/ lunes 25 de septiembre de 2023

Aúna: abrir las barreras del sistema

En México, la política sigue siendo el monopolio de los partidos políticos. Para poder conseguir una candidatura y lograr la victoria, no solamente significa entender las reglas explícitas e implícitas del juego, sino también enfrentarse a una seria de obstáculos en el camino. Si para la ciudadanía sin partido o para personas activistas que quieren participar para defender sus causas puede ser complicado, lo es aún más para grupos poblaciones históricamente discriminados, marginados o excluidos de la toma de decisión como las mujeres.

En su artículo “La jornada de una mujer en política y la urgente necesidad de acompañarla” (https://www.impulsa.voto/es/la-jornada-de-una-mujer-en-politica/ ), Alejandra Parra describe como el sistema tradicional patriarcal partidista impone una serie de barreras a la participación política de las mujeres desde la entrada al proceso hasta el día de la elección e incluso una vez en funciones. A pesar de los avances históricos recientes en términos de paridad, las prácticas de exclusión persisten, especialmente frente al control de los espacios de mayor poder por los hombres, como por ejemplo en el caso de la coordinación de los grupos parlamentarios o de las presidencias de las “mejores” comisiones en los órganos legislativos.

Hace unos días, la organización Aúna publicó su lista de 74 mujeres que aspiran a ocupar un cargo de elección y que comparten una agenda basada en cinco temáticas: la construcción de paz y justicia, políticas ambientales, política económica con equidad, políticas para el bienestar e igualdad de género. Aúna se define como “una plataforma de mujeres que acompaña e impulsa a otras mujeres a llegar a cargos públicos de toma de decisiones para avanzar en una agenda común”. Gracias a un proceso de convocatoria abierta y de formación Aúna identifica y selecciona a mujeres que quieren formar parte de procesos electorales e incidir en la agenda pública política.

Aúna cuenta con más de 100 fundadoras y tiene presencia ya en cinco estados: Nuevo León, Jalisco, Ciudad de México, Oaxaca y Guerrero para generar formación política con perspectiva feminista, visibilidad e incidencia. Sus integrantes, reciben una serie de materiales, capacitaciones para fortalecer sus habilidades y conocimientos en un medio poco amigable para la ciudadanía que no se partidiza.

Si bien Aúna plantea con justa razón el reto de la inclusión de la diversidad, de la igualdad de género y de la ciudadanización de la política gracias a su vinculación con los diversos institutos políticos, lo que pasa después depende de la voluntad de cada partido. Darán acompañamiento a las mujeres que lograron su candidatura durante la campaña con contención emocional y estrategias de seguridad en red. Gracias a un fondo específico también puede apoyar a mujeres afromexicanas, de pueblos originarios, de la diversidad sexual y de género, jóvenes, con discapacidad o que vivan en algún territorio rural.

La organización Aúna le apuesta a la transversalización de las causas y al trabajo en red para fortalecer y diversificar el modelo de representación democrática actual. Es un ejemplo para que otros grupos poblacionales se organicen y puedan inspirarse de un modelo de organización innovador entre pares que nuestra democracia necesita.


En México, la política sigue siendo el monopolio de los partidos políticos. Para poder conseguir una candidatura y lograr la victoria, no solamente significa entender las reglas explícitas e implícitas del juego, sino también enfrentarse a una seria de obstáculos en el camino. Si para la ciudadanía sin partido o para personas activistas que quieren participar para defender sus causas puede ser complicado, lo es aún más para grupos poblaciones históricamente discriminados, marginados o excluidos de la toma de decisión como las mujeres.

En su artículo “La jornada de una mujer en política y la urgente necesidad de acompañarla” (https://www.impulsa.voto/es/la-jornada-de-una-mujer-en-politica/ ), Alejandra Parra describe como el sistema tradicional patriarcal partidista impone una serie de barreras a la participación política de las mujeres desde la entrada al proceso hasta el día de la elección e incluso una vez en funciones. A pesar de los avances históricos recientes en términos de paridad, las prácticas de exclusión persisten, especialmente frente al control de los espacios de mayor poder por los hombres, como por ejemplo en el caso de la coordinación de los grupos parlamentarios o de las presidencias de las “mejores” comisiones en los órganos legislativos.

Hace unos días, la organización Aúna publicó su lista de 74 mujeres que aspiran a ocupar un cargo de elección y que comparten una agenda basada en cinco temáticas: la construcción de paz y justicia, políticas ambientales, política económica con equidad, políticas para el bienestar e igualdad de género. Aúna se define como “una plataforma de mujeres que acompaña e impulsa a otras mujeres a llegar a cargos públicos de toma de decisiones para avanzar en una agenda común”. Gracias a un proceso de convocatoria abierta y de formación Aúna identifica y selecciona a mujeres que quieren formar parte de procesos electorales e incidir en la agenda pública política.

Aúna cuenta con más de 100 fundadoras y tiene presencia ya en cinco estados: Nuevo León, Jalisco, Ciudad de México, Oaxaca y Guerrero para generar formación política con perspectiva feminista, visibilidad e incidencia. Sus integrantes, reciben una serie de materiales, capacitaciones para fortalecer sus habilidades y conocimientos en un medio poco amigable para la ciudadanía que no se partidiza.

Si bien Aúna plantea con justa razón el reto de la inclusión de la diversidad, de la igualdad de género y de la ciudadanización de la política gracias a su vinculación con los diversos institutos políticos, lo que pasa después depende de la voluntad de cada partido. Darán acompañamiento a las mujeres que lograron su candidatura durante la campaña con contención emocional y estrategias de seguridad en red. Gracias a un fondo específico también puede apoyar a mujeres afromexicanas, de pueblos originarios, de la diversidad sexual y de género, jóvenes, con discapacidad o que vivan en algún territorio rural.

La organización Aúna le apuesta a la transversalización de las causas y al trabajo en red para fortalecer y diversificar el modelo de representación democrática actual. Es un ejemplo para que otros grupos poblacionales se organicen y puedan inspirarse de un modelo de organización innovador entre pares que nuestra democracia necesita.