/ miércoles 24 de julio de 2019

¿Los robots harán nuestro trabajo?

Existen muchos estudios especializados sobre ello, pero quien socializa de forma muy amena el tema es el periodista Andrés Oppenheimer en su libro “¡Sálvese quien pueda!”, allí nos detalla, a través de un análisis serio, cuál sería el futuro de muchas profesiones, con base en dos premisas: a) qué avances ya hay en la actualidad en determinadas materias; y b) cómo está evolucionando la inteligencia artificial en general.

Sobre esta última premisa, es importante destacar que la expansión de la inteligencia artificial, en la actualidad, no sólo se circunscribe a analizar patrones o bases de datos, sino que esa inteligencia en realidad “aprende” sobre nuevas experiencias, y este fenómeno llevará a que los robots del futuro no sólo realicen labores mecánicas, sino que “decidan” temas relevantes sobre una actividad o profesión.

Sobre los avances en determinadas materias, tenemos que, por ejemplo, ya existe en fase final de prueba un sistema capaz de conducir vehículos -incluso camiones de carga- en condiciones extremas de tráfico pesado; tenemos que en materia de medicina existen programas capaces de analizar millones de bases de datos de pacientes, por ejemplo, con padecimientos de cáncer, y con esto dar un diagnóstico y tratamiento; también existen programas en el ramo jurídico en Estados Unidos que revisan de manera acertada contratos de diversa índole; en el ramo periodístico, el diario Washington Post, ya utiliza programas para redactar notas periodísticas, las cuales pueden incluso ser personalizadas en atención a los intereses específicos que cada destinatario pueda tener; ya existen robots que hacen hamburguesas y en Japón existen hoteles y restaurantes sin personal, todo se realiza a través de computadoras. Ese presente, no es un futuro muy lejano para los demás países como el nuestro, lo que nos haría repensar el destino de las personas que se quedarían sin empleos y las nuevas exigencias de conocimiento, que en particular ya demandan que muchos profesionales -abogados, doctores, financieros, entre otros- deban saber programación informática.

Podremos pensar que estamos hablando de un futuro muy lejano, pero no será así, recordemos la evolución que han tenido nuestras vidas a partir, por ejemplo, de los teléfonos inteligentes que nos permiten realizar una infinidad de cosas que hace pocos años eran impensables: compras, operaciones bancarias, detectar el nombre de una canción, vigilar a nuestros hijos en guarderías a través de sistemas remotos de cámaras, etcétera.

En este punto, y en el contexto de la reforma educativa de las leyes secundarias que estaremos próximos a discutir en el Congreso de la Unión, considero que en México debemos prepararnos para esta nueva ola tecnológica que vendrá: la robotización. Debemos actualizar los planes de estudio para rediseñar las antiguas profesiones que en el futuro serán obsoletas. Tenemos que repensar los esquemas educativos de cara al futuro.

@Sergeluna_S

Existen muchos estudios especializados sobre ello, pero quien socializa de forma muy amena el tema es el periodista Andrés Oppenheimer en su libro “¡Sálvese quien pueda!”, allí nos detalla, a través de un análisis serio, cuál sería el futuro de muchas profesiones, con base en dos premisas: a) qué avances ya hay en la actualidad en determinadas materias; y b) cómo está evolucionando la inteligencia artificial en general.

Sobre esta última premisa, es importante destacar que la expansión de la inteligencia artificial, en la actualidad, no sólo se circunscribe a analizar patrones o bases de datos, sino que esa inteligencia en realidad “aprende” sobre nuevas experiencias, y este fenómeno llevará a que los robots del futuro no sólo realicen labores mecánicas, sino que “decidan” temas relevantes sobre una actividad o profesión.

Sobre los avances en determinadas materias, tenemos que, por ejemplo, ya existe en fase final de prueba un sistema capaz de conducir vehículos -incluso camiones de carga- en condiciones extremas de tráfico pesado; tenemos que en materia de medicina existen programas capaces de analizar millones de bases de datos de pacientes, por ejemplo, con padecimientos de cáncer, y con esto dar un diagnóstico y tratamiento; también existen programas en el ramo jurídico en Estados Unidos que revisan de manera acertada contratos de diversa índole; en el ramo periodístico, el diario Washington Post, ya utiliza programas para redactar notas periodísticas, las cuales pueden incluso ser personalizadas en atención a los intereses específicos que cada destinatario pueda tener; ya existen robots que hacen hamburguesas y en Japón existen hoteles y restaurantes sin personal, todo se realiza a través de computadoras. Ese presente, no es un futuro muy lejano para los demás países como el nuestro, lo que nos haría repensar el destino de las personas que se quedarían sin empleos y las nuevas exigencias de conocimiento, que en particular ya demandan que muchos profesionales -abogados, doctores, financieros, entre otros- deban saber programación informática.

Podremos pensar que estamos hablando de un futuro muy lejano, pero no será así, recordemos la evolución que han tenido nuestras vidas a partir, por ejemplo, de los teléfonos inteligentes que nos permiten realizar una infinidad de cosas que hace pocos años eran impensables: compras, operaciones bancarias, detectar el nombre de una canción, vigilar a nuestros hijos en guarderías a través de sistemas remotos de cámaras, etcétera.

En este punto, y en el contexto de la reforma educativa de las leyes secundarias que estaremos próximos a discutir en el Congreso de la Unión, considero que en México debemos prepararnos para esta nueva ola tecnológica que vendrá: la robotización. Debemos actualizar los planes de estudio para rediseñar las antiguas profesiones que en el futuro serán obsoletas. Tenemos que repensar los esquemas educativos de cara al futuro.

@Sergeluna_S