/ sábado 19 de febrero de 2022

Canadá sube la intensidad de los operativos para liberar las calles de manifestantes

La policía canadiense comenzó a utilizar sustancias irritantes para desalojar a los manifestantes que se negaban a dejar la zona del Parlamento en Ottawa

Las autoridades de Canadá subieron la intensidad de los operativos para liberar las calles de Ottawa de los manifestantes que desde hace semanas protestan contra las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de Covid-19.

En una demostración de fuerza que duró todo el día, cientos de agentes policiales protagonizaron tensas escenas en el corazón de Ottawa, usualmente tranquila, donde los choques y arrestos el viernes dispararon la tensión.

Las autoridades admitieron haber usado "una sustancia química irritante" para contener a varios manifestantes que se negaban a abandonar la protesta. Un grupo formó una cadena humana y lanzó gases a la policía.

"Hoy alcanzamos avances muy significativos para desalojar de forma segura esta protesta ilegal de nuestras calles", declaró el jefe adjunto de la policía de la capital canadiense, Steve Bell, en una conferencia de prensa. Agregó, sin embargo, que "la operación sigue en marcha, no ha terminado y tomará más tiempo".

A mediodía, la policía tomó control de la calle principal frente al Parlamento, incluyendo una tarima que había sido usada por los manifestantes para congregar seguidores, y detuvo a 47 personas, algunos portaban fuegos artificiales.

El mensaje policial "deben irse, (o) serán detenidos" se escuchaba por un megáfono en las calles que rodean el Parlamento.

Mientras, dentro del complejo legislativo, el primer ministro Justin Trudeau reunió a un grupo de respuesta, mientras los legisladores retomaban el debate sobre una ley de que da poderes excepcionales al gobierno por primera vez en 50 años.

Según Bell, 170 personas han sido arrestadas desde el comienzo de la operación y la policía abrió varias investigaciones penales "relacionadas con la incautación de armas". Solo el viernes la policía detuvo a más de un centenar en Ottawa, incluyendo tres organizadores.

Manifestantes se niegan a retirarse

Se trata de la mayor operación policial jamás vista en la capital canadiense, en la que participaron cientos de agentes de todo el país. Las autoridades habían subrayado que se pertrecharon con cascos y bastones ante la agresividad de los manifestantes.

El llamado "Convoy de la Libertad" acusó a la policía de golpear y pisotear a los manifestantes, urgiendo a sus seguidores en un comunicado a "irse de la colina del Parlamento para evitar más brutalidad".

Pocos instantes antes de la arremetida policial, los manifestantes que seguían en pie limpiaban sus pancartas cubiertas de nieve en las que denunciaban las restricciones ligadas a la pandemia de Covid; otros intentaban calentarse cerca de una fogata, en medio de las bocinas frenéticas de los camiones estacionados.

"No me voy a ir", dijo Johnny Rowe a la AFP, desestimando un posible arresto. "No hay nada a lo que volver", dijo. "Todos aquí, y me incluyo, han visto su vida destruida por lo que ha pasado en los últimos dos años".

La policía advirtió el sábado en Twitter que "cualquier persona que se encuentre en la zona" del centro "será arrestada" y acusó a los camioneros, varios de los cuales estaban acompañados de niños, de poner a estos en peligro.

Algunos camioneros decidieron irse por su cuenta, saliendo al volante de sus enormes vehículos tras tres semanas de manifestaciones que, en su cúspide, congregaron a miles de personas en la capital.

"Me voy hoy", dijo Vince Green, explicando que él y su esposa, una exenfermera que perdió su trabajo por negarse a vacunarse contra el Covid-19, debían regresar a Calgary, Alberta, para estar con sus hijos.

Debate sobre medidas de emergencia

El "Convoy de la Libertad", que inspiró protestas similares en otros países, inició con una manifestación de camioneros contra el requisito de vacunarse para cruzar la frontera con Estados Unidos.

Pero sus demandas se extendieron luego al rechazo de todas las medidas sanitarias por la pandemia y, entre muchos, a postulados contra el establishment.

En su pico, el movimiento también incluyó cortes de ruta en la frontera con Estados Unidos, incluyendo un curce clave a través entre Ontario y Detroit. Todos fueron desbloqueados, no sin antes causar miles de millones de pérdidas a la economía canadiense, según el gobierno.

Los camioneros se ganaron el apoyo del multimillonario estadounidense Elon Musk, varios legisladores republicanos, así como del expresidente Donald Trump e incluso del exmandatario iraní Mahmud Ahmadinejad.

Criticado por vacilar ante las protestas, Trudeau invocó esta semana la Ley de Emergencias por segunda vez en la historia en tiempos de paz en Canadá.

Los legisladores canadienses, divididos sobre esas medidas extraordinarias, debatían su implementación cuando el Parlamento fue cerrado el viernes.

Tras la reanudación de las discusiones el sábado, se espera un voto final sobre las medidas de emergencia el lunes.

El exlíder conservador Andrew Scheer acusó al gobierno liberal de Trudeau de usar un "mazo para castigar el disentimiento".

Trudeau aseguró que la ley no sería usada para enfrentar a los militares contra los manifestantes o limitar la libertad de expresión.

