/ sábado 16 de marzo de 2024

Estatus del tratado comercial entre México-Estados Unidos y Canada

En los primeros 15 días de campañas rumbo a la presidencia, las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez han empezado a delinear algunos de sus planes de gobierno, pero ninguna nos ha dado a conocer cómo enfrentarán la revisión del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica que se realizará el 1 de julio de 2026, porque necesariamente alguna de ellas encabezará el destino del país.

Y es que, a pesar de que parece que este proceso aún está lejano, lo cierto es que el acuerdo entre México-Estados Unidos y Canadá, mejor conocido como T-MEC, es de la mayor relevancia para la economía de los tres países, por lo que más nos valdría prepararnos con tiempo.

Recordemos que el T-MEC está basado en el TLCAN que entró en vigor el 1 de enero de 1994. El acuerdo actual fue el resultado de más de un año de negociaciones, que se vieron marcadas por las amenazas de imposición de aranceles por los Estados Unidos contra Canadá, además de la posibilidad de que surgieran acuerdos bilaterales separados.

Finalmente, el 30 de noviembre de 2018, las tres naciones firmaron un nuevo acuerdo que entró en vigor el 1 de julio de 2020.

La renegociación del acuerdo comercial derivó en que se agregaron más capítulos, que originaron grandes cambios, particularmente en temas como contenido regional (que tiene un impacto importante en la cadena de suministro y registro de procesos), combate a la corrupción, salarios, medio ambiente y comercio electrónico.

Además, Estados Unidos puso sobre la mesa que hasta el 45 por ciento de la fabricación de automóviles debe ser producto de las labores de los obreros que ganen por lo menos 16 dólares la hora, lo que implica menor movilidad de fábricas por menor mano de obra en México.

Y la revisión periódica o denominada cláusula de caducidad que estipula que el acuerdo tendrá una vigencia de 16 años, pero será sometido a revisión cada 6 años.

Ya cumplida la primera mitad se han registrado fricciones comerciales entre los tres países, principalmente en los temas de energías renovables, el maíz, los derechos laborales y la industria automotriz.

Recordemos que mientras que México y Canadá interpusieron una controversia por las reglas de origen en el sector automotriz en contra de Estados Unidos, del otro lado de la frontera acusaron a nuestro país de no cumplir con las condiciones del Tratado en materia energética.

Sin embargo, la declaración de inconstitucionalidad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador diseñada para excluir a los inversionistas privados en el sector, sin duda nos evitó un gran problema.

Algunos especialistas aseguran que en Estados Unidos ya empezaron con el análisis, incluso se llevó a cabo, hace unos días, un evento que reunió a funcionarios y exfuncionarios de los tres países entre los que destacó la presencia de Katherine Tai, representante Comercial de Estados Unidos.

Así que no estaría mal que en México empecemos a prepararnos, porque el peligro es que en lugar de hacer una revisión se pida una renegociación y eso no nos conviene, porque de ganar Donald Trump las elecciones en noviembre de este año, su segundo mandato será peor que el primero. Estaremos atentos.


En los primeros 15 días de campañas rumbo a la presidencia, las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez han empezado a delinear algunos de sus planes de gobierno, pero ninguna nos ha dado a conocer cómo enfrentarán la revisión del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica que se realizará el 1 de julio de 2026, porque necesariamente alguna de ellas encabezará el destino del país.

Y es que, a pesar de que parece que este proceso aún está lejano, lo cierto es que el acuerdo entre México-Estados Unidos y Canadá, mejor conocido como T-MEC, es de la mayor relevancia para la economía de los tres países, por lo que más nos valdría prepararnos con tiempo.

Recordemos que el T-MEC está basado en el TLCAN que entró en vigor el 1 de enero de 1994. El acuerdo actual fue el resultado de más de un año de negociaciones, que se vieron marcadas por las amenazas de imposición de aranceles por los Estados Unidos contra Canadá, además de la posibilidad de que surgieran acuerdos bilaterales separados.

Finalmente, el 30 de noviembre de 2018, las tres naciones firmaron un nuevo acuerdo que entró en vigor el 1 de julio de 2020.

La renegociación del acuerdo comercial derivó en que se agregaron más capítulos, que originaron grandes cambios, particularmente en temas como contenido regional (que tiene un impacto importante en la cadena de suministro y registro de procesos), combate a la corrupción, salarios, medio ambiente y comercio electrónico.

Además, Estados Unidos puso sobre la mesa que hasta el 45 por ciento de la fabricación de automóviles debe ser producto de las labores de los obreros que ganen por lo menos 16 dólares la hora, lo que implica menor movilidad de fábricas por menor mano de obra en México.

Y la revisión periódica o denominada cláusula de caducidad que estipula que el acuerdo tendrá una vigencia de 16 años, pero será sometido a revisión cada 6 años.

Ya cumplida la primera mitad se han registrado fricciones comerciales entre los tres países, principalmente en los temas de energías renovables, el maíz, los derechos laborales y la industria automotriz.

Recordemos que mientras que México y Canadá interpusieron una controversia por las reglas de origen en el sector automotriz en contra de Estados Unidos, del otro lado de la frontera acusaron a nuestro país de no cumplir con las condiciones del Tratado en materia energética.

Sin embargo, la declaración de inconstitucionalidad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador diseñada para excluir a los inversionistas privados en el sector, sin duda nos evitó un gran problema.

Algunos especialistas aseguran que en Estados Unidos ya empezaron con el análisis, incluso se llevó a cabo, hace unos días, un evento que reunió a funcionarios y exfuncionarios de los tres países entre los que destacó la presencia de Katherine Tai, representante Comercial de Estados Unidos.

Así que no estaría mal que en México empecemos a prepararnos, porque el peligro es que en lugar de hacer una revisión se pida una renegociación y eso no nos conviene, porque de ganar Donald Trump las elecciones en noviembre de este año, su segundo mandato será peor que el primero. Estaremos atentos.