordado esas diferencias en profundidad. Pero antes dediscutir esos problemas, también tenemos que reconocer cuantascosas compartimos porque, en muchas formas, los Estados Unidos yCuba son como dos hermanos que han estado distanciados por muchosaños, aunque llevemos la misma sangre.

Ambos vivimos en un Nuevo Mundo colonizado por europeos. Cuba,como los Estados Unidos, fue en parte fundada por esclavos traídosde Africa. Como el de los Estados Unidos, el pueblo cubano puedetrazar sus ancestros hasta esclavos y dueños de esclavos. Ambosacogimos a inmigrantes que vinieron de muy lejos para empezar unanueva vida en las Américas. A lo largo de los años nuestrasculturas se han entremezclado. La labor del Dr. Carlos Finlay enCuba allanó el camino para generaciones de médicos, entre ellosWalter Reed, que se basó en el trabajo del Dr. Finlay para ayudara combatir la fiebre amarilla. Tal como Martíescribió su obra más famosa en Nueva York, Ernest Hemingway hizode Cuba su hogar y encontró inspiración en las aguas de estascostas. Compartimos el mismo pasatiempo nacional (enespañol): la pelota. Y hoy mismo, más tarde, nuestros jugadoresvan a competir en el mismo terreno habanero donde jugara JackieRobinson antes de debutar en las Grandes Ligas (Aplausos). Y sedice que nuestro más grande boxeador, Mohamed Alí, rindiótributo una vez a un cubano con el que nunca pudo pelear, dicendoque lo más que podía alcanzar era un empate con ese gran cubano,Teófilo Stevenson.

Así que aun cuando nuestros gobiernos devinieron adversarios,nuestros pueblos compartían estas pasiones comunes,particularmente con la llegada a Estados Unidos de tantos cubanos.En Miami o La Habana usted puede encontrar lugares donde bailarcha-cha-cha o salsa; donde comer “ropa vieja”; la gente ennuestros dos países ha cantado con Celia Cruz, Gloria Estefan, yahora escuchan el reggaetón de Pitbull.

Millones de los nuestros tienen una misma religión, una fe a laque yo he rendido tributo en la Ermita de la Caridad de Miami, lapaz que los cubanos encuentran en La Cachita.

A pesar de nuestras diferencias, cubanos y estadounidensescomparten valores comunes en sus vidas: un sentido de patriotismo yde orgullo, un gran orgullo; un profundo amor a la familia; pasiónpor nuestros hijos; un compromiso con su educación. Y es por esoque creo que nuestros nietos mirarán este período de aislamientocomo una aberración, y apenas un capítulo en una historia máslarga de familiaridad y amistad.

Pero no podemos ni debemos ignorar las diferencias reales quetenemos, acerca de cómo organizamos nuestros gobiernos, nuestraseconomías y nuestras sociedades. Cuba tiene un sistema de partidoúnico; Estados Unidos es una democracia multipartidista. Cubatienen un modelo económico socialista; Estados Unidos uno demercado abierto. Cuba ha enfatizado el papel y los derechos delEstado; los Estados Unidos fueron fundados en los derechos de lapersona individual.

A pesar de estas diferencias, el 17 de diciembre del 2014 elpresidente Castro y yo anunciamos que los Estados Unidos y Cubacomenzarían un proceso de normalización de las relaciones entrenuestros países (Aplausos).

Desde entonces, hemos establecido relaciones diplomáticas yabierto embajadas. Hemos puesto en marcha iniciativas para cooperaren la salud y la agricultura, la educación y la aplicación de laley. Hemos llegado a acuerdos para restaurar los vuelos y elservicio de correso directos. Hemos ampliado los lazos comerciales,e incrementado la capacidad de los estadounidenses para viajar aCuba y hacer negocios aquí.

Y estos cambios han sido bien recibidos, a pesar de que todavíahay quienes se oponen estas políticas. Pero aún así, muchaspersonas en ambos lados de este debate se han preguntado: “¿Porqué ahora?" "¿Por qué ahora?”.

La respuesta es simple: Lo que Estados Unidos estaba haciendo noestaba funcionando. Tenemos que tener el valor de reconocer esaverdad. Una política de aislamiento diseñada para la Guerra Fríatenía poco sentido en el siglo XXI. El embargo sólo estabaperjudicando al pueblo cubano en lugar de ayudarlo. Y yo siempre hecreído en lo que Martin Luther King, Jr. llamó "la feroz urgenciadel ahora": no debemos temer al cambio, debemos abrazarlo.(Aplausos.)

