/ lunes 29 de enero de 2024

Agenda Confidencial / Ni “piñazos”, ni madrazos

El presidente Andrés Manuel López Obrador no quiso “agarrase a piñazos” con el expresidente Ernesto Zedillo, a quien ha criticado por el “error de diciembre” de 1994, por haber creado el engendro llamado Fobaproa, que convirtió la deuda privada de los bancos y los empresarios en deuda pública; de vender los ferrocarriles nacionales de México, de ser empleado de una de las compañías gringas a las que les asignó el negocio, entre otras cosas horribles, horribles.

En lugar de los “piñazos”, AMLO se concretó a decir que “no somos iguales”, que respeta la posición del “Dr. Z”, pero que es seudodemócrata. Zedillo tampoco quiso ponerse al “tú por tú” con el primer mandatario, sin embargo, se lanzó duro y fuerte contra el populismo y contra aquellos mandatarios que en varios países que presumen ser demócratas y atentan contra la democracia en cuanto acceden al poder; que critican al neoliberalismo y al capitalismo cuando no entienden algunas cosas. “Cada vez que algún político que no entiende algunas cosas y quiere insultar a alguien, le dice neoliberal”, afirmó el expresidente, quien con esa “humildad” que siempre le ha caracterizado, reconoció que desde chiquito se declaró neoliberal; no vendía gelatinas, pero si fue bolero, recordaron sus biógrafos.
Dijo Zedillo que hay que cuestionar si se ha utilizado la economía y la democracia de manera adecuada para que éstas sean servidoras del bienestar colectivo, pues se tiene que admitir que ha habido fallas en la conducción, en el diseño y en la ejecución de las políticas públicas. "Las fallas han provocado la apertura de espacios para que el populismo, que está en la parte oscura de la historia política y económica de los países… lo que es muy desafortunado”.

Ya encarrerado explicó: "Periódicamente, se abren espacios por situaciones de malestar o descontento que son aprovechados por quienes no creen en la libertad, por quienes no creen en el Estado de Derecho, por quienes no creen en la democracia".

Y ahí como no queriendo la cosa se refirió a las dictaduras en América Latina, no a la “dictadura perfecta en México”, encabezada por el PRI, como afirmó Mario Vargas Llosa en 1990 (cuatro años antes de que Zedillo llegara al poder, gracias a un “accidente de la historia”, como lo calificaron los observadores.
En los viejos tiempos, indicó Zedillo, lo que sucedía es que estas personas lograban asociaciones con el poder militar en ciertos países, se "apoderaban del poder" y decían “ahora nosotros ejercemos el poder político porque tenemos el poder de la fuerza del estado”. Y remató: "Lo que ha sucedido en nuestra época es que esos han aprendido cómo funciona el sistema, esos les gusta la democracia hasta que ésta les da la oportunidad de acceder al poder y una vez que acceden al poder se marcan el objetivo de erosionar la democracia para llegar exactamente a donde llegaron los cínicos que por medio de la fuerza se hacían del poder y esto es un problema muy serio porque la forma de acceder al poder vía democrática es a través del engaño, a través de la demagogia, a través del populismo. Los pueblos son susceptibles a que se les prometa el paraíso sin esfuerzo".

AMLO se concretó a responderle: “Es que somos diferentes, son dos proyectos, distintos y contrapuestos de nación, son dos visiones; dos concepciones. Son seudo demócratas”.

@LuisSotoAgenda


El presidente Andrés Manuel López Obrador no quiso “agarrase a piñazos” con el expresidente Ernesto Zedillo, a quien ha criticado por el “error de diciembre” de 1994, por haber creado el engendro llamado Fobaproa, que convirtió la deuda privada de los bancos y los empresarios en deuda pública; de vender los ferrocarriles nacionales de México, de ser empleado de una de las compañías gringas a las que les asignó el negocio, entre otras cosas horribles, horribles.

En lugar de los “piñazos”, AMLO se concretó a decir que “no somos iguales”, que respeta la posición del “Dr. Z”, pero que es seudodemócrata. Zedillo tampoco quiso ponerse al “tú por tú” con el primer mandatario, sin embargo, se lanzó duro y fuerte contra el populismo y contra aquellos mandatarios que en varios países que presumen ser demócratas y atentan contra la democracia en cuanto acceden al poder; que critican al neoliberalismo y al capitalismo cuando no entienden algunas cosas. “Cada vez que algún político que no entiende algunas cosas y quiere insultar a alguien, le dice neoliberal”, afirmó el expresidente, quien con esa “humildad” que siempre le ha caracterizado, reconoció que desde chiquito se declaró neoliberal; no vendía gelatinas, pero si fue bolero, recordaron sus biógrafos.
Dijo Zedillo que hay que cuestionar si se ha utilizado la economía y la democracia de manera adecuada para que éstas sean servidoras del bienestar colectivo, pues se tiene que admitir que ha habido fallas en la conducción, en el diseño y en la ejecución de las políticas públicas. "Las fallas han provocado la apertura de espacios para que el populismo, que está en la parte oscura de la historia política y económica de los países… lo que es muy desafortunado”.

Ya encarrerado explicó: "Periódicamente, se abren espacios por situaciones de malestar o descontento que son aprovechados por quienes no creen en la libertad, por quienes no creen en el Estado de Derecho, por quienes no creen en la democracia".

Y ahí como no queriendo la cosa se refirió a las dictaduras en América Latina, no a la “dictadura perfecta en México”, encabezada por el PRI, como afirmó Mario Vargas Llosa en 1990 (cuatro años antes de que Zedillo llegara al poder, gracias a un “accidente de la historia”, como lo calificaron los observadores.
En los viejos tiempos, indicó Zedillo, lo que sucedía es que estas personas lograban asociaciones con el poder militar en ciertos países, se "apoderaban del poder" y decían “ahora nosotros ejercemos el poder político porque tenemos el poder de la fuerza del estado”. Y remató: "Lo que ha sucedido en nuestra época es que esos han aprendido cómo funciona el sistema, esos les gusta la democracia hasta que ésta les da la oportunidad de acceder al poder y una vez que acceden al poder se marcan el objetivo de erosionar la democracia para llegar exactamente a donde llegaron los cínicos que por medio de la fuerza se hacían del poder y esto es un problema muy serio porque la forma de acceder al poder vía democrática es a través del engaño, a través de la demagogia, a través del populismo. Los pueblos son susceptibles a que se les prometa el paraíso sin esfuerzo".

AMLO se concretó a responderle: “Es que somos diferentes, son dos proyectos, distintos y contrapuestos de nación, son dos visiones; dos concepciones. Son seudo demócratas”.

@LuisSotoAgenda