/ jueves 10 de agosto de 2023

La seguridad que seguiremos construyendo

Durante los recorridos que estoy realizando a lo largo del país, en el marco del proceso impulsado por MORENA para la definición de la o del coordinador de los Comités de Defensa de la Transformación, constaté una y otra vez que una de las demandas más sentidas de la sociedad es la seguridad.

Cabe advertir que a lo largo de muchos años el Estado mexicano fue perdiendo el control de parte del territorio, al punto que la inseguridad limita nuestra vida, pues nos encierra en nuestras casas, nos aleja de la vida social y nos deja en un estado de constante angustia. Se cancelan planes y se toman precauciones en cada momento del día; se desconfía cuando alguna persona desconocida nos ayuda o intenta ayudarnos; es decir, planeamos nuestra vida siempre con incertidumbre y miedo a que algo nos suceda o a nuestros seres queridos.

En 2018, se partió de un diagnóstico correcto respecto de las causas y problemática de la inseguridad, las cuales venían desde tiempo atrás, pero era tan profundo el deterioro y la descomposición social en que se recibió el país, que después de cuatro años de funcionamiento de la Guardia Nacional apenas empezamos a generar mejores condiciones en la seguridad.

Hay muchos aspectos del plan de seguridad que se pueden revisar. Esto ayudaría a restaurar la confianza en las instituciones y continuar la reconstrucción del tejido social, con la colaboración de todos los sectores: gubernamental, empresarial, de la sociedad civil...

Para cumplir tal objetivo, el Gobierno debería establecer un diálogo público abierto y sonoro sobre las consecuencias de la inseguridad, la impunidad y la corrupción en cada aspecto de la sociedad.

Paralelamente, se necesitan otras acciones concretas, como la coordinación entre la Policía Federal, la Guardia Nacional, la Fuerza Armada permanente —compuesta por el Ejército y la Marina— y las policías estatales y municipales.

De igual manera, se deben fortalecer las labores de inteligencia confiables que cuiden los derechos humanos y el principio de presunción de inocencia, para que nos lleven a ser precisos en el combate a la delincuencia organizada y a la definición de lugares o puntos territoriales que requieran una lucha frontal.

Es importante no sólo combatir el lavado de dinero, que implica grandes montos y a grandes empresas, sino atacar también el que se efectúa en comercios locales ahora que hay territorios en donde la delincuencia manda, cobra impuesto, cobra piso, cobra incluso por los productos que se venden.

Se debe preparar a la policía profesional civil que vaya a sustituir a la Fuerza Armada permanente, la cual tiene como plazo el año 2028 para regresar a sus cuarteles.

A lo anterior hay que sumar la capacitación y el adiestramiento de todo el conjunto de policías que sirven a la seguridad, así como dotarlo de tecnología de punta, equipo y armamento para enfrentar al crimen, sin soslayar que no se debe admitir ningún pacto o treguas con criminales o personas señaladas como parte de la delincuencia organizada.

Sin duda, esto deberá ir acompañado por el mejoramiento de la vida, del ingreso y la seguridad social de los cuerpos de policía y de la Fuerza Armada permanente. La evaluación constante de su desempeño será parte importante de nuestra estrategia en el ámbito securitario.

Requerimos seguir construyendo un país en donde se pueda vivir a salvo del crimen organizado. En donde nuestras hijas e hijos puedan salir de casa sin verse amenazados. Un país en donde quienes persiguen a los delincuentes sean ejemplares y un país en donde las instituciones cuenten con las herramientas para desterrar la violencia de nuestra vida diaria. Esa es la seguridad que seguiremos construyendo.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: RicardoMonrealA


Durante los recorridos que estoy realizando a lo largo del país, en el marco del proceso impulsado por MORENA para la definición de la o del coordinador de los Comités de Defensa de la Transformación, constaté una y otra vez que una de las demandas más sentidas de la sociedad es la seguridad.

Cabe advertir que a lo largo de muchos años el Estado mexicano fue perdiendo el control de parte del territorio, al punto que la inseguridad limita nuestra vida, pues nos encierra en nuestras casas, nos aleja de la vida social y nos deja en un estado de constante angustia. Se cancelan planes y se toman precauciones en cada momento del día; se desconfía cuando alguna persona desconocida nos ayuda o intenta ayudarnos; es decir, planeamos nuestra vida siempre con incertidumbre y miedo a que algo nos suceda o a nuestros seres queridos.

En 2018, se partió de un diagnóstico correcto respecto de las causas y problemática de la inseguridad, las cuales venían desde tiempo atrás, pero era tan profundo el deterioro y la descomposición social en que se recibió el país, que después de cuatro años de funcionamiento de la Guardia Nacional apenas empezamos a generar mejores condiciones en la seguridad.

Hay muchos aspectos del plan de seguridad que se pueden revisar. Esto ayudaría a restaurar la confianza en las instituciones y continuar la reconstrucción del tejido social, con la colaboración de todos los sectores: gubernamental, empresarial, de la sociedad civil...

Para cumplir tal objetivo, el Gobierno debería establecer un diálogo público abierto y sonoro sobre las consecuencias de la inseguridad, la impunidad y la corrupción en cada aspecto de la sociedad.

Paralelamente, se necesitan otras acciones concretas, como la coordinación entre la Policía Federal, la Guardia Nacional, la Fuerza Armada permanente —compuesta por el Ejército y la Marina— y las policías estatales y municipales.

De igual manera, se deben fortalecer las labores de inteligencia confiables que cuiden los derechos humanos y el principio de presunción de inocencia, para que nos lleven a ser precisos en el combate a la delincuencia organizada y a la definición de lugares o puntos territoriales que requieran una lucha frontal.

Es importante no sólo combatir el lavado de dinero, que implica grandes montos y a grandes empresas, sino atacar también el que se efectúa en comercios locales ahora que hay territorios en donde la delincuencia manda, cobra impuesto, cobra piso, cobra incluso por los productos que se venden.

Se debe preparar a la policía profesional civil que vaya a sustituir a la Fuerza Armada permanente, la cual tiene como plazo el año 2028 para regresar a sus cuarteles.

A lo anterior hay que sumar la capacitación y el adiestramiento de todo el conjunto de policías que sirven a la seguridad, así como dotarlo de tecnología de punta, equipo y armamento para enfrentar al crimen, sin soslayar que no se debe admitir ningún pacto o treguas con criminales o personas señaladas como parte de la delincuencia organizada.

Sin duda, esto deberá ir acompañado por el mejoramiento de la vida, del ingreso y la seguridad social de los cuerpos de policía y de la Fuerza Armada permanente. La evaluación constante de su desempeño será parte importante de nuestra estrategia en el ámbito securitario.

Requerimos seguir construyendo un país en donde se pueda vivir a salvo del crimen organizado. En donde nuestras hijas e hijos puedan salir de casa sin verse amenazados. Un país en donde quienes persiguen a los delincuentes sean ejemplares y un país en donde las instituciones cuenten con las herramientas para desterrar la violencia de nuestra vida diaria. Esa es la seguridad que seguiremos construyendo.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: RicardoMonrealA