Esto me conduce a una razón mayor y más importante de estoscambios (en español): Creo en el pueblo cubano. Creo en el pueblocubano. (Aplausos.) Esto no es sólo una política denormalización de las relaciones con el gobierno cubano. LosEstados Unidos de América están normalizando sus relaciones conel pueblo cubano. (Aplausos.)

Y hoy, quiero compartir con ustedes mi visión de lo que puedeser nuestro futuro. Quiero que el pueblo cubano ─especialmentelos jóvenes─- entiendan por qué creo que ustedes deben ver elfuturo con esperanza; y no es la falsa promesa que insiste en quelas cosas son mejores de lo que realmente son, o el optimismo ciegoque dice que todos sus problemas podrán desaparecer mañana. Esuna esperanza que tiene sus raíces en el futuro que ustedes puedenelegir, y pueden conformar, y pueden construir para su país.Yo tengo esa esperanza porque creo que elpueblo cubano es tan innovador como cualquier otro pueblo delmundo. En una economía global, impulsada por las ideas y lainformación, el mayor recurso de un país es su gente. En losEstados Unidos, tenemos un claro monumento a lo que el pueblocubano es capaz de construir: se llama Miami. Aquí en La Habana,vemos ese mismo talento en los cuentapropistas, las cooperativas,los autos antiguos que todavía ruedan (en español). El cubanoInventa del aire. (Aplausos).

Cuba cuenta con un extraordinario recurso: un sistema deeducación que valora a cada niño y cada niña. (Aplausos.) Y enlos últimos años, el gobierno cubano ha comenzado a abrirse almundo, y a abrir aún más espacio para que el talento florezca. Enpocos años, hemos visto como los cuentapropistas pueden saliradelante, mientras conservan un espíritu netamente cubano. Sertrabajador por cuenta propia no significa ser más como los EstadosUnidos, significa ser uno mismo.

Miren a Sandra Lídice Aldama, que decidió comenzar un pequeñonegocio. Los cubanos, dice, podemos "innovar y adaptar sin perdernuestra identidad ... nuestro secreto está en no copiar o imitarsino, simplemente, en ser nosotros mismos".

Es ahí donde comienza la esperanza: con la posibilidad deganarse la vida y construir algo de lo que uno pueda estarorgulloso. Es por eso que nuestras políticas se centran en elapoyo a los cubanos, y no en hacerles daño. Es por eso que nosdeshicimos de los límites en las remesas: para que los cubanostengan más recursos. Es por eso que estamos alentando los viajes,que construirán puentes entre nuestros pueblos, y traerán másingresos a las pequeñas empresas cubanas. Es por eso que hemosampliado el espacio para el comercio y los intercambios, de modoque los estadounidenses y los cubanos puedan trabajar juntos paraencontrar curas a las enfermedades, y crear puestos de trabajo, yabrir las puertas a más oportunidades para el pueblo cubano.

Como Presidente de los Estados Unidos, he exhortado a nuestroCongreso a levantar el embargo. (Aplausos). Es una carga obsoletasobre el pueblo cubano. Es una carga para los estadounidenses quequieren trabajar y hacer negocios o invertir aquí en Cuba. Es horade levantar el embargo. Pero incluso si se levantara el embargomañana, los cubanos no se darían cuenta de su potencial sin unacontinuidad de los cambios aquí en Cuba (Aplausos).

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Debiera ser más fácil abrir un negocio aquí en Cuba. Untrabajador debiera poder conseguir un trabajo directamente con lasempresas que invierten aquí en Cuba. Dos monedas no deben separarel tipo de salarios que los cubanos pueden ganar. Internet debeestar disponible en toda la isla, para que los cubanos puedanconectarse con el resto del mundo (Aplausos) y con uno de losgrandes motores del crecimiento en la historia humana.EstadosUnidos no limita la capacidad de Cuba para tomar estas medidas.Depende de ustedes. Y puedo decirles como amigo que en el siglo XXIla prosperidad sostenible depende de la educación, la salud, y laprotección del medio ambiente. Pero también depende delintercambio libre y abierto de ideas. Si uno no puede acceder a lainformación en línea, si no puede estar expuesto a diferentespuntos de vista, no alcanzará su máximo potencial. Y con eltiempo, la juventud va a perder la esperanza.

