/ viernes 12 de abril de 2024

Antena / El postdebate y el embate a medios

Esta fue la semana del postdebate presidencial y no necesariamente por la confrontación de ideas entre las candidatas y el candidato, sino, porque el formato no permitió un verdadero diálogo y comparación de propuestas entre los participantes ni facilitó conocer que plantean; aunado a las quejas por aspectos en la organización y los errores en la producción como la falla en el reloj o los tiros de cámara.

No se trata tampoco de señalar culpables, queda claro que, en México, se tiene miedo por parte de los partidos a los debates y con una autoridad electoral sometida a sus designios, ese es su resultado.

Pero, de aquí a que llega el 28 de abril, día del segundo debate, la discusión en estos días ha venido más por las declaraciones del presidente de la República en las “Mañaneras” donde comenzó por cuestionar las preguntas formuladas a los participantes en el debate, señalando que ninguna era sobre las obras que ha realizado en su gestión, sino al contrario, eran criticas a diversos ámbitos de su mandato.

Aseguro, que “toda la narrativa del debate fue eso, en reconocer absolutamente nada, es la narrativa de Televisa, Azteca … y el Universal", y remató diciendo que esta narrativa se utilizó para formular las preguntas en el debate, con una supuesta consulta a los ciudadanos, dejando a los conductores el "privilegio de elegir las preguntas".

Y todavía ayer en el Consejo General del INE, el bloque oficialista retoma fielmente estos “reclamos” para intentar buscar un debate aún más acartonado que el del domingo pasado.

Para Denisse Maerker y Manuel López San Martin, el mayor de nuestros respeto por su labor de moderadores; así como, para Ciro Gómez Leyva o a Joaquín López Doriga, por los constantes menciones nada favorables a su persona, sólo por hacer periodismo.

Lo que no se vale es estigmatizar -una vez más- a medios y periodistas, si los ciudadanos que enviaron sus preguntas cuestionando lo que padecen cotidianamente (salud, educación, etc.) es porque carecen de medicamentos o escuelas públicas dignas, para nadie es un secreto.

En la actualidad, la mayor parte de las naciones, se ha convencido de que el autoritarismo solo ha significado atraso, pobreza, ausencia de libertades y predominio de la violencia, por eso lo rechazan como forma de gobierno y dominación, imponiéndose la voluntad de los pueblos de evolucionar a procesos de democratización cada vez más profundos, en los que sus sociedades van eliminando, más pronto que tarde, las patologías que aún van quedando como reminiscencias de una práctica política que se niega a perecer.

El México de hoy debe considerar como un aviso del grave peligro que corren las naciones cuando no conducen su convivencia política por los senderos del diálogo, la tolerancia, la paz social y el pluralismo. Ahora es el momento de demostrarlo.

Esta fue la semana del postdebate presidencial y no necesariamente por la confrontación de ideas entre las candidatas y el candidato, sino, porque el formato no permitió un verdadero diálogo y comparación de propuestas entre los participantes ni facilitó conocer que plantean; aunado a las quejas por aspectos en la organización y los errores en la producción como la falla en el reloj o los tiros de cámara.

No se trata tampoco de señalar culpables, queda claro que, en México, se tiene miedo por parte de los partidos a los debates y con una autoridad electoral sometida a sus designios, ese es su resultado.

Pero, de aquí a que llega el 28 de abril, día del segundo debate, la discusión en estos días ha venido más por las declaraciones del presidente de la República en las “Mañaneras” donde comenzó por cuestionar las preguntas formuladas a los participantes en el debate, señalando que ninguna era sobre las obras que ha realizado en su gestión, sino al contrario, eran criticas a diversos ámbitos de su mandato.

Aseguro, que “toda la narrativa del debate fue eso, en reconocer absolutamente nada, es la narrativa de Televisa, Azteca … y el Universal", y remató diciendo que esta narrativa se utilizó para formular las preguntas en el debate, con una supuesta consulta a los ciudadanos, dejando a los conductores el "privilegio de elegir las preguntas".

Y todavía ayer en el Consejo General del INE, el bloque oficialista retoma fielmente estos “reclamos” para intentar buscar un debate aún más acartonado que el del domingo pasado.

Para Denisse Maerker y Manuel López San Martin, el mayor de nuestros respeto por su labor de moderadores; así como, para Ciro Gómez Leyva o a Joaquín López Doriga, por los constantes menciones nada favorables a su persona, sólo por hacer periodismo.

Lo que no se vale es estigmatizar -una vez más- a medios y periodistas, si los ciudadanos que enviaron sus preguntas cuestionando lo que padecen cotidianamente (salud, educación, etc.) es porque carecen de medicamentos o escuelas públicas dignas, para nadie es un secreto.

En la actualidad, la mayor parte de las naciones, se ha convencido de que el autoritarismo solo ha significado atraso, pobreza, ausencia de libertades y predominio de la violencia, por eso lo rechazan como forma de gobierno y dominación, imponiéndose la voluntad de los pueblos de evolucionar a procesos de democratización cada vez más profundos, en los que sus sociedades van eliminando, más pronto que tarde, las patologías que aún van quedando como reminiscencias de una práctica política que se niega a perecer.

El México de hoy debe considerar como un aviso del grave peligro que corren las naciones cuando no conducen su convivencia política por los senderos del diálogo, la tolerancia, la paz social y el pluralismo. Ahora es el momento de demostrarlo.