/ jueves 23 de julio de 2020

Avanzando hacia una vacuna

Tan controversial, como esperanzador, ha resultado ver cómo en los días recientes se ha informado de importantes avances en cuanto a la meta de conseguir una vacuna que permita generar una verdadera inmunidad global contra el coronavirus.


El solo hecho de pensar que eso pueda ocurrir relativamente en breve, ha llevado a que se registren importantes alzas en las bolsas de valores de todo el mundo, algo en lo que ha destacado la cotización de los principales laboratorios farmacéuticos y empresas tecnológicas, como se ha podido apreciar en el índice Nasdaq, que agrupa a ese tipo de compañías en Wall Street.


Por otra parte, hemos visto que ese mismo espíritu alcista ha llegado a los precios del petróleo, que en el caso de la mezcla mexicana, ha llegado a estar por arriba de los 37 dólares por barril, al tiempo que el Brent del Mar del Norte y el West Texas Intermediate, que son las principales referencias internacionales, han mantenido su cotización por arriba de los 40 dólares, algo que ocurre porque mientras más cerca se vea una normalización de la vida en el planeta, más crecen las expectativas de que se incremente la demanda de combustibles, lo que lleva a que suban los precios de los hidrocarburos.


Además, ocurre que también el peso mexicano, al igual que otras divisas emergentes, mejoran su cotización frente al dólar estadounidense, debido a que, con un mejor panorama para la reactivación económica, aumenta en apetito por los activos de riesgo.


El desarrollar una vacuna contra el coronavirus, se ha vuelto una suerte de carrera contra reloj en la que están involucrados laboratorios farmacéuticos de todos los niveles, además de centros de investigación y universidades, en algunos casos en colaboración y en otros de forma individual, pero siempre con un mismo objetivo: terminar con esta pandemia y retomar la normalidad, sea como sea que ésta se vuelva a vivir.


En estos momentos hay importantes avances por todo el mundo, por ejemplo, en China, donde una vacuna del laboratorio CanSino Biologics, ya se prueba en elementos del Ejército de ese país, lo que constituye una etapa avanzada hacia una aplicación generalizada. Por otra parte, tienen otra pretendida vacuna llamada “Coronavac” misma que en las próximas semanas comenzarán a probar con voluntarios en Brasil, país con el que han logrado un importante esquema de colaboración que de resultar daría a esa nación sudamericana una ventaja en el momento en que más la necesita, al ser el segundo país con más casos de covid-19, solo detrás de Estados Unidos.


Por otra parte, está el caso del desarrollo conjunto que llevan a cabo la Universidad de Oxford y los laboratorios AstraZeneca, en la Gran Bretaña, que podrían tener lista su vacuna en los meses por venir, aunque han buscado moderar el optimismo, señalando que no se ha terminado de probar aún y que una vez lista, deben afinar los esquemas de producción, para que se pueda enviar a todo el mundo, además de completar trámites para que sea debidamente autorizada como un procedimiento de emergencia.


Un caso similar es el que se está dando en Estados Unidos con los laboratorios de Moderna Inc., una empresa basada en Massachusetts, que desde que comenzó la pandemia, ha trabajado a marchas forzadas para lograr una vacuna y que por los avances logrados en las semanas recientes, ha visto dispararse su cotización en la bolsa, generando también una fuerte esperanza de contar pronto con un fármaco que permita prevenir casos de covid-19.


Entre las cosas que falta aún por determinar, es si bastará con una aplicación de las vacunas o si se requerirá de varias para que el cuerpo humano genere los anticuerpos necesarios para tener verdadera inmunidad contra el coronavirus y así evitar desarrollar la enfermedad que en estos momentos tiene en jaque al mundo.


Queda un importante reto por delante, pero un hecho es que cada vez falta menos.





FB: YolandaDeLaTorreV

@yoladelatorre

Tan controversial, como esperanzador, ha resultado ver cómo en los días recientes se ha informado de importantes avances en cuanto a la meta de conseguir una vacuna que permita generar una verdadera inmunidad global contra el coronavirus.


El solo hecho de pensar que eso pueda ocurrir relativamente en breve, ha llevado a que se registren importantes alzas en las bolsas de valores de todo el mundo, algo en lo que ha destacado la cotización de los principales laboratorios farmacéuticos y empresas tecnológicas, como se ha podido apreciar en el índice Nasdaq, que agrupa a ese tipo de compañías en Wall Street.


Por otra parte, hemos visto que ese mismo espíritu alcista ha llegado a los precios del petróleo, que en el caso de la mezcla mexicana, ha llegado a estar por arriba de los 37 dólares por barril, al tiempo que el Brent del Mar del Norte y el West Texas Intermediate, que son las principales referencias internacionales, han mantenido su cotización por arriba de los 40 dólares, algo que ocurre porque mientras más cerca se vea una normalización de la vida en el planeta, más crecen las expectativas de que se incremente la demanda de combustibles, lo que lleva a que suban los precios de los hidrocarburos.


Además, ocurre que también el peso mexicano, al igual que otras divisas emergentes, mejoran su cotización frente al dólar estadounidense, debido a que, con un mejor panorama para la reactivación económica, aumenta en apetito por los activos de riesgo.


El desarrollar una vacuna contra el coronavirus, se ha vuelto una suerte de carrera contra reloj en la que están involucrados laboratorios farmacéuticos de todos los niveles, además de centros de investigación y universidades, en algunos casos en colaboración y en otros de forma individual, pero siempre con un mismo objetivo: terminar con esta pandemia y retomar la normalidad, sea como sea que ésta se vuelva a vivir.


En estos momentos hay importantes avances por todo el mundo, por ejemplo, en China, donde una vacuna del laboratorio CanSino Biologics, ya se prueba en elementos del Ejército de ese país, lo que constituye una etapa avanzada hacia una aplicación generalizada. Por otra parte, tienen otra pretendida vacuna llamada “Coronavac” misma que en las próximas semanas comenzarán a probar con voluntarios en Brasil, país con el que han logrado un importante esquema de colaboración que de resultar daría a esa nación sudamericana una ventaja en el momento en que más la necesita, al ser el segundo país con más casos de covid-19, solo detrás de Estados Unidos.


Por otra parte, está el caso del desarrollo conjunto que llevan a cabo la Universidad de Oxford y los laboratorios AstraZeneca, en la Gran Bretaña, que podrían tener lista su vacuna en los meses por venir, aunque han buscado moderar el optimismo, señalando que no se ha terminado de probar aún y que una vez lista, deben afinar los esquemas de producción, para que se pueda enviar a todo el mundo, además de completar trámites para que sea debidamente autorizada como un procedimiento de emergencia.


Un caso similar es el que se está dando en Estados Unidos con los laboratorios de Moderna Inc., una empresa basada en Massachusetts, que desde que comenzó la pandemia, ha trabajado a marchas forzadas para lograr una vacuna y que por los avances logrados en las semanas recientes, ha visto dispararse su cotización en la bolsa, generando también una fuerte esperanza de contar pronto con un fármaco que permita prevenir casos de covid-19.


Entre las cosas que falta aún por determinar, es si bastará con una aplicación de las vacunas o si se requerirá de varias para que el cuerpo humano genere los anticuerpos necesarios para tener verdadera inmunidad contra el coronavirus y así evitar desarrollar la enfermedad que en estos momentos tiene en jaque al mundo.


Queda un importante reto por delante, pero un hecho es que cada vez falta menos.





FB: YolandaDeLaTorreV

@yoladelatorre