/ martes 30 de enero de 2018

Por una pesca y acuacultura sustentables

La pesca y la acuacultura constituyen fuentes importantes de alimentación, nutrición y medios de vida para millones de personas en todo el mundo, tan solo la pesca artesanal en pequeña escala proporciona empleo al 90% de las personas empleadas en la pesca de captura. Son actividades económicas que tienen un importante potencial para garantizar la seguridad alimentaria de una población que se encuentra en constante crecimiento. 

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el total de la producción mundial de la pesca de captura en 2014 fue de 93.4 millones de toneladas, y se estima que aproximadamente unos 56.6 millones de personas trabajan en el sector primario de la pesca de captura y la acuacultura, de las cuales el 36% se dedicaban en tiempo completo a estas actividades.

México se encuentra entre los principales países pesqueros del mundo y en el tercer lugar a nivel regional. Perú, Chile, México y Brasil contribuyen con más del 80% del volumen acuícola anual en América Latina. Somos el tercer productor de mojarra y el décimo tercero de atún.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) el volumen de producción en 2015 fue de más de un millón 700 mil toneladas de pescados y mariscos, con un valor productivo de 31 mil millones de pesos.

Nuestro país exporta anualmente cerca de 123 mil toneladas de pescados y mariscos con un valor superior a 800 millones de dólares, lo que representa una importante contribución para la economía nacional y de miles de familias mexicanas, ya que es la principal actividad económica para más de 2 millones de personas que viven directa o indirectamente de ella. 

Este sector es el que mayor crecimiento ha presentado en los últimos cinco años, entre 19% y 21%, y no sólo eso, el consumo de pescado en nuestro país también ha aumentado de 8.9 a 12.6 kilogramos, cifras que demuestran que tanto la pesca como la acuacultura son actividades altamente rentables en nuestro país.

Con el objetivo de lograr un crecimiento del sector pesquero sin afectar el medio ambiente y la biodiversidad marina, el gobierno mexicano ha enfocado sus esfuerzos en el fortalecimiento de la acuacultura y pesca sustentables.

Para evitar la pesca ilegal y la sobrepesca, el gobierno federal ha implementado vedas en ciertas regiones del país que garantizan la conservación de las especies y recursos, además, se han ampliado las reservas pesqueras en casi cuatro mil hectáreas marinas que se han convertido en zonas de refugio.

Recientemente se decretó el Parque Nacional Revillagigedo, que pasó a ser la zona de protección más grande del continente americano. Actualmente el 22% del territorio marino mexicano se encuentra protegido.

Hoy, gran parte de las pesquerías mexicanas cuentan con certificaciones internacionales, como la de la organización Marine Stewardship Council, por la implementación de estándares mundiales de sustentabilidad.

Estas acciones, que han sido reconocidas por la FAO por su contribución al desarrollo sustentable, son fundamentales para permitir la recuperación de las poblaciones y para proteger algunas especies endémicas y en peligro de extinción. 

Gracias a ello, México ha logrado incrementar su producción y potencial exportador, creando más empleos, beneficiando a las comunidades pesqueras y protegiendo al mismo tiempo la biodiversidad marina. Sin duda, nos encontramos en el camino correcto para crear un sector pesquero sustentable y de primer orden mundial.

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar  

Facebook.com/aaron.irizarlopez

La pesca y la acuacultura constituyen fuentes importantes de alimentación, nutrición y medios de vida para millones de personas en todo el mundo, tan solo la pesca artesanal en pequeña escala proporciona empleo al 90% de las personas empleadas en la pesca de captura. Son actividades económicas que tienen un importante potencial para garantizar la seguridad alimentaria de una población que se encuentra en constante crecimiento. 

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el total de la producción mundial de la pesca de captura en 2014 fue de 93.4 millones de toneladas, y se estima que aproximadamente unos 56.6 millones de personas trabajan en el sector primario de la pesca de captura y la acuacultura, de las cuales el 36% se dedicaban en tiempo completo a estas actividades.

México se encuentra entre los principales países pesqueros del mundo y en el tercer lugar a nivel regional. Perú, Chile, México y Brasil contribuyen con más del 80% del volumen acuícola anual en América Latina. Somos el tercer productor de mojarra y el décimo tercero de atún.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) el volumen de producción en 2015 fue de más de un millón 700 mil toneladas de pescados y mariscos, con un valor productivo de 31 mil millones de pesos.

Nuestro país exporta anualmente cerca de 123 mil toneladas de pescados y mariscos con un valor superior a 800 millones de dólares, lo que representa una importante contribución para la economía nacional y de miles de familias mexicanas, ya que es la principal actividad económica para más de 2 millones de personas que viven directa o indirectamente de ella. 

Este sector es el que mayor crecimiento ha presentado en los últimos cinco años, entre 19% y 21%, y no sólo eso, el consumo de pescado en nuestro país también ha aumentado de 8.9 a 12.6 kilogramos, cifras que demuestran que tanto la pesca como la acuacultura son actividades altamente rentables en nuestro país.

Con el objetivo de lograr un crecimiento del sector pesquero sin afectar el medio ambiente y la biodiversidad marina, el gobierno mexicano ha enfocado sus esfuerzos en el fortalecimiento de la acuacultura y pesca sustentables.

Para evitar la pesca ilegal y la sobrepesca, el gobierno federal ha implementado vedas en ciertas regiones del país que garantizan la conservación de las especies y recursos, además, se han ampliado las reservas pesqueras en casi cuatro mil hectáreas marinas que se han convertido en zonas de refugio.

Recientemente se decretó el Parque Nacional Revillagigedo, que pasó a ser la zona de protección más grande del continente americano. Actualmente el 22% del territorio marino mexicano se encuentra protegido.

Hoy, gran parte de las pesquerías mexicanas cuentan con certificaciones internacionales, como la de la organización Marine Stewardship Council, por la implementación de estándares mundiales de sustentabilidad.

Estas acciones, que han sido reconocidas por la FAO por su contribución al desarrollo sustentable, son fundamentales para permitir la recuperación de las poblaciones y para proteger algunas especies endémicas y en peligro de extinción. 

Gracias a ello, México ha logrado incrementar su producción y potencial exportador, creando más empleos, beneficiando a las comunidades pesqueras y protegiendo al mismo tiempo la biodiversidad marina. Sin duda, nos encontramos en el camino correcto para crear un sector pesquero sustentable y de primer orden mundial.

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar  

Facebook.com/aaron.irizarlopez