/ jueves 19 de septiembre de 2019

Guerra en Siria, el conflicto que se fue a páginas interiores

Más allá del impacto que en lo personal y lo colectivo puede causar un conflicto armado, sin importar si es cercano o se libra al otro lado del mundo, he considerado siempre que el peor momento que se puede vivir en una conflagración bélica, es cuando ésta pierde importancia en la agenda internacional y los medios pasan su información a páginas interiores o incluso dejan de consignarla, como está ocurriendo con la guerra que se vive en Siria, nación del Medio Oriente a la que están dejando que se aniquile.

La actual guerra en Siria comenzó el 15 de marzo del 2011 y al menos ha dejado hasta el momento más de 371 mil muertos en términos oficiales, aunque según organizaciones de derechos humanos, la cifra podría superar los 570 mil, entre civiles, combatientes de todos los bandos, detenidos y desaparecidos.

Originalmente fue una guerra en la que el objetivo era deponer al presidente sirio, Bachar al Assad, quien heredó el poder de Hafez al Assad. El mandatario es apoyado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, mientras que sin que sea de forma oficial, los rebeldes recibirían financiamiento y armas por parte de Estados Unidos, desde que el presidente era Barack Obama.

Los rebeldes sirios se componen de dos fuerzas, una es el Ejército Sirio de Liberación, que está integrado por supuestos “moderados”, en teoría próximos a occidente, esperando su apoyo para la deposición del presidente sirio.

Por otra parte, está la coalición yijadista (yijad es guerra santa para los musulmanes), a la que se le conoce como “Estado Islámico de Irak y Siria”, también conocido como ISIS, una organización de operación terrorista que fue integrada por extremistas salidos de Al Qaeda y simpatizantes del fallecido Osama Bin Laden.

Mientras los primeros rebeldes se han enredado en una guerra frontal contra el Estado sirio, misma que ha destrozado ciudades y costado cientos de miles de vidas, al tiempo que hay miles de sirios buscando asilo en diferentes países del mundo, luchando por su vida y familias, los miembros de ISIS, han destrozado ciudades históricas de Siria, aduciendo que representan infidelidad al Islam, al tiempo que han secuestrado principalmente a periodistas de Estados Unidos y la Gran Bretaña, a los que han decapitado, distribuyendo los videos de sus atrocidades por el mundo.

Mientras todo esto ha ocurrido durante los últimos ocho años en Siria, el mundo se debate entre conflictos de todo perfil, desde las guerras comerciales impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hasta el recrudecimiento de las tensiones con Irán, después de que Washington (también por iniciativa de Trump), se retiró unilateralmente de los acuerdos de 2015 contra la desnuclearización de ese país, lo que entre otras cosas ha llevado al ataque con drones que se registró durante el pasado fin de semana a instalaciones petroleras de Arabia Saudí.

El ataque en cuestión es atribuido a rebeldes de Yemen, los que estarían patrocinados por el Gobierno de Irán y de entrada provocó que Arabia Saudí, el principal exportador a nivel mundial de petróleo, redujera a la mitad (quizá por unos días) su producción de crudo, algo que ha disparado los precios a nivel internacional, lo que incrementa temores sobre una posible recesión en la economía global.

Entre temas como el citado, sumado a la separación británica de la Unión Europea, la guerra comercial entre Estados Unidos y China que bien puede también impulsar una recesión global y otros temas más, el conflicto en Siria se pierde en pequeños encabezados, páginas interiores de los diarios y ni qué decir de los noticiarios estelares de radio y televisión. Vaya, apenas aparece en redes sociales y mientras los muertos se siguen sumando por miles, pero ya sin la atención del mundo.

Así las prioridades en el panorama internacional.


FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre

Más allá del impacto que en lo personal y lo colectivo puede causar un conflicto armado, sin importar si es cercano o se libra al otro lado del mundo, he considerado siempre que el peor momento que se puede vivir en una conflagración bélica, es cuando ésta pierde importancia en la agenda internacional y los medios pasan su información a páginas interiores o incluso dejan de consignarla, como está ocurriendo con la guerra que se vive en Siria, nación del Medio Oriente a la que están dejando que se aniquile.

La actual guerra en Siria comenzó el 15 de marzo del 2011 y al menos ha dejado hasta el momento más de 371 mil muertos en términos oficiales, aunque según organizaciones de derechos humanos, la cifra podría superar los 570 mil, entre civiles, combatientes de todos los bandos, detenidos y desaparecidos.

Originalmente fue una guerra en la que el objetivo era deponer al presidente sirio, Bachar al Assad, quien heredó el poder de Hafez al Assad. El mandatario es apoyado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, mientras que sin que sea de forma oficial, los rebeldes recibirían financiamiento y armas por parte de Estados Unidos, desde que el presidente era Barack Obama.

Los rebeldes sirios se componen de dos fuerzas, una es el Ejército Sirio de Liberación, que está integrado por supuestos “moderados”, en teoría próximos a occidente, esperando su apoyo para la deposición del presidente sirio.

Por otra parte, está la coalición yijadista (yijad es guerra santa para los musulmanes), a la que se le conoce como “Estado Islámico de Irak y Siria”, también conocido como ISIS, una organización de operación terrorista que fue integrada por extremistas salidos de Al Qaeda y simpatizantes del fallecido Osama Bin Laden.

Mientras los primeros rebeldes se han enredado en una guerra frontal contra el Estado sirio, misma que ha destrozado ciudades y costado cientos de miles de vidas, al tiempo que hay miles de sirios buscando asilo en diferentes países del mundo, luchando por su vida y familias, los miembros de ISIS, han destrozado ciudades históricas de Siria, aduciendo que representan infidelidad al Islam, al tiempo que han secuestrado principalmente a periodistas de Estados Unidos y la Gran Bretaña, a los que han decapitado, distribuyendo los videos de sus atrocidades por el mundo.

Mientras todo esto ha ocurrido durante los últimos ocho años en Siria, el mundo se debate entre conflictos de todo perfil, desde las guerras comerciales impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hasta el recrudecimiento de las tensiones con Irán, después de que Washington (también por iniciativa de Trump), se retiró unilateralmente de los acuerdos de 2015 contra la desnuclearización de ese país, lo que entre otras cosas ha llevado al ataque con drones que se registró durante el pasado fin de semana a instalaciones petroleras de Arabia Saudí.

El ataque en cuestión es atribuido a rebeldes de Yemen, los que estarían patrocinados por el Gobierno de Irán y de entrada provocó que Arabia Saudí, el principal exportador a nivel mundial de petróleo, redujera a la mitad (quizá por unos días) su producción de crudo, algo que ha disparado los precios a nivel internacional, lo que incrementa temores sobre una posible recesión en la economía global.

Entre temas como el citado, sumado a la separación británica de la Unión Europea, la guerra comercial entre Estados Unidos y China que bien puede también impulsar una recesión global y otros temas más, el conflicto en Siria se pierde en pequeños encabezados, páginas interiores de los diarios y ni qué decir de los noticiarios estelares de radio y televisión. Vaya, apenas aparece en redes sociales y mientras los muertos se siguen sumando por miles, pero ya sin la atención del mundo.

Así las prioridades en el panorama internacional.


FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre