“Depresión es exceso de pasado, Ansiedad es exceso de futuro”. Lo anterior, fue expresado por un especialista en psiquiatría a su cliente en el contexto de una ilustración concisa en las diferencias de las dos patologías. El paciente compartió entre sus amistades y a modo de “respuesta inmediata” (a bote pronto) preguntó de la aceptación de la expresión. Apuntemos comentarios de su breve encuesta:
a) Abogado focalizado en temas humanistas y normatividad juridica exteriorizó brevemente: Puede ser ¡ a simple vista es correcto !;
b) Licenciada en ciencias humanas (Literatura y otras disciplinas): Yo, como el búho de Minerva que vuela al anochecer… después de haber adquirido experiencia y toda una vida de lecturas, me puedo llamar una persona “interesante” mientras más intereses tenga en vivir todos los tiempos. Se define renacentista;
c) Adulto mayor viviendo su duelo ante la pérdida de un ser querido: También he escuchado que “Obsesión” es exceso de presente”;
d) Persona tipo “Alfa” sin marcas en su experiencia de vida, con viento en popa (buena suerte, dicha y prosperidad) exento de caídas severas en el pasado, presente y sin nubarrones en el horizonte. Sin practicar aún su capacidad de resiliencia y aspiraciones altas de así continuar su vida. Su punto de vista: “Vive la vida como venga”.
Entonces, al analizar los contextos, la diversidad humana en variedad y diferencia de ver, escuchar, sentir, vivir el tiempo y espacio, situaciones personales y de grupo, y prevalencias de las patologías [la ausencia, la presencia y el autocontrol]… se comprende de la importancia de los auténticos indicadores de calidad de vida.
Sin duda alguna destaca el estilo de vida sano del “bio y la psique” que abonan en las esferas de lo controlable y sirven de escudo frente a las adversidades que se nos presentan en diferentes momentos de la existencia. Imaginemos los resultados positivos del esfuerzo cotidiano en nuestros días del trabajo paso a paso y en equipo de la sociedad, empresas, autoridades y sus aportaciones al bien común.
Entre otros, vemos la posibilidad de apoyar para modificar decisiones personales y contexto propicio del disminuir conductas antisociales en el tejido social, percibimos un camino concurrente a prioridades actuales, de “accesos” y “protocolos” que destacan más allá de lo puramente económico desde la jerarquía de los cinco niveles de necesidades de la teoría de Maslow en el aquí y ahora:
1. Básicas fisiológicas, un solo reto, la supervivencia física: Participación ciudadana para contener la propagación de la pandemia.
2. De seguridad y protección: La reactivación económica, el ámbito laboral que permita vivir sin aprensiones.
3. Sociales de afiliación, afecto y de pertenencia: Viene a la memoria las ventajas de las acciones comunitarias de protección y ayuda mutua, solidarias, empáticas en tiempo y forma. Ejemplo, el estado de Tabasco.
4. Reconocimiento y autoestima proveen el sentido de vida, equilibrio dinámico, valoración de competencias, dignidad y logros. Ejemplo, reconocimiento al personal de salud y quienes cumplen protocolos.
5. Autorrealización, lo más elevado del ser humano, tarea personal… De sus ingredientes físicos y espirituales: Metas, alimentación, ejercicio e integración familiar.
Recordemos de Abraham Maslow “El hombre saludable [acotemos pandemia y patologías] está motivado ante todo por su necesidad de desarrollar y realizar sus potencialidades totales y capacidades innatas y dentro de los límites de la realidad”.
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