/ lunes 16 de octubre de 2023

Agenda Confidencial | & Inflación baja, precios suben

Según los reportes oficiales y oficiosos, la inflación sigue a la baja. Sin embargo, los precios de una buena cantidad de productos, sobre todo de los alimentos, mantienen su tendencia al alza, y parece que nada ni nadie podrá detenerlos. ¿Ni la secretaría de Economía? Preguntan los ingenuos. Pues menos, porque sus funcionarios “están de florero”.

Que si la sequía, que si el exceso de lluvias, que la menor producción, que si la guerra en Ucrania y Medio Oriente, que si las extorsiones del crimen organizado a los productores, en fin, argumentos sobran para tratar de explicar los incrementos que en algunos alimentos son desorbitantes, como es el caso del “polvito blanco” que se consume anualmente por millones de toneladas; no nos referimos al fentanilo, sino al azúcar, que en tan sólo 5 meses su precio aumentó 50 por ciento, lo que ha causado estragos en los consumidores, desde pequeñas, medianas y grandes empresas, hasta la gente de a pie.

La semana pasada, el director ejecutivo de la Cámara Azucarera, que agrupa a todos los ingenios del país, Humberto Jasso, por cierto exfuncionario de la secretaría de Economía, afirmó que el mencionado incremento en las cotizaciones del azúcar en el periodo señalado, es culpa de los malditos especuladores que no tienen llenadera, y que andan difundiendo la versión malsana de que no hay dulce en el país, cuando el “polvito blanco” les sale hasta por las orejas a los dueños de los ingenios, quiso decir, pues existen, según él, 700 mil toneladas en las bodegas de las fábricas para cubrir la demanda de los tres últimos meses del año. Lo que no dijo Jasso es que el mercado nacional “se chupa” 350 mil toneladas mensuales, por lo que faltarían 450 mil.

Por otro lado, muchas empresas, de todos los tamaños, se quejan de que los ingenios les han informado desde hace un par de meses, que no tienen existencias, y que será hasta enero cuando podrán venderles dulce de la nueva zafra, pero sin garantizarles precio ni volúmenes; además tendrán que pagarles por adelantado, o “dando y dando azúcar volando”.

Los especialistas en la materia cuestionan al ejecutivo de la Cámara Azucarera – lo que no hicieron los reporteros bisoños que cubrieron el evento porque no conocen del tema--, con los siguientes argumentos: 1) Quienes fijan los precios (LAB ingenio) del dulce son los dueños de los ingenios, no los comercializadores ni distribuidores de las centrales de abasto. 2) Los industriales son los principales especuladores pues nadie más produce dulce de caña en este país, y son ellos quienes han llevado los precios a niveles históricos, obteniendo cuantiosas ganancias. 3) La última zafra arrojó un déficit de casi 1 millón de toneladas que no ha podido cubrirse con importaciones de 300 mil toneladas, en donde participaron algunos industriales del azúcar.

La secretaría de Economía debería estar enterada de esta situación en el mercado azucarero que se vio venir desde principios de año. Pero como los funcionarios responsables del sector “están de floreros”, no hicieron nada para detener la especulación de los dueños de los ingenios, y el “superboom” de precios… ni harán.

Según los reportes oficiales y oficiosos, la inflación sigue a la baja. Sin embargo, los precios de una buena cantidad de productos, sobre todo de los alimentos, mantienen su tendencia al alza, y parece que nada ni nadie podrá detenerlos. ¿Ni la secretaría de Economía? Preguntan los ingenuos. Pues menos, porque sus funcionarios “están de florero”.

Que si la sequía, que si el exceso de lluvias, que la menor producción, que si la guerra en Ucrania y Medio Oriente, que si las extorsiones del crimen organizado a los productores, en fin, argumentos sobran para tratar de explicar los incrementos que en algunos alimentos son desorbitantes, como es el caso del “polvito blanco” que se consume anualmente por millones de toneladas; no nos referimos al fentanilo, sino al azúcar, que en tan sólo 5 meses su precio aumentó 50 por ciento, lo que ha causado estragos en los consumidores, desde pequeñas, medianas y grandes empresas, hasta la gente de a pie.

La semana pasada, el director ejecutivo de la Cámara Azucarera, que agrupa a todos los ingenios del país, Humberto Jasso, por cierto exfuncionario de la secretaría de Economía, afirmó que el mencionado incremento en las cotizaciones del azúcar en el periodo señalado, es culpa de los malditos especuladores que no tienen llenadera, y que andan difundiendo la versión malsana de que no hay dulce en el país, cuando el “polvito blanco” les sale hasta por las orejas a los dueños de los ingenios, quiso decir, pues existen, según él, 700 mil toneladas en las bodegas de las fábricas para cubrir la demanda de los tres últimos meses del año. Lo que no dijo Jasso es que el mercado nacional “se chupa” 350 mil toneladas mensuales, por lo que faltarían 450 mil.

Por otro lado, muchas empresas, de todos los tamaños, se quejan de que los ingenios les han informado desde hace un par de meses, que no tienen existencias, y que será hasta enero cuando podrán venderles dulce de la nueva zafra, pero sin garantizarles precio ni volúmenes; además tendrán que pagarles por adelantado, o “dando y dando azúcar volando”.

Los especialistas en la materia cuestionan al ejecutivo de la Cámara Azucarera – lo que no hicieron los reporteros bisoños que cubrieron el evento porque no conocen del tema--, con los siguientes argumentos: 1) Quienes fijan los precios (LAB ingenio) del dulce son los dueños de los ingenios, no los comercializadores ni distribuidores de las centrales de abasto. 2) Los industriales son los principales especuladores pues nadie más produce dulce de caña en este país, y son ellos quienes han llevado los precios a niveles históricos, obteniendo cuantiosas ganancias. 3) La última zafra arrojó un déficit de casi 1 millón de toneladas que no ha podido cubrirse con importaciones de 300 mil toneladas, en donde participaron algunos industriales del azúcar.

La secretaría de Economía debería estar enterada de esta situación en el mercado azucarero que se vio venir desde principios de año. Pero como los funcionarios responsables del sector “están de floreros”, no hicieron nada para detener la especulación de los dueños de los ingenios, y el “superboom” de precios… ni harán.