/ viernes 17 de mayo de 2024

Mi mamá y el sexo / Los abanicos no tienen género: Locomía

“¿Hombres usando abanicos? ¡Jamás lo había visto!”. Este comentario es de una niña de 10 años en 2024. Me sorprendió que a 40 años de que se formó el grupo Locomía, la memoria colectiva no haya registrado que ni la ropa ni los abanicos tienen género.

Para saber más del grupo español de música tipo electropop que triunfó en los 90, ya estrenó la película “Disco, Ibiza, Locomia”. Se puede ver justo en 17 de mayo, el día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia.

Más allá de las críticas cinematográficas, Locomía nos hace reflexionar sobre los estigmas de género. Insistir en superar la mercadotecnia de que el color rosa es exclusivo para mujeres y el azul para hombres. La ropa no tiene género.

Sin duda, hay ropa que nos resulta más cómoda que otra, de acuerdo a nuestra anatomia, pero es francamente absurdo decir que los hombres no pueden abanicarse si tiene calor.

En el caso de Locomía, la propuesta visual del grupo era muy atractiva. Los abanicos gigantes eran más una propuesta coreográfica que se completaba con un vestuario estilo gótico, con hombreras gigantes y zapatos de punta.

La preferencia sexual de los cuatro integrantes del grupo sería, francamente, lo más irrelevante.

Locomía ofrecía un espectáculo completamente novedoso para su tiempo que se engendró en la isla europea de Ibiza, la cual se popularizó por su apertura ante la diversidad sexual, en los años 80.

Sin embargo, el que existan estos paraísos “gay friendly” no significa que en otras partes del mundo ocurra lo mismo. Aún existen crímenes de odio por motivos de género y preferencia sexual. Es por eso que una efeméride contra los mismos, como el 17 de mayo, no debe pasar desapercibida.

Las estadísticas de muertes por causas de odio son importantes para realizar acciones de gobierno que prevengan estos delitos. En 2019, la organización civil Letra Ese publicó que en el país, en promedio mensual, 10 personas de la comunidad LGBT+ habían sido asesinadas. Como sociedad aspiramos a que esta estadística sea de cero personas.

Mientras esa estadística no sea de cero, seguiremos siendo una sociedad hipócrita que consume productos masivos inspirados en la cultura LGBTTTQ+, pero no se preocupa por la vida de las personas de la diversidad sexual.

Si hay personas a las que les guste bailar con abanicos o desfilar con zapatillas, que tengan la libertad de hacerlo, sin temer por su vida.


“¿Hombres usando abanicos? ¡Jamás lo había visto!”. Este comentario es de una niña de 10 años en 2024. Me sorprendió que a 40 años de que se formó el grupo Locomía, la memoria colectiva no haya registrado que ni la ropa ni los abanicos tienen género.

Para saber más del grupo español de música tipo electropop que triunfó en los 90, ya estrenó la película “Disco, Ibiza, Locomia”. Se puede ver justo en 17 de mayo, el día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia.

Más allá de las críticas cinematográficas, Locomía nos hace reflexionar sobre los estigmas de género. Insistir en superar la mercadotecnia de que el color rosa es exclusivo para mujeres y el azul para hombres. La ropa no tiene género.

Sin duda, hay ropa que nos resulta más cómoda que otra, de acuerdo a nuestra anatomia, pero es francamente absurdo decir que los hombres no pueden abanicarse si tiene calor.

En el caso de Locomía, la propuesta visual del grupo era muy atractiva. Los abanicos gigantes eran más una propuesta coreográfica que se completaba con un vestuario estilo gótico, con hombreras gigantes y zapatos de punta.

La preferencia sexual de los cuatro integrantes del grupo sería, francamente, lo más irrelevante.

Locomía ofrecía un espectáculo completamente novedoso para su tiempo que se engendró en la isla europea de Ibiza, la cual se popularizó por su apertura ante la diversidad sexual, en los años 80.

Sin embargo, el que existan estos paraísos “gay friendly” no significa que en otras partes del mundo ocurra lo mismo. Aún existen crímenes de odio por motivos de género y preferencia sexual. Es por eso que una efeméride contra los mismos, como el 17 de mayo, no debe pasar desapercibida.

Las estadísticas de muertes por causas de odio son importantes para realizar acciones de gobierno que prevengan estos delitos. En 2019, la organización civil Letra Ese publicó que en el país, en promedio mensual, 10 personas de la comunidad LGBT+ habían sido asesinadas. Como sociedad aspiramos a que esta estadística sea de cero personas.

Mientras esa estadística no sea de cero, seguiremos siendo una sociedad hipócrita que consume productos masivos inspirados en la cultura LGBTTTQ+, pero no se preocupa por la vida de las personas de la diversidad sexual.

Si hay personas a las que les guste bailar con abanicos o desfilar con zapatillas, que tengan la libertad de hacerlo, sin temer por su vida.