/ martes 28 de marzo de 2023

Marzo, mes de la francofonía

Por: Catherine Prati Rousselet

El 20 de marzo de 1970 se constituyó en la capital de Níger (Niamey), la Agencia de Cooperación Cultural y Técnica (ACCT), hoy y desde 2005, Organización Internacional de la Francofonía (OIF), una organización intergubernamental en constante evolución. Mediante una sobria estructura: 1) la Cumbre (máximo órgano que se reúne cada dos años), 2) la Conferencia Ministerial de la Francofonía (CMF) y 3) el Consejo Permanente de la Francofonía (CPF), congrega a 88 países: 54 Estados miembros, 7 Estados asociados y 27 Estados observadores (entre ellos, México).

El poeta Léopold Sédar Senghor, ex presidente de Senegal (1960-1980) y uno de los cuatro promotores de la ACCT, aseveraba: en las ruinas del colonialismo hemos encontrado una maravillosa herramienta: la lengua francesa.

Acuñada por el geógrafo Onésime Reclus, la francofonía (sin “F” mayúscula) ilustraba en 1880 la doctrina del imperialismo francés basada en una argumentación geográfica, lingüística y demográfica. Descansaba en la idea de la unificación del imperio a través de la difusión de la lengua nacional.

Para los padres fundadores de la Francofonía institucional: Senghor, Habib Burguiba (Túnez), Hamani Diori (Niger) y Norodom Sihanouk (Camboya), la idea era hermanar pueblos diversos que, más allá de una comunidad lingüística, obrarían para la paz, la solidaridad y la cooperación para el desarrollo (CID).

Se ha hecho y se hace mucho más.

En la actualidad, los lazos que han creado entre sí los 321 millones de seres humanos que comparten el francés como lengua (quinta lengua hablada a nivel mundial, cuarta lengua en Internet) se traducen en una cooperación multilateral que se construye (se vive), en colaboración con la OIF, a través de la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía (APF), la Agencia Universitaria de la Francofonía (AUF), TV5MONDE, la Asociación Internacional de los Alcaldes Francófonos (AIMF) y la Universidad Senghor en Alejandría (Egipto).

Este conjunto único, liderado por la OIF, apoya a sus miembros, para la elaboración y consolidación de políticas públicas y acciones de CID, desde cuatro ejes: 1) promoción de la lengua francesa, el plurilingüismo y la diversidad cultural, 2) promoción de la paz, la democracia y los derechos humanos, 3) apoyo a la educación, la formación, la enseñanza superior y la investigación y 4) impulso a la cooperación económica al servicio del desarrollo sostenible.

Con sede en Paris, representaciones en la Unión Africana, la Unión Europea, la ONU, 9 representaciones geográficas y un presupuesto de 71 millones de euros (2019), la OIF se prepara para los retos de los próximos 50 años (en 2070, se pudiera contar hasta 800 millones de francófonos, la mayoría de ellos, en el continente africano).

Durante la Cumbre más reciente que se celebró en noviembre de 2022 en Djerba, la Secretaria General (piedra angular del sistema institucional de la organización), la diplomática ruandesa (tutsi), Louise Mushikiwabo (2018), fue ratificada por cuatro años más. Ha dejado claro que la OIF debe imprimir en todas sus acciones, una atención particular a las y los jóvenes, a las mujeres, a la educación de las niñas, así como, al acceso de todas y todos al mundo digital.


Coordinadora de Posgrado y Educación Continua. Facultad de Estudios Globales. Universidad Anáhuac México. @CathPrati


Por: Catherine Prati Rousselet

El 20 de marzo de 1970 se constituyó en la capital de Níger (Niamey), la Agencia de Cooperación Cultural y Técnica (ACCT), hoy y desde 2005, Organización Internacional de la Francofonía (OIF), una organización intergubernamental en constante evolución. Mediante una sobria estructura: 1) la Cumbre (máximo órgano que se reúne cada dos años), 2) la Conferencia Ministerial de la Francofonía (CMF) y 3) el Consejo Permanente de la Francofonía (CPF), congrega a 88 países: 54 Estados miembros, 7 Estados asociados y 27 Estados observadores (entre ellos, México).

El poeta Léopold Sédar Senghor, ex presidente de Senegal (1960-1980) y uno de los cuatro promotores de la ACCT, aseveraba: en las ruinas del colonialismo hemos encontrado una maravillosa herramienta: la lengua francesa.

Acuñada por el geógrafo Onésime Reclus, la francofonía (sin “F” mayúscula) ilustraba en 1880 la doctrina del imperialismo francés basada en una argumentación geográfica, lingüística y demográfica. Descansaba en la idea de la unificación del imperio a través de la difusión de la lengua nacional.

Para los padres fundadores de la Francofonía institucional: Senghor, Habib Burguiba (Túnez), Hamani Diori (Niger) y Norodom Sihanouk (Camboya), la idea era hermanar pueblos diversos que, más allá de una comunidad lingüística, obrarían para la paz, la solidaridad y la cooperación para el desarrollo (CID).

Se ha hecho y se hace mucho más.

En la actualidad, los lazos que han creado entre sí los 321 millones de seres humanos que comparten el francés como lengua (quinta lengua hablada a nivel mundial, cuarta lengua en Internet) se traducen en una cooperación multilateral que se construye (se vive), en colaboración con la OIF, a través de la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía (APF), la Agencia Universitaria de la Francofonía (AUF), TV5MONDE, la Asociación Internacional de los Alcaldes Francófonos (AIMF) y la Universidad Senghor en Alejandría (Egipto).

Este conjunto único, liderado por la OIF, apoya a sus miembros, para la elaboración y consolidación de políticas públicas y acciones de CID, desde cuatro ejes: 1) promoción de la lengua francesa, el plurilingüismo y la diversidad cultural, 2) promoción de la paz, la democracia y los derechos humanos, 3) apoyo a la educación, la formación, la enseñanza superior y la investigación y 4) impulso a la cooperación económica al servicio del desarrollo sostenible.

Con sede en Paris, representaciones en la Unión Africana, la Unión Europea, la ONU, 9 representaciones geográficas y un presupuesto de 71 millones de euros (2019), la OIF se prepara para los retos de los próximos 50 años (en 2070, se pudiera contar hasta 800 millones de francófonos, la mayoría de ellos, en el continente africano).

Durante la Cumbre más reciente que se celebró en noviembre de 2022 en Djerba, la Secretaria General (piedra angular del sistema institucional de la organización), la diplomática ruandesa (tutsi), Louise Mushikiwabo (2018), fue ratificada por cuatro años más. Ha dejado claro que la OIF debe imprimir en todas sus acciones, una atención particular a las y los jóvenes, a las mujeres, a la educación de las niñas, así como, al acceso de todas y todos al mundo digital.


Coordinadora de Posgrado y Educación Continua. Facultad de Estudios Globales. Universidad Anáhuac México. @CathPrati