/ lunes 10 de junio de 2024

Ganar con generosidad, perder con dignidad

E incluso, así es la vida. Ni hay éxitos permanentes ni hay derrotas para siempre. Pero sucede que algunos actores políticos en nuestro país, en su inmensa ignorancia respecto de las reglas de la convivencia democrática, suponen, que hay quien gana todo y pierde todo. Negar la posibilidad de los triunfos electorales de los adversarios, para que mediante argucias mediáticas y flagrantes mentiras, obstaculizar lo que la ciudadanía otorgó en las urnas, es sinónimo de propensión a la tiranía. Es el caso del dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional y los resultados de los comicios en el Estado de Jalisco.

Es evidente que fracasará en su intento por revertir los que las y los jaliscienses decidieron el pasado 2 de junio, a propósito de los cargos locales, sobre todo, la gubernatura. Mas este caso, da pie para poder articular algunos aspectos y lecciones de la competencia electoral de hace tan solo una semana. La primera de ellas, es la irresponsable actitud de la mayor parte de los medios de comunicación, a excepción notable de TV Azteca, para dar a conocer sin sustento oficial y violando la legislación electoral, un resultado que si bien se confirmo (y con creces) dejaba de lado e ignoraba, el esfuerzo de decenas de miles de mujeres y hombres que fungieron como responsables de las urnas. Otro tanto se puede recriminar a las mayoría de competidores, donde también destaca la mesura y discreción de la hoy candidata presidencial triunfadora, Claudia Scheibaum Pardo.

La segunda, es que la pluralidad es inherente a la democracia; vivimos un ambiente de diversidad de causas y objetivos, negarlo es ir en contra las tendencias contemporáneas democráticas. Las posturas contrarias y negacionistas, se acercan a la irracionalidad de cualquier tipo de radicalismo: ideológico, xenofobia, racismo, clasismo: por eso es muy preocupante la postura de algunas y algunos de los integrantes de las dirigencias de Morena, a propósito de las loables victorias los partidos opositores. La voracidad política, como si se tratara de un banquete, produce indigestión y en ocasiones, graves malestares.

Sin duda, a falta de un poco más de tiempo para confirmarlo, hemos ingresado a una decisiva etapa de nuestro sistema político; la pluralidad y convivencia política e ideológica estará a prueba. Es más: bajo presión. Algunas vez redacté un ensayo referente a las tentaciones autoritarias, dentro de la paradoja de las competencias electorales. Ganar todo para imponer todo. Esa frase es lo más distante de la naturaleza de la democracia.

Será hasta el 23 de agosto, cuando el Instituto Nacional Electoral, asigne la diputaciones de representación proporcional y los senadores de lista nacional, conforme a los criterios aritméticos de la ley, alejados de los criterios propensos a la homogeneidad y mayorías artificiales del partido oficial y sus aliados electorales. Hay que insistir, la pluralidad alienta la diversidad, su contrario, auspicia la uniformidad de las dictaduras disfrazadas de supuestos procesos democráticos. Ese no es el caso de México. Por eso, con las interpretaciones más diversas respecto de la llamada de la candidata perdedora a la triunfadora, queda en claro, que en la vida y en la política, ni se gana siempre, ni se pierde siempre. Hay tonalidades que revelan cualidades y defectos, mismos que orientan hacia la superación para una mejor forma de acometer hacia los objetivos. En la vida diaria y en la política, así es. Ojalá y aprendamos.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

E incluso, así es la vida. Ni hay éxitos permanentes ni hay derrotas para siempre. Pero sucede que algunos actores políticos en nuestro país, en su inmensa ignorancia respecto de las reglas de la convivencia democrática, suponen, que hay quien gana todo y pierde todo. Negar la posibilidad de los triunfos electorales de los adversarios, para que mediante argucias mediáticas y flagrantes mentiras, obstaculizar lo que la ciudadanía otorgó en las urnas, es sinónimo de propensión a la tiranía. Es el caso del dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional y los resultados de los comicios en el Estado de Jalisco.

Es evidente que fracasará en su intento por revertir los que las y los jaliscienses decidieron el pasado 2 de junio, a propósito de los cargos locales, sobre todo, la gubernatura. Mas este caso, da pie para poder articular algunos aspectos y lecciones de la competencia electoral de hace tan solo una semana. La primera de ellas, es la irresponsable actitud de la mayor parte de los medios de comunicación, a excepción notable de TV Azteca, para dar a conocer sin sustento oficial y violando la legislación electoral, un resultado que si bien se confirmo (y con creces) dejaba de lado e ignoraba, el esfuerzo de decenas de miles de mujeres y hombres que fungieron como responsables de las urnas. Otro tanto se puede recriminar a las mayoría de competidores, donde también destaca la mesura y discreción de la hoy candidata presidencial triunfadora, Claudia Scheibaum Pardo.

La segunda, es que la pluralidad es inherente a la democracia; vivimos un ambiente de diversidad de causas y objetivos, negarlo es ir en contra las tendencias contemporáneas democráticas. Las posturas contrarias y negacionistas, se acercan a la irracionalidad de cualquier tipo de radicalismo: ideológico, xenofobia, racismo, clasismo: por eso es muy preocupante la postura de algunas y algunos de los integrantes de las dirigencias de Morena, a propósito de las loables victorias los partidos opositores. La voracidad política, como si se tratara de un banquete, produce indigestión y en ocasiones, graves malestares.

Sin duda, a falta de un poco más de tiempo para confirmarlo, hemos ingresado a una decisiva etapa de nuestro sistema político; la pluralidad y convivencia política e ideológica estará a prueba. Es más: bajo presión. Algunas vez redacté un ensayo referente a las tentaciones autoritarias, dentro de la paradoja de las competencias electorales. Ganar todo para imponer todo. Esa frase es lo más distante de la naturaleza de la democracia.

Será hasta el 23 de agosto, cuando el Instituto Nacional Electoral, asigne la diputaciones de representación proporcional y los senadores de lista nacional, conforme a los criterios aritméticos de la ley, alejados de los criterios propensos a la homogeneidad y mayorías artificiales del partido oficial y sus aliados electorales. Hay que insistir, la pluralidad alienta la diversidad, su contrario, auspicia la uniformidad de las dictaduras disfrazadas de supuestos procesos democráticos. Ese no es el caso de México. Por eso, con las interpretaciones más diversas respecto de la llamada de la candidata perdedora a la triunfadora, queda en claro, que en la vida y en la política, ni se gana siempre, ni se pierde siempre. Hay tonalidades que revelan cualidades y defectos, mismos que orientan hacia la superación para una mejor forma de acometer hacia los objetivos. En la vida diaria y en la política, así es. Ojalá y aprendamos.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso