El primer ministro británico, Boris Johnson, negó este lunes haber tocado de manera inapropiada a una periodista hace 20 años y aseguró que la gente está mucho más interesada en escuchar sus planes para los servicios públicos.
En momentos en que Johnson se prepara para liderar la salida de Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre, sus relaciones pasadas con varias mujeres están siendo objeto de escrutinio. Las acusaciones ensombrecieron la conferencia anual del Partido Conservador, que comenzó el domingo.
La columnista Charlotte Edwardes escribió en The Sunday Times que Johnson la manoseó en un almuerzo en 1999, cuando él era editor de la revista The Spectator.
"Bajo la mesa, sentí la mano de Johnson sobre mi muslo. Y le dio un apretón", escribió Edwardes. "Su mano subió por mi muslo y tenía suficiente carne bajo sus dedos para hacer que me congelara de golpe en la silla".
Edwardes sostuvo que, tras la comida, le comentó lo sucedido a otra mujer que se había sentado frente a Johnson y que esta le dijo que también había siso manoseada.
Al ser consultado en una entrevista televisiva si tocó de manera inapropiada su muslo, Johnson respondió: "No".
Cuando se le inquirió a continuación si Edwardes inventó la historia, afirmó: "Solo digo lo que dije y que creo que lo que la gente quiere escuchar es lo que estamos haciendo por ellos, por el país y la inversión como manera de unir al país".
Cuando se preguntó a Johnson sobre si las acusaciones están opacando la conferencia, indicó que "de ninguna manera. Creo que lo que la gente quiere oír es lo que estamos haciendo para unir al país y seguir mejorando sus vidas".
Tras una negativa de Downing Street, Edwardes dijo en Twitter: "Si el primer ministro no recuerda el incidente, entonces tengo claramente mejor memoria que él".
El gobierno local de Londres, en manos laboristas, dijo el viernes que contactó a la policía para que investigue las acusaciones que aseguran que, cuando era alcalde, Johnson no declaró sus estrechos lazos con la empresaria estadounidense Jennifer Arcuri, que recibió miles de libras en financiación pública y puestos en viajes oficiales, reveló The Sunday Times.
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