/ jueves 25 de enero de 2024

La ley del revolver

La hipocresía, al adquirir cierto crédito en cuestiones pequeñas, se prepara la oportunidad para engañar en las más grandes.

Tito Livio

La radiografía de la criminalidad en México tiene nuevos circuitos y enlaces para su análisis. En efecto, ahora los mecanismos que están usando los delincuentes se han extendido a espacios que no tenían gran relevancia en el pasado.

Nos referimos a la práctica cotidiana que padecen miles de ciudadanos que son víctimas de extorsiones de todo tipo, a lo que se le ha denominado popularmente “pago de piso”. La extensión de esta violencia no sólo implica una transferencia económica a individuos agrupados en bandas locales, sino la formación de estructuras paralelas al Estado que realizan un conjunto de actividades que van desde fijar precios a mercancías de primera necesidad, cobros a las compañías de transporte público, cuotas por montos de cosechas, por la posesión de ganado; y, en las ciudades estos nuevos “impuestos” se presentan en la venta de protección a los comerciantes establecidos y pagos millonarios por vender productos de distinta índole. El rechazar, denunciar o negarse a la extorsión tiene como resultado el secuestro, asesinato o quema del negocio.

Por otro lado, pero en la misma vertiente de impunidad, han crecido exponencialmente los asaltos en carretera. Uno de los modus operandi de la delincuencia es colocar retenes ilegales con personas vestidas con uniformes policiacos o militares obligando a las víctimas a detenerse. También, y más común en el transporte de carga, es atacar intempestivamente con armas largas y cerrando el paso con camionetas u otros automóviles. Si el chofer o conductor se niega a parar se comienza a disparar.

En este gobierno se presentan en promedio 46 asaltos diarios a camiones de transportes de mercancías. Es decir, van ya 84 mil robos en cinco años, según datos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Las zonas más peligrosas, donde se localizan la mayor cantidad, son Puebla, Guanajuato, Jalisco y Michoacán. Frente a esta realidad el gobierno ha respondido con los reflejos tradicionales: más vigilancia. No más.

Este grave tema y ningún otro que tenga que ver con los fracasos del obradorismo es mencionado por la candidata presidencial del oficialismo. Sus discursos dibujan a un país imaginario e idílico. Ella camina entre las nubes de la demagogia y la legitimación a su jefe. Sí, mientras la impunidad, la complicidad y la corrupción no tengan efecto de castigo electoral, el grupo en el poder seguirá siendo tan inepto y cómplice como hasta la fecha. Este es el país de la desmemoria y del cinismo. El revólver a la carta.

@pedro_penaloz

La hipocresía, al adquirir cierto crédito en cuestiones pequeñas, se prepara la oportunidad para engañar en las más grandes.

Tito Livio

La radiografía de la criminalidad en México tiene nuevos circuitos y enlaces para su análisis. En efecto, ahora los mecanismos que están usando los delincuentes se han extendido a espacios que no tenían gran relevancia en el pasado.

Nos referimos a la práctica cotidiana que padecen miles de ciudadanos que son víctimas de extorsiones de todo tipo, a lo que se le ha denominado popularmente “pago de piso”. La extensión de esta violencia no sólo implica una transferencia económica a individuos agrupados en bandas locales, sino la formación de estructuras paralelas al Estado que realizan un conjunto de actividades que van desde fijar precios a mercancías de primera necesidad, cobros a las compañías de transporte público, cuotas por montos de cosechas, por la posesión de ganado; y, en las ciudades estos nuevos “impuestos” se presentan en la venta de protección a los comerciantes establecidos y pagos millonarios por vender productos de distinta índole. El rechazar, denunciar o negarse a la extorsión tiene como resultado el secuestro, asesinato o quema del negocio.

Por otro lado, pero en la misma vertiente de impunidad, han crecido exponencialmente los asaltos en carretera. Uno de los modus operandi de la delincuencia es colocar retenes ilegales con personas vestidas con uniformes policiacos o militares obligando a las víctimas a detenerse. También, y más común en el transporte de carga, es atacar intempestivamente con armas largas y cerrando el paso con camionetas u otros automóviles. Si el chofer o conductor se niega a parar se comienza a disparar.

En este gobierno se presentan en promedio 46 asaltos diarios a camiones de transportes de mercancías. Es decir, van ya 84 mil robos en cinco años, según datos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Las zonas más peligrosas, donde se localizan la mayor cantidad, son Puebla, Guanajuato, Jalisco y Michoacán. Frente a esta realidad el gobierno ha respondido con los reflejos tradicionales: más vigilancia. No más.

Este grave tema y ningún otro que tenga que ver con los fracasos del obradorismo es mencionado por la candidata presidencial del oficialismo. Sus discursos dibujan a un país imaginario e idílico. Ella camina entre las nubes de la demagogia y la legitimación a su jefe. Sí, mientras la impunidad, la complicidad y la corrupción no tengan efecto de castigo electoral, el grupo en el poder seguirá siendo tan inepto y cómplice como hasta la fecha. Este es el país de la desmemoria y del cinismo. El revólver a la carta.

@pedro_penaloz

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