En México, 26% no estaría de acuerdo en contratar a una persona que vive con VIH, 50% no querría que sus hijxs se casen con una persona que vive con VIH, el 35% no rentaría un cuarto a una persona que vive con VIH. Este sexenio ha sido marcado por las protestas y denuncias por el desabasto de medicinas y por la falta de un sistema de acceso universal a la salud incluyente.
En el marco del 1 de diciembre, Día Mundial de Lucha contra el VIH-Sida, Jairo de Racismo MX, Victoria de Lleca y Alain de Vihve Libre señalan los obstáculos racistas y excluyentes de un Estado que sigue estigmatizando y apartando a ciertas poblaciones de la información, de la atención médica y de los tratamientos por sus condiciones socio económicas o su color de piel.
En ese 1 de diciembre, se llevaron a cabo varias acciones para visibilizar una lucha cotidiana por la garantía del derecho a la salud, a una vida con libertad y libre de violencia y también al placer. Por ejemplo, la asociación Inspira Cambio A.C. convocó al “Besotón Sidoso” en donde acudieron decenas de personas para un “encuentro de liberación y de presencia política” con mensajes de lucha y de fortalecimiento comunitario. La protesta convocada por varias colectivas y activismos comunitarios en CENSIDA, en las instalaciones de la Secretaría de Salud con el fin de exigir la presencia de la persona titular fue más agresiva por la falta de respuesta, por la ausencia de cumplimiento de la responsabilidad del Estado. La omisión también es violencia y el silencio es complicidad. La asociación civil La Tribu A.C. llevó a cabo un evento comunitario en Casa Moira, su nueva sede que atiende con sensibilidad, confianza y seguridad desde la empatía y la generosidad.
La historia ha sido y sigue difícil e injusta con un papel estigmatizante directo de los medios de comunicación. Hacen falta campañas de salud sexual accesibles, trabajo con la sociedad civil, atención médica universal, detección, inclusión laboral, prevención adecuada y memoria histórica entre otras problemáticas. Recuerdo también hace pocos años una velada mágica de intercambios y aprendizajes en El 9 del histórico Henri Donnadieu quien hizo posible una de las primeras clínicas de atención del VIH en los 80 entre la violencia y ausencia de repuesta social e institucional. Hace falta una disculpa pública por parte del Estado.
Ese día sirve para recordar a las personas fallecidas, para seguir visibilizando los retos y pendientes de una causa que aún no ha abrazado el Estado con eficiencia a pesar de sus obligaciones locales, nacionales e internacionales. Pero también es para celebrar y reconocer a todas las personas activistas que donan de su tiempo y de su energía a la atención de personas que viven con VIH, a hacer comunidad y resistencia frente a un sistema y una sociedad que siguen excluyendo. Ricardo Baruch, Rodrigo Moheno, Alain Pinzón, Pol Gómez, Alejandro Brito, Axel Bautista, Kenya Cuevas, Andrea González, Genaro Lozano, Silvia Carmona, Mario Bustamante, Andrea Luna, Ro Banda, Viktor Martínez, Jairo Barrientos, Victoria Samano, Danny Ehuan, Gabriel Guttierez, Francisco Tenorio son unas de esas personas que enseñan, luchan, aportan e inciden desde su trinchera todos los días del año.