/ miércoles 21 de febrero de 2024

Así es el Derecho / Escasez de agua en Ciudad de México

La escasez de agua potable es problema real, agudo, que necesita ser atendido urgentemente, pues de acuerdo con datos proporcionados por la ONU, se estima que las sequías que padece el mundo se duplicarán para el año 2050, y obligan a pensar ya en la sobrevivencia en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Las causas de ese fenómeno meteorológico mundial son tema cada vez más común: deforestación, cambio climático, crecimiento exponencial de la población, reducción de la precipitación pluvial y agudización de las épocas de extremo calor, de las que resulta escasez de agua potable.

Y como refuerzo a los argumentos iniciales tenemos que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que a escala nacional, para junio de 2023 se registraron precipitaciones 61 por ciento inferiores a las habidas de 1991 a 2020.

Por lo que hace a Ciudad de México (CDMX), en enero pasado diversos medios de comunicación informaron de la reducción inusual para la época del año, del nivel de agua en el Sistema Cutzamala, principal fuente de abastecimiento de líquido del Valle de México, pues representó de 30 a 35 por ciento aproximadamente de su capacidad, lo que implica problema para abastecer a ésta que es la mayor de las zonas metropolitanas de México.

En vista de que ese problema se ha convertido en problema ingente de resolución urgente, las autoridades locales invitan a la comunidad a no desperdiciar el agua potable y, así, participar en las acciones oficiales para enfrentarlo en tanto lo resuelven.

El agua también es imprescindible para la vida en el planeta y, por desgracia, es recurso limitado, por lo que los ciudadanos debemos participar con los esfuerzos oficiales para cuidarlo cerrando el grifo mientras enjabonamos utensilios o nos aseamos, reduciendo el volumen de líquido en la caja del retrete, captarla mientras corre la caliente para bañarse; reparar fugas en las instalaciones hidráulicas domésticas; no contaminarla, recolectar en lo posible la de lluvia y reusar la de la lavadora, entre muchas otras acciones.

A la par que la ciudadanía contribuya con lo descrito a paliar las consecuencias de ese problema y luego resolverlo, las autoridades deben aplicar medidas extraordinarias para el caso. No estarían solas, pues en fechas recientes varios juristas han opinado al respecto y puntualizado que “de conformidad con los artículos transitorios del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de diciembre de 2020”, los gobiernos de las entidades que integran la Zona Metropolitana del Valle de México --con sus 16 alcaldías la primera, 59 municipios la segunda y uno (Tizayuca) la tercera--, en plazo de180 días podrán emitir ley en materia de desarrollo y ejecución de acciones regionales para la prestación de servicios públicos, como el suministro de agua potable.

Por lo anterior, a lo que se suman la opinión de expertos en Derecho y la urgencia de mitigar los efectos del problema, y en virtud de que el acceso al agua potable es derecho humano, conforme al párrafo 6 del artículo 4º constitucional, es necesario y debe ser prioritario, legislar sobre las leyes de coordinación relacionadas con el suministro de agua potable.

El problema es real, de gran importancia y magnitud, razón por la que tanto las comunidades como los gobiernos locales y el federal deben hacer responsable y oportunamente lo que les corresponda, para aminorar las consecuencias de ese mayúsculo problema y, eventualmente, suprimirlo.

Pienso que tan importante como la colaboración de ciudadanos y legislación acerca del problema planteado, sería que los tres gobiernos estatales elaboraran conjuntamente un proyecto hidráulico que complemente, si no releve, al Sistema Cutzmala como fuente de agua potable de la Zona Metropolitana del Valle de México.


La escasez de agua potable es problema real, agudo, que necesita ser atendido urgentemente, pues de acuerdo con datos proporcionados por la ONU, se estima que las sequías que padece el mundo se duplicarán para el año 2050, y obligan a pensar ya en la sobrevivencia en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Las causas de ese fenómeno meteorológico mundial son tema cada vez más común: deforestación, cambio climático, crecimiento exponencial de la población, reducción de la precipitación pluvial y agudización de las épocas de extremo calor, de las que resulta escasez de agua potable.

Y como refuerzo a los argumentos iniciales tenemos que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que a escala nacional, para junio de 2023 se registraron precipitaciones 61 por ciento inferiores a las habidas de 1991 a 2020.

Por lo que hace a Ciudad de México (CDMX), en enero pasado diversos medios de comunicación informaron de la reducción inusual para la época del año, del nivel de agua en el Sistema Cutzamala, principal fuente de abastecimiento de líquido del Valle de México, pues representó de 30 a 35 por ciento aproximadamente de su capacidad, lo que implica problema para abastecer a ésta que es la mayor de las zonas metropolitanas de México.

En vista de que ese problema se ha convertido en problema ingente de resolución urgente, las autoridades locales invitan a la comunidad a no desperdiciar el agua potable y, así, participar en las acciones oficiales para enfrentarlo en tanto lo resuelven.

El agua también es imprescindible para la vida en el planeta y, por desgracia, es recurso limitado, por lo que los ciudadanos debemos participar con los esfuerzos oficiales para cuidarlo cerrando el grifo mientras enjabonamos utensilios o nos aseamos, reduciendo el volumen de líquido en la caja del retrete, captarla mientras corre la caliente para bañarse; reparar fugas en las instalaciones hidráulicas domésticas; no contaminarla, recolectar en lo posible la de lluvia y reusar la de la lavadora, entre muchas otras acciones.

A la par que la ciudadanía contribuya con lo descrito a paliar las consecuencias de ese problema y luego resolverlo, las autoridades deben aplicar medidas extraordinarias para el caso. No estarían solas, pues en fechas recientes varios juristas han opinado al respecto y puntualizado que “de conformidad con los artículos transitorios del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de diciembre de 2020”, los gobiernos de las entidades que integran la Zona Metropolitana del Valle de México --con sus 16 alcaldías la primera, 59 municipios la segunda y uno (Tizayuca) la tercera--, en plazo de180 días podrán emitir ley en materia de desarrollo y ejecución de acciones regionales para la prestación de servicios públicos, como el suministro de agua potable.

Por lo anterior, a lo que se suman la opinión de expertos en Derecho y la urgencia de mitigar los efectos del problema, y en virtud de que el acceso al agua potable es derecho humano, conforme al párrafo 6 del artículo 4º constitucional, es necesario y debe ser prioritario, legislar sobre las leyes de coordinación relacionadas con el suministro de agua potable.

El problema es real, de gran importancia y magnitud, razón por la que tanto las comunidades como los gobiernos locales y el federal deben hacer responsable y oportunamente lo que les corresponda, para aminorar las consecuencias de ese mayúsculo problema y, eventualmente, suprimirlo.

Pienso que tan importante como la colaboración de ciudadanos y legislación acerca del problema planteado, sería que los tres gobiernos estatales elaboraran conjuntamente un proyecto hidráulico que complemente, si no releve, al Sistema Cutzmala como fuente de agua potable de la Zona Metropolitana del Valle de México.