El objetivo es simplemente "abordar la amenaza actual y tener la situación completamente bajo control", dijo. "Los bloqueos y ocupaciones ilegales no son protestas pacíficas", dijo.

Las autoridades de Canadá subieron la intensidad de los operativos para liberar las calles de Ottawa de los manifestantes que desde hace semanas protestan contra las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de Covid-19.

En una demostración de fuerza que duró todo el día, cientos de agentes policiales protagonizaron tensas escenas en el corazón de Ottawa, usualmente tranquila, donde los choques y arrestos el viernes dispararon la tensión.

Las autoridades admitieron haber usado "una sustancia química irritante" para contener a varios manifestantes que se negaban a abandonar la protesta. Un grupo formó una cadena humana y lanzó gases a la policía.

"Hoy alcanzamos avances muy significativos para desalojar de forma segura esta protesta ilegal de nuestras calles", declaró el jefe adjunto de la policía de la capital canadiense, Steve Bell, en una conferencia de prensa. Agregó, sin embargo, que "la operación sigue en marcha, no ha terminado y tomará más tiempo".

A mediodía, la policía tomó control de la calle principal frente al Parlamento, incluyendo una tarima que había sido usada por los manifestantes para congregar seguidores, y detuvo a 47 personas, algunos portaban fuegos artificiales.

El mensaje policial "deben irse, (o) serán detenidos" se escuchaba por un megáfono en las calles que rodean el Parlamento.

Mientras, dentro del complejo legislativo, el primer ministro Justin Trudeau reunió a un grupo de respuesta, mientras los legisladores retomaban el debate sobre una ley de que da poderes excepcionales al gobierno por primera vez en 50 años.

Según Bell, 170 personas han sido arrestadas desde el comienzo de la operación y la policía abrió varias investigaciones penales "relacionadas con la incautación de armas". Solo el viernes la policía detuvo a más de un centenar en Ottawa, incluyendo tres organizadores.

Manifestantes se niegan a retirarse

Se trata de la mayor operación policial jamás vista en la capital canadiense, en la que participaron cientos de agentes de todo el país. Las autoridades habían subrayado que se pertrecharon con cascos y bastones ante la agresividad de los manifestantes.

El llamado "Convoy de la Libertad" acusó a la policía de golpear y pisotear a los manifestantes, urgiendo a sus seguidores en un comunicado a "irse de la colina del Parlamento para evitar más brutalidad".

Pocos instantes antes de la arremetida policial, los manifestantes que seguían en pie limpiaban sus pancartas cubiertas de nieve en las que denunciaban las restricciones ligadas a la pandemia de Covid; otros intentaban calentarse cerca de una fogata, en medio de las bocinas frenéticas de los camiones estacionados.

"No me voy a ir", dijo Johnny Rowe a la AFP, desestimando un posible arresto. "No hay nada a lo que volver", dijo. "Todos aquí, y me incluyo, han visto su vida destruida por lo que ha pasado en los últimos dos años".

La policía advirtió el sábado en Twitter que "cualquier persona que se encuentre en la zona" del centro "será arrestada" y acusó a los camioneros, varios de los cuales estaban acompañados de niños, de poner a estos en peligro.

Algunos camioneros decidieron irse por su cuenta, saliendo al volante de sus enormes vehículos tras tres semanas de manifestaciones que, en su cúspide, congregaron a miles de personas en la capital.

"Me voy hoy", dijo Vince Green, explicando que él y su esposa, una exenfermera que perdió su trabajo por negarse a vacunarse contra el Covid-19, debían regresar a Calgary, Alberta, para estar con sus hijos.

Debate sobre medidas de emergencia

El "Convoy de la Libertad", que inspiró protestas similares en otros países, inició con una manifestación de camioneros contra el requisito de vacunarse para cruzar la frontera con Estados Unidos.

Pero sus demandas se extendieron luego al rechazo de todas las medidas sanitarias por la pandemia y, entre muchos, a postulados contra el establishment.

En su pico, el movimiento también incluyó cortes de ruta en la frontera con Estados Unidos, incluyendo un curce clave a través entre Ontario y Detroit. Todos fueron desbloqueados, no sin antes causar miles de millones de pérdidas a la economía canadiense, según el gobierno.

Los camioneros se ganaron el apoyo del multimillonario estadounidense Elon Musk, varios legisladores republicanos, así como del expresidente Donald Trump e incluso del exmandatario iraní Mahmud Ahmadinejad.

Criticado por vacilar ante las protestas, Trudeau invocó esta semana la Ley de Emergencias por segunda vez en la historia en tiempos de paz en Canadá.

Los legisladores canadienses, divididos sobre esas medidas extraordinarias, debatían su implementación cuando el Parlamento fue cerrado el viernes.

Tras la reanudación de las discusiones el sábado, se espera un voto final sobre las medidas de emergencia el lunes.

El exlíder conservador Andrew Scheer acusó al gobierno liberal de Trudeau de usar un "mazo para castigar el disentimiento".

Trudeau aseguró que la ley no sería usada para enfrentar a los militares contra los manifestantes o limitar la libertad de expresión.

El objetivo es simplemente "abordar la amenaza actual y tener la situación completamente bajo control", dijo. "Los bloqueos y ocupaciones ilegales no son protestas pacíficas", dijo.

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