/ sábado 6 de mayo de 2023

La moviola | Guardianes de la galaxia, Vol, 3: Estimado señor Rocket

@lamoviola

¡Vaya tiempos los que se viven en la industria del entretenimiento! Mientras se desarrolla la huelga de guionistas en Hollywood, asunto que tiene en vilo al universo audiovisual de mayor peso económico e influencia cultural, para bien o para mal en el mundo, se ponen también a debate las repercusiones éticas y creativas de la Inteligencia Artificial. Estimado señor ¿señor? Rocket, le rindo un informe con spoilers incluidos, y más faltaba, sobre su más reciente aventura cinematográfica Guardianes de la Galaxia Vol.3 (James Gunn, 2023). O lo que es lo mismo, de cuando el soundtrack se convirtió en clímax.

Señor mapache intergaláctico, en el asunto creativo de su película, los guionistas al fin le han hecho justicia. Pero en el fondo, la confusión, está clarísima. Por un lado, tenemos una fórmula más que probada: acción, humor, aventura y algunas lágrimas, en medio de una historia en general anodina que ni suma ni resta a todo el monumental entramado del Universo Cinematográfico Marvel, con risas y gags milimétricamente medidos, cine de receta precisa, por el otro, la afirmación que se puede construir una historia sin el talento humano. ¿No le resulta paradójico el asunto, justo en estos momentos?

Entiendo su mal genio y no me gustaría ser víctima de sus garras, he tratado con muchos tipos de individuos en este mágico mundo de la crítica, pero hasta el momento no me había tocado dirigirme a un mapache intergaláctico aunque sí asuntos muy parecidos. Mis observaciones pues, son del ámbito profesional, porque en Guardianes de la Galaxia Vol 3, vemos referentes cinematográficos que van desde la ciencia ficción de Genne Roddenbey, creador de Star Trek, con momentos que parecen sacados de los episodios de la serie sesentera, incluidos diálogos constantes e incomprensibles de tufo tecnológico, puestos para distraer a la audiencia de una trama muy básica, hasta sugerencias, así en ese tono, argumentales de lo medianamente culto como Los niños de Brasil (Franklin J. Shaffner, 1976). Pero todo aquí es en buena onda, con un soundtrack pegajoso que entra justo en el momento ya que comprueba que no sólo estamos ante el fenómeno de la creación artificial, en este caso condicionada por escritores paralizados de miedo ante un fracaso, sino de un público que reacciona también programado.

En un principio quería dirigir esta carta señor Rocket, a James Gunn, del que entiendo ha tenido diferencias creativas producto del temperamento que usted siempre hace gala, pero estoy seguro que además de que usted huele mejor, su condición de mapache muy vivido, lo hace ser menos cuadrado en el ámbito creativo. La película es correcta de manera fría y atemorizante. Ese es el punto. A los guionistas mi amigo, les hace falta a estas alturas de la franquicia el riesgo.

Innecesario dar un repaso extenso por la trama: Se encuentra usted con su equipo, muy quitado de la pena cuando en un intento de secuestro que sufre y que tiene vínculos con su pasado, sale herido de gravedad. Para salvarlo, sus amigos entran en acción y ahí se vincula una aventura de alientillo ético muy en el tono Marvel.

Aparecen todo el reparto, Peter Quill (Chris Pratt, en esta ocasión casi de comparsa, pero recompensado en el final post créditos), Gamorra (Zoe Saldaña), Drax (Dave Bautista), Nebula (Karen Gillan), Groot (voz del licenciado Vin Diesel), y Bradley Cooper que le presta a usted mi amigo, sus cuerdas vocales. Por ahí vemos a Silvester Stallone, entiendo su gran compañero de parrandas, y ya para no hacer el cuento largo, como dicen los clásicos, un gran elenco.

Termino con la felicitación de su nuevo cargo, le informo que la peli es correcta en los términos de producto, hasta el escalofrío, y que en medio de la huelga que envuelve a la industria en la que usted se desarrolla, y de repercusiones insospechadas, debe quedar la certeza que la creación viva, es insustituible, como vio en su aventura y por lo tanto seguro comprende. Me saluda a Groot que me entero hace sus pininos como locutor, aprovechando su extenso lenguaje.

