/ miércoles 7 de febrero de 2018

Encuesta abajo su rodada

La última vez que el árbitro electoral se ocupó del tema de las encuestas – instrumentos cuyo uso fue

severamente cuestionado  durante la elección presidencial de 2012 – emitió una serie de recomendaciones para un uso correcto de las encuestas  ( o sea, el público ) pero no, curiosamente, sobre los requisitos que deben cumplir para su elaboración quienes a eso se dedican.

Las recomendaciones fueron

- Corroborar que la encuesta sea confiable

- ¿Quién hizo la encuesta?

- ¿Quién pagó la encuesta?

- Cuándo se hizo la encuesta?

- ¿Cuántas personas respondieron y cuáles eran sus características demográficas?

- ¿Cómo fueron seleccionados los entrevistados y de qué manera se les aplicó el cuestionario de la encuesta?

- ¿Cuál fue la pregunta hecha?

- ¿Cuál es el margen de error, nivel de confianza y tasa de no respuesta?

Como se ve, lo anterior es un manual para el usuario

de las encuestas, no un código para los encuestadores. Y ahí es donde la puerca tuerce el rabo

Le preguntan a mil personas y 240 “ están indecisas “

Tomemos como ejemplo la última encuesta publicada, y realizada, por un diario financiero, según la cual, el candidato de Morena tiene un 10 por ciento de ventaja sobre sus más conspicuos rivales. Pero cuando se aplican las recomendaciones  mencionadas para el lector, resulta que la cantidad de personas encuestadas fueron mil dos ( 1,002) en las 32 entidades federativas, y que el 24 por ciento de ellas aun no deciden como votarán, lo cual es perfectamente comprensible cuando falta cinco meses para la elección. Lo que llama la atención es que hayan sido entrevistados mil ciudadanas y ciudadanos en toda la República, lo que arroja una media de 31 interrogados por entidad. Y en cuanto a porcentajes nacionales, considerando una población estimado de 120 millones de habitantes, un 0.0001 por ciento de encuestados.

Pero si usted revisa todas las encuestas, verá que la mayoría tienen ese universo, mil personas. Además, como los mexicanos no somos muy dados a contestar preguntas a desconocidos, existe  la teoría de que cada encuestadora tienen ya “ contratado “ un grupo de “ opinadores profesionales “ que, naturalmente, cambian rara vez, si alguna, de opinión. Con lo que recibimos como opinión de ciudadanos no comprometidos, es realmente lo que supuestamente dice un grupo de pericos a sueldo.  

Considérese además que estamos hablando de demoscopias  clínicamente estériles, que no han tenido contactos con dinero. Faltan las encuestas sobre pedido, que toman la forma que les diseña un algoritmo perverso, o las que simplemente se inventan.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx

La última vez que el árbitro electoral se ocupó del tema de las encuestas – instrumentos cuyo uso fue

severamente cuestionado  durante la elección presidencial de 2012 – emitió una serie de recomendaciones para un uso correcto de las encuestas  ( o sea, el público ) pero no, curiosamente, sobre los requisitos que deben cumplir para su elaboración quienes a eso se dedican.

Las recomendaciones fueron

- Corroborar que la encuesta sea confiable

- ¿Quién hizo la encuesta?

- ¿Quién pagó la encuesta?

- Cuándo se hizo la encuesta?

- ¿Cuántas personas respondieron y cuáles eran sus características demográficas?

- ¿Cómo fueron seleccionados los entrevistados y de qué manera se les aplicó el cuestionario de la encuesta?

- ¿Cuál fue la pregunta hecha?

- ¿Cuál es el margen de error, nivel de confianza y tasa de no respuesta?

Como se ve, lo anterior es un manual para el usuario

de las encuestas, no un código para los encuestadores. Y ahí es donde la puerca tuerce el rabo

Le preguntan a mil personas y 240 “ están indecisas “

Tomemos como ejemplo la última encuesta publicada, y realizada, por un diario financiero, según la cual, el candidato de Morena tiene un 10 por ciento de ventaja sobre sus más conspicuos rivales. Pero cuando se aplican las recomendaciones  mencionadas para el lector, resulta que la cantidad de personas encuestadas fueron mil dos ( 1,002) en las 32 entidades federativas, y que el 24 por ciento de ellas aun no deciden como votarán, lo cual es perfectamente comprensible cuando falta cinco meses para la elección. Lo que llama la atención es que hayan sido entrevistados mil ciudadanas y ciudadanos en toda la República, lo que arroja una media de 31 interrogados por entidad. Y en cuanto a porcentajes nacionales, considerando una población estimado de 120 millones de habitantes, un 0.0001 por ciento de encuestados.

Pero si usted revisa todas las encuestas, verá que la mayoría tienen ese universo, mil personas. Además, como los mexicanos no somos muy dados a contestar preguntas a desconocidos, existe  la teoría de que cada encuestadora tienen ya “ contratado “ un grupo de “ opinadores profesionales “ que, naturalmente, cambian rara vez, si alguna, de opinión. Con lo que recibimos como opinión de ciudadanos no comprometidos, es realmente lo que supuestamente dice un grupo de pericos a sueldo.  

Considérese además que estamos hablando de demoscopias  clínicamente estériles, que no han tenido contactos con dinero. Faltan las encuestas sobre pedido, que toman la forma que les diseña un algoritmo perverso, o las que simplemente se inventan.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx