/ domingo 7 de abril de 2024

Las perspectivas cambian, miradas distintas

¿Cómo aplicarse en los días más difíciles? Excluyamos la variable salud. En este sentido, exploremos algunos contextos, experiencias y técnicas recomendadas para garantizar una vida plena.

Así, lo que puede parecer triste o desafiante para una persona puede ser completamente diferente para otra. Varían significativamente de una a otra por la diversidad de factores: situación, experiencia, humanismo, trabajo, capacitación, educación, cultura, deporte, creencias, valores, etc.

Esta diversidad permite que las interacciones humanas sean interesantes y enriquecedoras. Punto clave: reconocer y respetar las diferencias. Por ejemplo, en el tratamiento personalizado, para la transformación del sistema penitenciario en nuestro tiempo.

Días más difíciles según el transitar en espacios diferentes:

a) Personas en libertad: pueden estar relacionados con factores: estrés laboral, problemas familiares, dificultades financieras o cualquier otra situación personal que genere preocupación o ansiedad.

El término conocido como: Blue Monday o lunes triste, supuestamente es el día del año más deprimente. Sucede en el tercer lunes de enero. Se dice que la idea surgió como parte de una campaña publicitaria de una agencia de viajes en 2005. Es popular, pero no tiene base científica.

Lo aceptado: la tristeza o depresión, en el mes de enero, puede deberse a varios factores (clima frío y oscuro, estrés postnavideño, regreso al trabajo después de vacaciones, gastos en celebraciones y la presión social para cumplir los propósitos de Año Nuevo). Sin embargo, la experiencia, varía de una persona a otra, y no hay un día específico que, universalmente, sea el más triste para todos.

b) Personas privadas de su libertad: en contraste, enfrentan desafíos emocionales diferentes y únicos dentro del entorno penitenciario. Los días difíciles pueden estar influenciados por el aislamiento social, ausencia de visitas, seres queridos despedidos en carrozas fúnebres en las garitas de los centros, falta de libertad de movimiento, tensiones con otros internos, preocupación por el futuro, entre otros.

Esos días tristes, se intensifican en tiempos específicos. Por supuesto, en “Alerta” el personal penitenciario para prevenir en tiempo y forma. Enunciativamente:

Abril, Semana Santa, período íntimo de reflexión, religiosidad, redención. Sentimientos de nostalgia o soledad.

Mayo, emociones discrepantes, reciben visita de sus progenitoras en el “Día de las Madres”, lo que puede traer alegría, pero también nostalgia, al extrañarlas cuando ya no están.

Noviembre, difícil, Día de los Difuntos, revivir momentos de pérdida y añoranza.

Diciembre, el más complicado, celebraciones que acentúan la separación y aislamiento con la familia y sociedad. Enero… después de las festividades. El ciclo se repite.

Concluyendo, en ambos grupos, personas que transitan libremente y privadas de su libertad, sus razones concretas y desencadenantes son significativamente diversas, resultado de los eventos específicos o acumulaciones de tensiones cotidianas. Sin embargo, desde la prevención, actuar de inmediato en los altibajos emocionales.

En todo tiempo: antes, durante, después, aplicar técnicas, herramientas: solución de problemas, toma de decisiones, Resiliencia, Empatía, etc. Sin duda, hacen la diferencia en los días difíciles.

Asimismo, para garantizar la vida en libertad y la reinserción, cumplir el único objetivo obligatorio: caminar en las múltiples rutas que estén dentro del marco de la ley. Más allá de los deseos.


hazael.ruiz@hotmail.com

¿Cómo aplicarse en los días más difíciles? Excluyamos la variable salud. En este sentido, exploremos algunos contextos, experiencias y técnicas recomendadas para garantizar una vida plena.

Así, lo que puede parecer triste o desafiante para una persona puede ser completamente diferente para otra. Varían significativamente de una a otra por la diversidad de factores: situación, experiencia, humanismo, trabajo, capacitación, educación, cultura, deporte, creencias, valores, etc.

Esta diversidad permite que las interacciones humanas sean interesantes y enriquecedoras. Punto clave: reconocer y respetar las diferencias. Por ejemplo, en el tratamiento personalizado, para la transformación del sistema penitenciario en nuestro tiempo.

Días más difíciles según el transitar en espacios diferentes:

a) Personas en libertad: pueden estar relacionados con factores: estrés laboral, problemas familiares, dificultades financieras o cualquier otra situación personal que genere preocupación o ansiedad.

El término conocido como: Blue Monday o lunes triste, supuestamente es el día del año más deprimente. Sucede en el tercer lunes de enero. Se dice que la idea surgió como parte de una campaña publicitaria de una agencia de viajes en 2005. Es popular, pero no tiene base científica.

Lo aceptado: la tristeza o depresión, en el mes de enero, puede deberse a varios factores (clima frío y oscuro, estrés postnavideño, regreso al trabajo después de vacaciones, gastos en celebraciones y la presión social para cumplir los propósitos de Año Nuevo). Sin embargo, la experiencia, varía de una persona a otra, y no hay un día específico que, universalmente, sea el más triste para todos.

b) Personas privadas de su libertad: en contraste, enfrentan desafíos emocionales diferentes y únicos dentro del entorno penitenciario. Los días difíciles pueden estar influenciados por el aislamiento social, ausencia de visitas, seres queridos despedidos en carrozas fúnebres en las garitas de los centros, falta de libertad de movimiento, tensiones con otros internos, preocupación por el futuro, entre otros.

Esos días tristes, se intensifican en tiempos específicos. Por supuesto, en “Alerta” el personal penitenciario para prevenir en tiempo y forma. Enunciativamente:

Abril, Semana Santa, período íntimo de reflexión, religiosidad, redención. Sentimientos de nostalgia o soledad.

Mayo, emociones discrepantes, reciben visita de sus progenitoras en el “Día de las Madres”, lo que puede traer alegría, pero también nostalgia, al extrañarlas cuando ya no están.

Noviembre, difícil, Día de los Difuntos, revivir momentos de pérdida y añoranza.

Diciembre, el más complicado, celebraciones que acentúan la separación y aislamiento con la familia y sociedad. Enero… después de las festividades. El ciclo se repite.

Concluyendo, en ambos grupos, personas que transitan libremente y privadas de su libertad, sus razones concretas y desencadenantes son significativamente diversas, resultado de los eventos específicos o acumulaciones de tensiones cotidianas. Sin embargo, desde la prevención, actuar de inmediato en los altibajos emocionales.

En todo tiempo: antes, durante, después, aplicar técnicas, herramientas: solución de problemas, toma de decisiones, Resiliencia, Empatía, etc. Sin duda, hacen la diferencia en los días difíciles.

Asimismo, para garantizar la vida en libertad y la reinserción, cumplir el único objetivo obligatorio: caminar en las múltiples rutas que estén dentro del marco de la ley. Más allá de los deseos.


hazael.ruiz@hotmail.com