/ sábado 6 de abril de 2024

La Moviola / La primera profecía: Don diablo se ha escapado y Sundance en México

@lamoviola

En medio de una ola de nostalgia ochentera y setentera, en la que los resultados han sido más bien descafeinados y mediocres, “La primera profecía” (Arkasha Stevenson, 2024), pasa con algo más que dignidad y decoro. Podría ser el respeto al ritmo narrativo de la idea original; hablamos de una precuela del súper clásico Omen, realizada por Richard Donner en 1976, en pos de su mejor momento como realizador, pero hay algo más: un respeto al público, que se nota en un paciente desarrollo de la trama y el eludir efectos en exceso, para transgredir desde la perspectiva del guión que resulta congruente y hasta cierto punto provocador. Contrario a la moda desechable actual, el filme asusta por merito propio.

Partimos de una idea peligrosa: medio retocar un clásico del cine de horror, que junto con “El exorcista” (Friedkin, 1973), fueron un canon en el género. Pero Arkasha Stevenson, en su debut como directora, antes había hecho algo de televisión y cortometrajes, entiende que una buena transgresión surge de pulsiones internas y no de CGI mal hecho. “Omen”, la de Donner, en plena crisis social setentera, aprovechó esto y los resultados son ya históricos. “La primera profecía” tan comprende el asunto que lo usa como parte central de la historia. Casi como una meta ficción.

Resulta pues, que estamos ante una precuela. Es decir, la historia y circunstancias del nacimiento del Anticristo fílmico por excelencia, el ya vas que chutas de los hijos del averno, el padre de los niños que usan Ritalín: “Demian Thorn”.

A principios de los setenta, una joven novicia, “Margaret” (Nell Tiger Free), llega a Tomar para ser maestra de niñas huérfanas en medio de cambios sociales que la Iglesia no entiende ni apoya. Tiene la recomendación del “Cardenal Lawrence” (Bill Nighy), quien veló en algún punto por la joven cuando era niña.

En el orfanato, la joven religiosa se encuentra con toda clase de rarezas: hermanas que casi levitan, niñas de pasado oscuro que encierran en habitaciones de castigo. En fin, no es spoiler decir que de ahí saldrá la madre del primogénito del infierno.

Con una primera hora cauta y cierta pretensión intelectual cargada de diálogos y pocas escenas de clímax genérico para establecer bien un puente entre esta precuela y el clásico, el filme llega a buen puerto porque apuesta a trastocar la sensibilidad del público. A transgredirlo.

Es, el resabio que nos queda de un cine inteligente de género y que incluso en el pilar de su trama trastoca. La conspiración es parte de un plan de quién uno no sospecharía.

Por supuesto la sazón es el “Ave Satani”, como fondo musical en algunos momentos, y en suma, la película aprovecha bien el mito y en algún punto va un poco más lejos que la manera como se lleva el género actual.

Vale la pena. No es sano comparar con lo hecho por Donner, pero hay algo más que dignidad fílmica y eso en estos momentos de apocalipsis en Hollywood es bastante que decir.

En corto

Sundance en México. Así es, uno de los Festivales más importantes de cine independiente fundado por Robert Redford a finales de los años setenta, tendrá su primera edición en la CDMX del 25 al 28 de abril.

Lo mejor de la programación reciente del Festival, que usualmente se celebra a principios de año se podrá ver en diferentes sedes de complejos Cinépolis, que se encuentra a la cabeza del evento junto con el Instituto Sundance .

La importancia del evento radica en que en medio de una cartelera saturada de cine comercial, nuevas propuestas se podrán ver, las cuales forman audiencias críticas y de mayor gusto. Aunado a que estudiantes de cine y comunicación podrán convivir con muchos de los realizadores.

En verdad que este es uno de los eventos fílmicos más importantes del año y seguro se convertirá en una cita para los amantes del cine.


@lamoviola

En medio de una ola de nostalgia ochentera y setentera, en la que los resultados han sido más bien descafeinados y mediocres, “La primera profecía” (Arkasha Stevenson, 2024), pasa con algo más que dignidad y decoro. Podría ser el respeto al ritmo narrativo de la idea original; hablamos de una precuela del súper clásico Omen, realizada por Richard Donner en 1976, en pos de su mejor momento como realizador, pero hay algo más: un respeto al público, que se nota en un paciente desarrollo de la trama y el eludir efectos en exceso, para transgredir desde la perspectiva del guión que resulta congruente y hasta cierto punto provocador. Contrario a la moda desechable actual, el filme asusta por merito propio.

Partimos de una idea peligrosa: medio retocar un clásico del cine de horror, que junto con “El exorcista” (Friedkin, 1973), fueron un canon en el género. Pero Arkasha Stevenson, en su debut como directora, antes había hecho algo de televisión y cortometrajes, entiende que una buena transgresión surge de pulsiones internas y no de CGI mal hecho. “Omen”, la de Donner, en plena crisis social setentera, aprovechó esto y los resultados son ya históricos. “La primera profecía” tan comprende el asunto que lo usa como parte central de la historia. Casi como una meta ficción.

Resulta pues, que estamos ante una precuela. Es decir, la historia y circunstancias del nacimiento del Anticristo fílmico por excelencia, el ya vas que chutas de los hijos del averno, el padre de los niños que usan Ritalín: “Demian Thorn”.

A principios de los setenta, una joven novicia, “Margaret” (Nell Tiger Free), llega a Tomar para ser maestra de niñas huérfanas en medio de cambios sociales que la Iglesia no entiende ni apoya. Tiene la recomendación del “Cardenal Lawrence” (Bill Nighy), quien veló en algún punto por la joven cuando era niña.

En el orfanato, la joven religiosa se encuentra con toda clase de rarezas: hermanas que casi levitan, niñas de pasado oscuro que encierran en habitaciones de castigo. En fin, no es spoiler decir que de ahí saldrá la madre del primogénito del infierno.

Con una primera hora cauta y cierta pretensión intelectual cargada de diálogos y pocas escenas de clímax genérico para establecer bien un puente entre esta precuela y el clásico, el filme llega a buen puerto porque apuesta a trastocar la sensibilidad del público. A transgredirlo.

Es, el resabio que nos queda de un cine inteligente de género y que incluso en el pilar de su trama trastoca. La conspiración es parte de un plan de quién uno no sospecharía.

Por supuesto la sazón es el “Ave Satani”, como fondo musical en algunos momentos, y en suma, la película aprovecha bien el mito y en algún punto va un poco más lejos que la manera como se lleva el género actual.

Vale la pena. No es sano comparar con lo hecho por Donner, pero hay algo más que dignidad fílmica y eso en estos momentos de apocalipsis en Hollywood es bastante que decir.

En corto

Sundance en México. Así es, uno de los Festivales más importantes de cine independiente fundado por Robert Redford a finales de los años setenta, tendrá su primera edición en la CDMX del 25 al 28 de abril.

Lo mejor de la programación reciente del Festival, que usualmente se celebra a principios de año se podrá ver en diferentes sedes de complejos Cinépolis, que se encuentra a la cabeza del evento junto con el Instituto Sundance .

La importancia del evento radica en que en medio de una cartelera saturada de cine comercial, nuevas propuestas se podrán ver, las cuales forman audiencias críticas y de mayor gusto. Aunado a que estudiantes de cine y comunicación podrán convivir con muchos de los realizadores.

En verdad que este es uno de los eventos fílmicos más importantes del año y seguro se convertirá en una cita para los amantes del cine.