@lamoviola

¡Vaya tiempos los que se viven en la industria del entretenimiento! Mientras se desarrolla la huelga de guionistas en Hollywood, asunto que tiene en vilo al universo audiovisual de mayor peso económico e influencia cultural, para bien o para mal en el mundo, se ponen también a debate las repercusiones éticas y creativas de la Inteligencia Artificial. Estimado señor ¿señor? Rocket, le rindo un informe con spoilers incluidos, y más faltaba, sobre su más reciente aventura cinematográfica Guardianes de la Galaxia Vol.3 (James Gunn, 2023). O lo que es lo mismo, de cuando el soundtrack se convirtió en clímax.

Señor mapache intergaláctico, en el asunto creativo de su película, los guionistas al fin le han hecho justicia. Pero en el fondo, la confusión, está clarísima. Por un lado, tenemos una fórmula más que probada: acción, humor, aventura y algunas lágrimas, en medio de una historia en general anodina que ni suma ni resta a todo el monumental entramado del Universo Cinematográfico Marvel, con risas y gags milimétricamente medidos, cine de receta precisa, por el otro, la afirmación que se puede construir una historia sin el talento humano. ¿No le resulta paradójico el asunto, justo en estos momentos?

Entiendo su mal genio y no me gustaría ser víctima de sus garras, he tratado con muchos tipos de individuos en este mágico mundo de la crítica, pero hasta el momento no me había tocado dirigirme a un mapache intergaláctico aunque sí asuntos muy parecidos. Mis observaciones pues, son del ámbito profesional, porque en Guardianes de la Galaxia Vol 3, vemos referentes cinematográficos que van desde la ciencia ficción de Genne Roddenbey, creador de Star Trek, con momentos que parecen sacados de los episodios de la serie sesentera, incluidos diálogos constantes e incomprensibles de tufo tecnológico, puestos para distraer a la audiencia de una trama muy básica, hasta sugerencias, así en ese tono, argumentales de lo medianamente culto como Los niños de Brasil (Franklin J. Shaffner, 1976). Pero todo aquí es en buena onda, con un soundtrack pegajoso que entra justo en el momento ya que comprueba que no sólo estamos ante el fenómeno de la creación artificial, en este caso condicionada por escritores paralizados de miedo ante un fracaso, sino de un público que reacciona también programado.

En un principio quería dirigir esta carta señor Rocket, a James Gunn, del que entiendo ha tenido diferencias creativas producto del temperamento que usted siempre hace gala, pero estoy seguro que además de que usted huele mejor, su condición de mapache muy vivido, lo hace ser menos cuadrado en el ámbito creativo. La película es correcta de manera fría y atemorizante. Ese es el punto. A los guionistas mi amigo, les hace falta a estas alturas de la franquicia el riesgo.

Innecesario dar un repaso extenso por la trama: Se encuentra usted con su equipo, muy quitado de la pena cuando en un intento de secuestro que sufre y que tiene vínculos con su pasado, sale herido de gravedad. Para salvarlo, sus amigos entran en acción y ahí se vincula una aventura de alientillo ético muy en el tono Marvel.

Aparecen todo el reparto, Peter Quill (Chris Pratt, en esta ocasión casi de comparsa, pero recompensado en el final post créditos), Gamorra (Zoe Saldaña), Drax (Dave Bautista), Nebula (Karen Gillan), Groot (voz del licenciado Vin Diesel), y Bradley Cooper que le presta a usted mi amigo, sus cuerdas vocales. Por ahí vemos a Silvester Stallone, entiendo su gran compañero de parrandas, y ya para no hacer el cuento largo, como dicen los clásicos, un gran elenco.

Termino con la felicitación de su nuevo cargo, le informo que la peli es correcta en los términos de producto, hasta el escalofrío, y que en medio de la huelga que envuelve a la industria en la que usted se desarrolla, y de repercusiones insospechadas, debe quedar la certeza que la creación viva, es insustituible, como vio en su aventura y por lo tanto seguro comprende. Me saluda a Groot que me entero hace sus pininos como locutor, aprovechando su extenso lenguaje.