Sé que estos son temas sensibles, sobre todo viniendo de unpresidente estadounidense. Antes de 1959, algunos americanos veíana Cuba como algo que explotar, ignoraban la pobreza, facilitaban lacorrupción. Y desde 1959, hemos estado boxeando con nuestrassombras en esta batalla de la geopolítica y las personalidades.Conozco la historia, pero me niego a ser atrapado por ella.(Aplausos.) He dejado claro que Estados Unidosno tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un cambio enCuba. Cualquier cambio que venga dependerá del pueblocubano. No les vamos a imponer nuestro sistema político oeconómico. Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar supropia ruta y dar forma a su propio modelo. Pero después de habereliminado de nuestra relación la sombra de la historia, debohablar con honradez acerca de las cosas en que yo creo: las cosasen las que nosotros, como estadounidenses, creemos. Como dijoMartí, "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, ya pensar y a hablar sin hipocresía".

Así que, déjenme decirles en qué creo. No puedo obligarles aestar de acuerdo conmigo, pero ustedes deben saber lo que pienso.Creo que cada persona debe ser igual ante la ley. (Aplausos.) Todoslos niños merecen la dignidad que viene con la educación y laatención a la salud, y comida en la mesa y un techo sobre suscabezas. (Aplausos.) Creo que los ciudadanos deben tener lalibertad de decir lo que piensan sin miedo (Aplausos) deorganizarse y criticar a su gobierno, y de protestarpacíficamente; y que el Estado de Derecho no debe incluirdetenciones arbitrarias de las personas que ejercen esos derechos.(Aplausos). Creo que cada persona debe tener la libertad depracticar su religión en paz y públicamente (Aplausos). Y, sí,creo que los electores deben poder elegir a sus gobiernos enelecciones libres y democráticas. (Aplausos).

No todo el mundo está de acuerdo conmigo en esto. No todo elmundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense acerca de esto.Pero yo creo que los derechos humanos son universales. (Aplausos).Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo deCuba, y de las personas en todo el mundo.

Ahora bien, no es ningún secreto que nuestros gobiernos estánen desacuerdo sobre muchos de estos asuntos. He sostenidoconversaciones francas con el presidente Castro. Durante muchosaños, él ha señalado las fallas en el sistema americano: ladesigualdad económica; la pena de muerte; la discriminaciónracial; guerras en el extranjero. Eso es sólo una muestra. Éltiene una lista mucho más larga. (Risas). Pero esto es lo que elpueblo cubano necesita comprender: yo estoy abierto a ese debatepúblico y al diálogo. Es bueno. Es saludable. No le temo.

Tenemos demasiado dinero en la política estadounidense. Sinembargo, en Estados Unidos, todavía es posible para alguien comoyo -un niño que fue criado por una madre soltera, un niño mestizoque no tiene mucho dinero- aspirar al más alto cargo de la tierray ganarlo. Eso es lo que es posible en los Estados Unidos.(Aplausos).

Tenemos desafíos de discriminación racial -en nuestrascomunidades, en nuestro sistema de justicia criminal, en nuestrasociedad- un legado de la esclavitud y la segregación. Pero elhecho de que tengamos debates abiertos dentro de la propiademocracia estadounidense es lo que nos permite mejorar.

En 1959, el año en que mi padre se trasladó a Estados Unidos,en muchos estados americanos era ilegal que se casara con mi madre,que era blanca. Cuando empecé la escuela, todavía estábamosluchando por eliminar la segregación en las escuelas de todo elsur de los Estados Unidos. Pero las personas se organizaron;protestaron; debatieron estos temas; desafiaron a los funcionariosdel gobierno. Y debido a esas protestas, y debido a esos debates, ydebido a la movilización popular, es que yo puedo estar aquí hoy,un afroamericano, presidente de los Estados Unidos. El quepudiéramos lograr un cambio se debió a las libertades quedisfrutamos en los Estados Unidos.

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No estoy diciendo que sea fácil. Todavía hay enormes problemasen nuestra sociedad. Pero la manera que tenemos para resolverlos esla democracia. Así es como obtuvimos atención de salud para másestadounidenses. Así es como hemos hecho grandes avances en losderechos de la mujer y los derechos de los homosexuales. Así escomo atendemos la desigualdad que concentra tanta riqueza en losestratos superiores de nuestra sociedad. Gracias a que lostrabajadores pueden organizarse y la gente común tener una voz, lademocracia estadounidense ha dado a nuestra gente la oportunidad derealizar sus sueños y disfrutar de un alto nivel de vida.(Aplausos).

