/ jueves 31 de marzo de 2022

Cable Diplomático | Construir la narrativa

Circunstancias, ideas, una historia qué contar, un marco en donde insertar un acontecimiento determinado, actores, razones, ideologías, motivos, etc., todo ello va construyendo una narrativa y ofreciendo el encuadre sobre cómo se lee, cómo se percibe un hecho. Se le puede situar en tiempo y espacio y desde ese lugar se entiende, se percibe, se comunica. A partir de allí los actores fundamentan decisiones, se construyen otras narrativas, se crea un discurso y una estrategia de comunicación. En muchos casos la narrativa cuenta una historia que ayuda a justificar la toma de decisiones, la creación de una política pública determinada, algo. Y para ello sobran ejemplos: la lucha contra la pobreza, contra la corrupción, la necesidad de una sociedad más tecnológica, la globalización, qué se yo. Las narrativas generan percepciones y viceversa, las percepciones ayudan a solidificar el encuadre donde los acontecimientos suceden, se simplifican y se procesan de forma más entendible. Esto no es bueno ni malo, sino es una descripción de cómo funciona.

Dicho lo anterior, podríamos mencionar muchísimos ejemplos donde estas narrativas han jugado un papel fundamental. Pienso que uno de ellos, sin duda y basado en la realidad, es la guerra e invasión rusa a Ucrania, en cuya narrativa, la percepción pública ha sido abrumadora a favor de Ucrania y cómo ello ha llevado a que las decisiones y acciones de gobierno e internacionales sea consecuentes con lo anterior. Ya lo decíamos antes, que la percepción – aunque tiene vida propia – está anclada a la realidad y está estrechamente vinculada con ella. Pero una prueba de lo difícil que es navegar estas aguas turbulentas de forma exitosa podrían ser las declaraciones que hizo el Presidente de Estados Unidos sobre el mandatorio ruso hace unos días (de forma despectiva y sugiriendo un cambio de régimen). Enseguida muchos líderes criticaron dichos comentarios que, aunque quizá ciertos, entorpecen las negociaciones y generan condiciones de animadversión.

¡Vaya paradoja! Si bien lo que dijo el mandatorio estadunidense lo piensa muchísima gente, la realidad es que en la construcción de esta narrativa fue percibido como un error táctico para avanzar en una potencial resolución del conflicto. Lo que trato de decir es que la narrativa, alimentada por la percepción, se vuelve a veces como un campo minado en este tipo de asuntos públicos y salir bien librado es a veces muy difícil. De esta forma entonces, se asignan valores que están basados en la realidad y se defienden las convicciones. Es interesante entender que las personas leerán los hechos de diversos modosy las cosas que se dicen en privado no se pueden decir en público, pero las narrativas ayudan a la gente a tener un marco de referencia. Lo que trato de decir finalmente es que tenemos que ser capaces de entender estos mecanismos, de entender sus partes, sus encuadres y sus percepciones, todo ello para tratar de acceder, con objetividad, a una realidad que a veces nos elude. Actualmente tenemos muchos ejemplos en nuestro país y nuestra región de diversas narrativas que sirven para diferentes propósitos. Hagamos una pausa para identificarlas, analizarlas y tratar de quedarnos con los hechos reales.

Circunstancias, ideas, una historia qué contar, un marco en donde insertar un acontecimiento determinado, actores, razones, ideologías, motivos, etc., todo ello va construyendo una narrativa y ofreciendo el encuadre sobre cómo se lee, cómo se percibe un hecho. Se le puede situar en tiempo y espacio y desde ese lugar se entiende, se percibe, se comunica. A partir de allí los actores fundamentan decisiones, se construyen otras narrativas, se crea un discurso y una estrategia de comunicación. En muchos casos la narrativa cuenta una historia que ayuda a justificar la toma de decisiones, la creación de una política pública determinada, algo. Y para ello sobran ejemplos: la lucha contra la pobreza, contra la corrupción, la necesidad de una sociedad más tecnológica, la globalización, qué se yo. Las narrativas generan percepciones y viceversa, las percepciones ayudan a solidificar el encuadre donde los acontecimientos suceden, se simplifican y se procesan de forma más entendible. Esto no es bueno ni malo, sino es una descripción de cómo funciona.

Dicho lo anterior, podríamos mencionar muchísimos ejemplos donde estas narrativas han jugado un papel fundamental. Pienso que uno de ellos, sin duda y basado en la realidad, es la guerra e invasión rusa a Ucrania, en cuya narrativa, la percepción pública ha sido abrumadora a favor de Ucrania y cómo ello ha llevado a que las decisiones y acciones de gobierno e internacionales sea consecuentes con lo anterior. Ya lo decíamos antes, que la percepción – aunque tiene vida propia – está anclada a la realidad y está estrechamente vinculada con ella. Pero una prueba de lo difícil que es navegar estas aguas turbulentas de forma exitosa podrían ser las declaraciones que hizo el Presidente de Estados Unidos sobre el mandatorio ruso hace unos días (de forma despectiva y sugiriendo un cambio de régimen). Enseguida muchos líderes criticaron dichos comentarios que, aunque quizá ciertos, entorpecen las negociaciones y generan condiciones de animadversión.

¡Vaya paradoja! Si bien lo que dijo el mandatorio estadunidense lo piensa muchísima gente, la realidad es que en la construcción de esta narrativa fue percibido como un error táctico para avanzar en una potencial resolución del conflicto. Lo que trato de decir es que la narrativa, alimentada por la percepción, se vuelve a veces como un campo minado en este tipo de asuntos públicos y salir bien librado es a veces muy difícil. De esta forma entonces, se asignan valores que están basados en la realidad y se defienden las convicciones. Es interesante entender que las personas leerán los hechos de diversos modosy las cosas que se dicen en privado no se pueden decir en público, pero las narrativas ayudan a la gente a tener un marco de referencia. Lo que trato de decir finalmente es que tenemos que ser capaces de entender estos mecanismos, de entender sus partes, sus encuadres y sus percepciones, todo ello para tratar de acceder, con objetividad, a una realidad que a veces nos elude. Actualmente tenemos muchos ejemplos en nuestro país y nuestra región de diversas narrativas que sirven para diferentes propósitos. Hagamos una pausa para identificarlas, analizarlas y tratar de quedarnos con los hechos reales.