/ martes 26 de marzo de 2024

Poder Nacional / Atentado terrorista en Moscú

Recién concluidos los comicios presidenciales, del pasado día 17, que le concedieron la reelección a Vladimir Putin otros seis años, con el insólito 87% de los votos, el viernes 22 por la tarde hora local, cuatro terroristas, cada uno con potentes fusiles de asalto y repetición, abrieron fuego y dispararon de manera indiscriminada a los cientos de asistentes a un evento de convivencia religiosa cristiana. Como sucede con frecuencia en estos deplorables eventos, las primeras informaciones y hasta el día de hoy, los datos dados a conocer por autoridades, testigos y cadenas de noticias no permiten realizar un análisis detallado pero sobre todo documentado para la prevención y disuasión para cometer este tipo de masacres.

La primera cuestión y por mucho la más importante, es el número de víctimas mortales y heridos. Hasta el momento la cifra máxima dada a conocer, eran 152 muertos y 120 heridos. La acción fue llevada a cabo por cuatro asesinos, todos ellos detenidos, situación peculiar pues las fuerzas de seguridad en casos como estos, suelen liquidar en acción a los perpetradores. También se sabe que se tratan de terroristas sin ningún antecedente penal o de asociación con alguna organización. Procedentes de Tayikistán, todos fueron reclutados por la misma persona. También el acto ha sido reivindicado por una de las ramificaciones del Estado Islámico, con sede principal en el norte y oriente en Siria, en donde hay una muy prolongada guerra desde marzo de 2011.

El acto terrorista se perpetró en una pequeña ciudad de la periferia de Moscú, Krasnogorsk, en la sala de conciertos Crocus City Hall. Las primeras indagaciones, a partir de información pública, indica que el multiasesinato tendría su origen en el histórico respaldo que desde que era la Unión Soviética, Moscú ha sostenido a la también prolongada dictadura de Hafez al-Assad (1970-2000) sucedido por su hijo Bashar al-Assad (2000- a la fecha). Apoyo que desde el inicio de la guerra en Siria, se materializa en un sustancial apoyo militar, con acciones directas, sobre todo de la Armada y Fuerza Aérea de Rusia al gobierno de ese país, en su confrontación con el Estado Islámico.

Pero también el contexto del atentado, mismo que para ser perpetrado, lleva meses de preparación, es una auténtica afrenta y desafío al gobierno y al mismo Vladimir Putin, pues el acto terrorista se llevó a cabo en la capital misma de Rusia, a menos de quince días de su arrollador triunfo en las urnas. A es nuevo y grave escenario, debe sumarse la invasión a Ucrania, que de ninguna forma ha resultado como el Presidente y el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, suponían como una breve y contundente acción. Como sabemos, la incursión militar de Rusia al país vecino del Cáucaso, comenzó el 24 de febrero de 2022. Es decir, poco más de dos años y aún no se prevé un final ni militar ni de negociación alguna.

Así, pese a que sea una obviedad, tan tensiones en esa extendida parte del mundo, seguirán en aumento. Por principio, y pese a los enormes costos de todo tipo que esto implica, Rusia habrá de intensificar sus acciones militares en Siria en contra de Estado Islámico. Por lo que hace a las medidas internas, los controles policiacos sobre la población de credo islámico y con relaciones sanguíneas con algunos de los países huéspedes de conflictos u organizaciones terroristas, también van a aumentar. De mientras habremos de estar atentos a la información que se genere y den a conocer autoridades y medios de comunicación sobre este grave y doloroso acontecimiento.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

Recién concluidos los comicios presidenciales, del pasado día 17, que le concedieron la reelección a Vladimir Putin otros seis años, con el insólito 87% de los votos, el viernes 22 por la tarde hora local, cuatro terroristas, cada uno con potentes fusiles de asalto y repetición, abrieron fuego y dispararon de manera indiscriminada a los cientos de asistentes a un evento de convivencia religiosa cristiana. Como sucede con frecuencia en estos deplorables eventos, las primeras informaciones y hasta el día de hoy, los datos dados a conocer por autoridades, testigos y cadenas de noticias no permiten realizar un análisis detallado pero sobre todo documentado para la prevención y disuasión para cometer este tipo de masacres.

La primera cuestión y por mucho la más importante, es el número de víctimas mortales y heridos. Hasta el momento la cifra máxima dada a conocer, eran 152 muertos y 120 heridos. La acción fue llevada a cabo por cuatro asesinos, todos ellos detenidos, situación peculiar pues las fuerzas de seguridad en casos como estos, suelen liquidar en acción a los perpetradores. También se sabe que se tratan de terroristas sin ningún antecedente penal o de asociación con alguna organización. Procedentes de Tayikistán, todos fueron reclutados por la misma persona. También el acto ha sido reivindicado por una de las ramificaciones del Estado Islámico, con sede principal en el norte y oriente en Siria, en donde hay una muy prolongada guerra desde marzo de 2011.

El acto terrorista se perpetró en una pequeña ciudad de la periferia de Moscú, Krasnogorsk, en la sala de conciertos Crocus City Hall. Las primeras indagaciones, a partir de información pública, indica que el multiasesinato tendría su origen en el histórico respaldo que desde que era la Unión Soviética, Moscú ha sostenido a la también prolongada dictadura de Hafez al-Assad (1970-2000) sucedido por su hijo Bashar al-Assad (2000- a la fecha). Apoyo que desde el inicio de la guerra en Siria, se materializa en un sustancial apoyo militar, con acciones directas, sobre todo de la Armada y Fuerza Aérea de Rusia al gobierno de ese país, en su confrontación con el Estado Islámico.

Pero también el contexto del atentado, mismo que para ser perpetrado, lleva meses de preparación, es una auténtica afrenta y desafío al gobierno y al mismo Vladimir Putin, pues el acto terrorista se llevó a cabo en la capital misma de Rusia, a menos de quince días de su arrollador triunfo en las urnas. A es nuevo y grave escenario, debe sumarse la invasión a Ucrania, que de ninguna forma ha resultado como el Presidente y el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, suponían como una breve y contundente acción. Como sabemos, la incursión militar de Rusia al país vecino del Cáucaso, comenzó el 24 de febrero de 2022. Es decir, poco más de dos años y aún no se prevé un final ni militar ni de negociación alguna.

Así, pese a que sea una obviedad, tan tensiones en esa extendida parte del mundo, seguirán en aumento. Por principio, y pese a los enormes costos de todo tipo que esto implica, Rusia habrá de intensificar sus acciones militares en Siria en contra de Estado Islámico. Por lo que hace a las medidas internas, los controles policiacos sobre la población de credo islámico y con relaciones sanguíneas con algunos de los países huéspedes de conflictos u organizaciones terroristas, también van a aumentar. De mientras habremos de estar atentos a la información que se genere y den a conocer autoridades y medios de comunicación sobre este grave y doloroso acontecimiento.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso