Hace unos cuantos días, el 19 de septiembre, se cumplieron seis años de los terremotos que (una vez más en ese día) impactaron tremendamente en la ciudad de México. Uno de los muchos edificios dañados fue El Círculo Teatral, que comandan Alberto Estrella y Víctor Carpinteiro, quienes nunca se dieron por vencidos y hoy este espacio se levanta más activo que nunca.
Dos botones de muestra de su cartelera actual son, coincidentemente, montajes en los que los protagonistas y director son todos hombres. El primero es un clásico de los teatros en el mundo entero; y el otro es una propuesta nueva. El denominador común es que ambos son estupendos. Se trata de Las criadas y Los aliens.
Escrita por Jean Genet, Las criadas es uno de los clásicos del teatro contemporáneo. Estrenada en 1947 en París, esta obra es -como todos los textos de este autor- una fuerte crítica a la sociedad burguesa que le tocó padecer y que incluso lo llevó a prisión.
Como en El balcón, su otro muy prestigiado texto teatral, en Las criadas Genet plantea un juego de roles, de estereotipos, de conductas que asumen los personajes-personas y que los obliga y mantiene apresados en situaciones de las cuales no pueden escapar.
Tradicionalmente, los tres personajes (que son femeninos) son interpretados por hombres. En esta ocasión los actores son Iván Duarte (La señora), Alán Blasco (Solange) y Murias Reynoso (Clara), dirigidos por Víctor Carpinteiro. Gran trabajo de los cuatro, pues refrescan este texto que sin querer queriendo está por llegar a los 80 años de vida.
El montaje es al mismo tiempo sutil y bello, con una escenografía, vestuario e iluminación muy cuidados y elegantes; y por el otro es brutalmente poderoso, con una fuerza interpretativa que golpea al espectador fuertemente.
Las criadas se presenta los martes de octubre. Y todos miércoles hasta el día 18 está Los aliens. Escrita por Annie Backer Los aliens es una obra en la que no pasa nada y, paradójicamente, pasa todo. La acción sucede es el patio trasero de una cafetería en Vermont (que bien podría ser cualquier sitio en este caótico planeta), al que un par de amigos se cuelan sin permiso un día sí y otro también para pasar el tiempo, hablar de todo y de nada, y vivir sin complicaciones…
La llegada de un nuevo y joven empleado empieza a trastocar las cosas, pues les hace ver que no pueden entrar como si nada al lugar; sin embargo, lejos de molestarse...
Ese es el arranque de esta puesta en escena que es realmente excepcional. El texto es soberbio, las actuaciones brillantes, la dirección exacta y el conjunto imperdible.
La autora plantea en ese pequeño universo la vida misma; que muchas veces vemos pasar sin darnos cuenta y a veces hasta sin vivirla. Están los personajes empantanados, atrapados en una realidad que no son capaces de romper, pues el entorno los engulle.
Roberto Beck, más conocido por sus muchos y estupendos trabajos actorales, hace una propuesta de dirección muy cuidada y efectiva, que impone el ritmo adecuado al texto.
Y evidentemente lo logra con el trabajo de tres actorazos. Cristian Magaloni, David Calderón y Obeht Torres.
A Cristian y David los he visto ya en distintos montajes y una vez más compruebo su talento y fuerza escénica. Ambos son excelentes; y junto a ellos el muy joven Obeth no desmerece en absoluto.
Los aliens, de lo mejor que en visto en mucho tiempo.
He aquí dos opciones excelentes en un mismo sitio: El Círculo Teatral, que está en la calle de Veracruz 107, en la Condesa. ¡Bravo Víctor, bravo Alberto por mantenerlo en pie!