Ahora bien, todavía nos quedan algunas peleas difíciles. Nosiempre es bonito el proceso de la democracia. A menudo esfrustrante. Lo pueden ver en las elecciones que tenemos allá. Perodeténganse un momento y consideren este hecho: en la campañaelectoral estadounidense que está teniendo lugar en este momentohay dos cubanoamericanos del Partido Republicano, compitiendocontra el legado de un hombre negro que es Presidente, mientrasaducen ser la mejor persona para vencer al candidato demócrataque, o bien va a ser una mujer, o un socialdemócrata.(Risas yaplausos.) ¿Quién lo hubiera creído en 1959? Esa es una medidade nuestro progreso como democracia. (Aplausos).

Así que aquí está mi mensaje para el gobierno de Cuba y elpueblo cubano: los ideales que son el punto de partida de todarevolución ─ la revolución americana, la revolución cubana,los movimientos de liberación en todo el mundo - esos idealesencuentran su expresión más auténtica, creo yo, en unademocracia. No porque la democracia estadounidense sea perfecta,sino precisamente porque no lo somos. Y nosotros -como todos lospaíses- necesitamos para cambiar el espacio que la democracia nosda. Ella da a los individuos la capacidad de ser catalizadores parapensar en nuevas formas, y reimaginar cómo debe ser nuestrasociedad, y hacerse mejores.

Ya está teniendo lugar una evolución dentro de Cuba, un cambiogeneracional. Muchos sugerían que viniera aquí y le pidiera alpueblo de Cuba que echara abajo algo, pero estoy apelando a losjóvenes cubanos, que son los que van a levantar algo, a construiralgo nuevo. (Aplausos). El futuro de Cuba tieneque estar en las manos del pueblo cubano. (En español)(Aplausos). Y al presidente Castro –a quien le agradezcoestar aquí hoy─ quiero que sepa, creo que mi visita aquídemuestra, que no tiene por qué temer una amenaza de los EstadosUnidos. Y teniendo en cuenta su compromiso con la soberanía y laautodeterminación de Cuba, también estoy seguro de que no tienepor qué temer a las voces diferentes del pueblo cubano, y sucapacidad de expresarse, reunirse, y votar por sus líderes. Dehecho, tengo una esperanza para el futuro porque confío en que elpueblo cubano tomará las decisiones correctas.

Y como ustedes, también estoy seguro de que Cuba puede seguirdesempeñando un papel importante en el hemisferio y en todo elmundo, y mi esperanza, es que pueda hacerlo como socio de losEstados Unidos.

Hemos desempeñado roles muy diferentes en el mundo. Pero nadiedebería negar el servicio que miles de médicos cubanos hanprestado a los pobres y los que sufren. (Aplausos). El año pasado,trabajadores de la salud estadounidenses ─y militares deEE.UU.─- trabajaron codo a codo con los cubanos para salvar vidasy acabar con el Ébola en África Occidental. Creo que deberíamoscontinuar teniendo esa clase de cooperación en otros países.

Hemos estado en el lado opuesto de muchos conflictos en elcontinente americano. Pero hoy en día, los estadounidenses y loscubanos están sentados juntos en la mesa de negociación, yestamos ayudando a los colombianos a resolver una guerra civil quese ha prolongado durante décadas. (Aplausos). Ese tipo decooperación es bueno para todos. Brinda esperanza a todos en estehemisferio.

Tomamos diferentes caminos en nuestro apoyo al pueblo deSudáfrica para la abolición del apartheid. Pero el presidenteCastro y yo pudimos estar al mismo tiempo en Johannesburgo pararendir homenaje al legado del gran Nelson Mandela. (Aplausos).

Y al examinar su vida y sus palabras, estoy seguro de que ambosnos damos cuenta de que tenemos más trabajo por hacer parapromover la igualdad en nuestros propios países: para reducir ladiscriminación de las razas en nuestros propios países. Y enCuba, queremos que nuestro compromiso ayude a levantarse a loscubanos de ascendencia africana, (Aplausos) que han demostrado queno hay nada que no puedan lograr cuando se les da laoportunidad.

Foto: AFP

Hemos sido parte de diferentes bloques de naciones en elhemisferio, y vamos a seguir teniendo profundas diferencias sobrelas maneras de promover la paz, la seguridad, las oportunidades ylos derechos humanos. Pero a medida que se normalicen nuestrasrelaciones, creo que podremos ayudar a fomentar un mayor sentido deunidad en las Américas (en español) Todos somos americanos.(Aplausos).

Desde el inicio de mi mandato, he instado a la gente en lasAméricas a dejar atrás las batallas ideológicas del pasado.Estamos en una nueva era. Sé que muchos de los problemas de losque he hablado carecen del drama del pasado. Y sé que parte de laidentidad de Cuba es su orgullo de ser una pequeña nación insularcapaz de defender sus derechos, y estremecer al mundo. Perotambién sé que Cuba siempre se destacará por el talento, eltrabajo duro, y el orgullo del pueblo cubano. Esa es su fuerza.(Aplausos). Cuba no tiene que ser definida por ser adversario delos Estados Unidos, más de lo que los Estados Unidos deben serdefinidos por ser adversarios de Cuba. Tengo esa esperanza para elfuturo debido a la reconciliación que está teniendo lugar en elpueblo cubano.

Sé que algunos cubanos en la isla pueden tener la sensación deque los que se fueron de alguna manera apoyaron el viejo orden enCuba. Estoy seguro de que hay una narrativa que perdura aquí, yque sugiere que los exiliados cubanos pasaron por alto losproblemas de la Cuba pre-revolucionaria, y rechazaron la lucha porconstruir un nuevo futuro. Pero hoy les puedo decir que muchosexiliados cubanos guardan recuerdos de una dolorosa ─y, a vecesviolenta─ separación. Ellos aman a Cuba. Una parte de ellostodavía considera que este es su verdadero hogar. Es por eso quesu pasión es tan fuerte. Es por eso que su dolor es tan grande. Ypara la comunidad cubanoamericana que he llegado a conocer yrespetar, no se trata sólo de política. Se trata de la familia:el recuerdo de una casa que se perdió; el deseo de reconstruir unvínculo roto; la esperanza de un futuro mejor; la esperanza delretorno y la reconciliación.

A pesar de las políticas, las personas son personas, y loscubanos son cubanos. Y he venido aquí -he viajado esta distancia-sobre un puente que fue construido por cubanos a ambos lados delestrecho de la Florida. Primero llegué a conocer el talento y lapasión de los cubanos en Estados Unidos. Y sé cómo han sufridoalgo más que el dolor del exilio: también saben lo que es ser unextraño, y pasar trabajos, y trabajar más duro para asegurarse deque sus hijos puedan llegar más lejos en América.

Así que la reconciliación de los cubanos - los hijos y nietosde la revolución, y los hijos y nietos del exilio- es fundamentalpara el futuro de Cuba. (Aplausos).

Uno lo ve en Gloria González, que viajó aquí en 2013, porprimera vez después de 61 años de separación, y fue recibida porsu hermana, Llorca. "Tú me reconociste, pero yo no te reconocí ati", dijo Gloria espués de abrazar a su hermana. Imagínese eso,después de 61 años.

Se ve en Melinda López, que llegó a la antigua casa de sufamilia. Y mientras caminaba por las calles, una anciana lareconoció como hija de su madre, y se puso a llorar. La llevó asu casa y le mostró un montón de fotos que incluían algunas deMelinda cuando era una bebé, que su madre le había enviado hacía50 años. Melinda diría más tarde: "Muchos de nosotros estamosrecuperando tanto ahora".

Se ve en Cristian Miguel Soler, un joven que fue el primero desu familia en viajar aquí después de 50 años. Y al encontrarsecon sus familiares, por primera vez, dijo, "Me di cuenta de que lafamilia es la familia, sin importar la distancia entrenosotros".

A veces los cambios más importantes comienzan en lugarespequeños. Las mareas de la historia pueden dejar a las personasatrapadas en situaciones de conflicto, y exilio, y pobreza. Senecesita tiempo para que esas circunstancias cambien. Pero en elreconocimiento de una humanidad común, en la reconciliación depersonas unidas por lazos de sangre y en el creer el uno en elotro, es donde comienza el progreso. En el entendimiento, y elsaber escuchar, y el perdón. Y si el pueblo cubano enfrenta elfuturo unido, será más probable que los jóvenes de hoy puedanvivir con dignidad y alcanzar sus sueños aquí en Cuba.

La historia de los Estados Unidos y Cuba abarca revolución yconflicto; lucha y sacrificio; retribución y, ahora,reconciliación. Es ya hora de dejar atrás el pasado. Ha llegadoel momento de que miremos juntos hacia el futuro (en español) unfuturo de esperanza. Y no va a ser fácil, y habrá adversidades.Tomará tiempo. Pero mi tiempo aquí en Cuba renueva mi esperanza ymi confianza en lo que el pueblo cubano puede hacer. Podemos hacereste viaje como amigos, y como vecinos, y como familia:juntos. (En español): "Sí sepuede".

Muchas gracias. (Aplausos.)

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