A muchos los hizo correr a la tienda y comprar cartones de cerveza por impulso, por temor. Tremendo revuelo causó en todo el país el anuncio del gobernador de Nuevo León, JAIME RODRÍGUEZ CALDERÓN, quien explicó que a partir de este 3 de abril cerrarán las empresas cerveceras del Estado y cesará la producción y la distribución de la bebida. No es un producto esencial, dijo EL BRONCO, si hay que imponer Ley Seca, se impondrá en estos momentos de crisis sanitaria nacional.
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Vaya susto nos dio El Bronco. Claudia Sheinbaum, acá en la Ciudad de México, tuvo que salir a aclarar que las tiendas no pueden condicionar la venta de alcohol en la capital, pues no hay Ley Seca. Con casi cuatro mil pesos invertidos al año en promedio por persona en la bebida, según datos de la Secretaría de Hacienda, aquel estado y sobre todo la ciudad de Monterrey tienen desde hace muchos años el primer lugar en la estadística de consumo, por arriba incluso de la CdMx. De ahí que, la noticia de que los regios dejarán de tomar cerveza por lo menos durante un mes, se haya visto ahora sí para los mexicanos como una señal de alerta.
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Nos cuentan que en no pocos estados se analiza ya la posibilidad de replicar, durante la Semana Santa, las acciones que la policía de Quintana Roo, bajo el mando de Alberto Capella, implementa como medida de contención del Covid-19.
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En el Caribe los elementos de seguridad realizan patrullajes, cierre de vialidades y, por supuesto, supervisan que las playas y centros turísticos se encuentren totalmente vacíos. Además, nos aseguran, son varios los mandatarios, además de los de la península de Yucatán, que anunciarán pronto la puesta en marcha de sanciones conforme a las distintas leyes estatales, esto para quienes no obedezcan las medidas sanitarias dictadas por la Secretaría de Salud y los gobiernos locales.
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Fitch Ratings bajó las calificación de largo plazo en escala nacional de Alsea, una de las primeras empresas que se metió como basurita en el ojo de la cuatroté, después de que algunos empleados de algunas de sus cadenas de comida rápida hicieron público en las benditas redes sociales que supuestamente los estaban invitando a irse de vacaciones sin goce de sueldo ante la fuerte crisis que evoluciona de la mano del coronavirus. Pasó de “A+” a solamente “A”, pero la perspectiva es “Estable”. La empresa que encabeza Alberto Torrado sigue sin embargo bajo observación de la Secretaría del Trabajo, de Luisa María Alcalde, y del mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
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Fibra Monterrey, que encabeza Jorge Ávalos, se echó para atrás en la compra recientemente anunciada del complejo de oficinas La Perla, del área metropolitana de Guadalajara. Apenas el seis de febrero decían que sería suyo, y unas semanas después, evaluando las condiciones del mercado, prefieren esperar antes de soltar millones de dólares a ciegas. La historia recurrente de muchas empresas en el país, y en el mundo. Los planes de inversión, más congelados que la última chela en Nuevo León.
