/ sábado 23 de septiembre de 2017

La CdMx y el país son de los jóvenes

En una gran demostración de humanidad, civismo, solidaridad y compromiso, miles de jóvenes están siendo los protagonistas de los hechos más sobresalientes ante la tragedia y la emergencia después de los recientes sismos.

Nuevas generaciones de mexicanos principalmente mujeres que inundaron la calles, las construcciones derrumbadas, en el auxilio a los vecinos, en los centros de acopio; madres solteras con sus pequeños colaborando en la selección de víveres, preparatorianos, bachilleres entregados a su ciudad, su estado, su municipio, su localidad.

A diferencia de hace 32 años con mayor cultura de prevención y haciendo un uso productivo de las redes sociales, rápidamente se organizaron brigadas, lugares de apoyo, células de profesionistas, técnicos, estudiantes dispuestos a trasladarse a las zonas de colapso, sin temor, sin titubeo al encuentro de otros que como ellos, decidieron individual y colectivamente enfrentar la terrible realidad y concentrar su energía en buscar sobrevivientes y dar auxilio a los heridos.

Una juventud que está dando una lección de los valores que poseemos como mexicanos, como nación. Rebasando los límites de la organización que se han impuesto, jóvenes igualmente marinos, soldados, médicos militares, enfermeras, policías federales, especialistas en estructuras y protección civil, topos, bomberos y funcionarios que en conjunto están solventando la emergencia, destacando también que la mayoría de ellos, son jóvenes enlistados en la defensa de la soberanía de nuestro país.

En cocinas populares, comida rápida, levantando basura, rescatando mascotas, protegiendo las zonas de conflicto de rapiña, nuestros jóvenes han salido por lo que es suyo a favor de sus iguales, en apoyo de sus semejantes y principalmente rescatando la idea de familias unidas, protegidas y con fuerzas inclusive para dar y salir en interés de aportar a la sociedad.

Esa es la muestra del México que está ya en otra etapa de su historia, este movimiento y la conciencia de ser una sociedad unida, se encuentra en un camino de transformación gracias a estos jóvenes que hoy ya han tomado el futuro desde el presente.

Esta situación ayudará a que sean los propios jóvenes quienes guíen los cambios y a que tomen lo bueno de nuestras instituciones para bienestar de su presente y para el futuro de éstas y de las futuras generaciones.

Fueron rebasadas las conductas retrógradas de quienes repetían sin leer, los mensajes de crítica y de sin razón, de esos grupúsculos que elegantemente inmóviles no supieron o no quisieron sumarse a la solidaridad, rebasados los poquitos enfocados a lo negativo ante los miles ayudando, cuando sería lógico pensar que lo trágico debería sacar lo mejor de las personas.

Más que héroes, nuestros jóvenes nos han dado un mensaje de madurez, de deseos de cambio y han vivido en carne propia las emociones fuertes de un país golpeado por la naturaleza, han actuado conscientemente, han decidió participar y han encontrado miles más con el mismo propósito, han sentido su pertenencia con su casa, su colonia, localidad, su estado, su ciudad y con México.

Esta ocasión tuvimos más capacitación, más elementos para enfrentar el desastre, jóvenes paramédicos, rescatistas, sicólogos, electricistas, herreros, carpinteros, mecánicos, choferes, sin duda instituciones y grupos especializados, en conjunto supimos mejor como hacer las cosas y la juventud mexicana se puso a la cabeza.

Tomaron la ciudad y el país, no los suelten ¡ Felicidades jóvenes mexicanos!

ExLegislador / jorgeschiaffinoisunza@yahoo.com.mx

En una gran demostración de humanidad, civismo, solidaridad y compromiso, miles de jóvenes están siendo los protagonistas de los hechos más sobresalientes ante la tragedia y la emergencia después de los recientes sismos.

Nuevas generaciones de mexicanos principalmente mujeres que inundaron la calles, las construcciones derrumbadas, en el auxilio a los vecinos, en los centros de acopio; madres solteras con sus pequeños colaborando en la selección de víveres, preparatorianos, bachilleres entregados a su ciudad, su estado, su municipio, su localidad.

A diferencia de hace 32 años con mayor cultura de prevención y haciendo un uso productivo de las redes sociales, rápidamente se organizaron brigadas, lugares de apoyo, células de profesionistas, técnicos, estudiantes dispuestos a trasladarse a las zonas de colapso, sin temor, sin titubeo al encuentro de otros que como ellos, decidieron individual y colectivamente enfrentar la terrible realidad y concentrar su energía en buscar sobrevivientes y dar auxilio a los heridos.

Una juventud que está dando una lección de los valores que poseemos como mexicanos, como nación. Rebasando los límites de la organización que se han impuesto, jóvenes igualmente marinos, soldados, médicos militares, enfermeras, policías federales, especialistas en estructuras y protección civil, topos, bomberos y funcionarios que en conjunto están solventando la emergencia, destacando también que la mayoría de ellos, son jóvenes enlistados en la defensa de la soberanía de nuestro país.

En cocinas populares, comida rápida, levantando basura, rescatando mascotas, protegiendo las zonas de conflicto de rapiña, nuestros jóvenes han salido por lo que es suyo a favor de sus iguales, en apoyo de sus semejantes y principalmente rescatando la idea de familias unidas, protegidas y con fuerzas inclusive para dar y salir en interés de aportar a la sociedad.

Esa es la muestra del México que está ya en otra etapa de su historia, este movimiento y la conciencia de ser una sociedad unida, se encuentra en un camino de transformación gracias a estos jóvenes que hoy ya han tomado el futuro desde el presente.

Esta situación ayudará a que sean los propios jóvenes quienes guíen los cambios y a que tomen lo bueno de nuestras instituciones para bienestar de su presente y para el futuro de éstas y de las futuras generaciones.

Fueron rebasadas las conductas retrógradas de quienes repetían sin leer, los mensajes de crítica y de sin razón, de esos grupúsculos que elegantemente inmóviles no supieron o no quisieron sumarse a la solidaridad, rebasados los poquitos enfocados a lo negativo ante los miles ayudando, cuando sería lógico pensar que lo trágico debería sacar lo mejor de las personas.

Más que héroes, nuestros jóvenes nos han dado un mensaje de madurez, de deseos de cambio y han vivido en carne propia las emociones fuertes de un país golpeado por la naturaleza, han actuado conscientemente, han decidió participar y han encontrado miles más con el mismo propósito, han sentido su pertenencia con su casa, su colonia, localidad, su estado, su ciudad y con México.

Esta ocasión tuvimos más capacitación, más elementos para enfrentar el desastre, jóvenes paramédicos, rescatistas, sicólogos, electricistas, herreros, carpinteros, mecánicos, choferes, sin duda instituciones y grupos especializados, en conjunto supimos mejor como hacer las cosas y la juventud mexicana se puso a la cabeza.

Tomaron la ciudad y el país, no los suelten ¡ Felicidades jóvenes mexicanos!

ExLegislador / jorgeschiaffinoisunza@yahoo.com.mx