/ jueves 7 de enero de 2021

Reto universitario

Se reanudaron actividades académicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), correspondientes al semestre que concluirá el 29 de enero, semestre que nos tomó de sorpresa con el Covid-19 obligándonos a trabajar en línea, virtualmente, en condiciones inéditas en la Universidad. Sin embargo y a partir del 29 de enero la situación académica es incierta, siendo lo más probable que el siguiente semestre se lleve a cabo en circunstancias similares. Se trata de todo un reto para la Universidad -supongo lo mismo que para otras muchas universidades públicas- que ha venido trabajando durante siglos de manera diferente, acorde con una tradición milenaria en el mundo occidental. No podría uno imaginar, ni de broma, el peripatetismo aristotélico, o el deambular sobre el suelo de la Academia platónica, sin ese acompasado andar que sigue el ritmo del pensamiento lógico. Es el hombre unido a la naturaleza, a su vigor y energía esencial. Pero hoy las cosas han cambiado retando al quehacer intelectual, moral y espiritual de la Universidad.

Me explico. En la Universidad hay hallazgos e ideas. Desde luego no puede haber un hallazgo sin una idea, aunque los hallazgos ideológicos suelen ser precisamente eso, ideológicos. Por hallazgo debemos entender un descubrimiento hasta entonces desconocido, ya sea en física, en química, en bilogía, en medicina, etc. Hallazgo que se da, sobre todo, en las llamadas ciencias duras. Se trata de cosas evidentes, generalmente palpables al tacto o a la vista. Y son hallazgos que revelan un trabajo intelectual enorme y que representan un notable esfuerzo académico y de investigación. Son la Universidad en pleno movimiento real, evidente. La representan. Pero el verdadero mensaje universitario se da en el área de las Humanidades. El compromiso universitario, el quehacer universitario nacional se da allí. El gran maestro Antonio Caso dijo que “la universidad procurará de preferencia discutir y analizar, por medio de sus profesores y alumnos, los problemas que ocupen la atención pública”. Este es el punto, este es el reto. Discutir y analizar esos problemas, profesores y alumnos juntos. Y problema que ocupa la atención pública es el de la pandemia y su repercusión en el espacio educativo. ¿Cómo educar así, virtualmente, a través de los medios electrónicos? ¿Qué papel desempeña aquí la enseñanza del Derecho? Pero al margen del Derecho, ¿qué papel desempeña la enseñanza con los elementos electrónicos como instrumento de trabajo? Averiguarlo y llevarlo a cabo es un reto enorme. Se trata de una nueva visión de la Universidad. Yo sostengo que a las disciplinas humanísticas les toca en este tiempo encarar la enorme crisis de la pandemia y de sus consecuencias. El gran mensaje de la Universidad se debe filtrar y manifestar aquí. En suma, la presencia universitaria. Hallazgos e ideas han de ir juntos, de la mano. Pero es indispensable que las ideas, el compromiso ideológico de la Universidad, le lleguen al pueblo. La Universidad se debe presentar ante la nación, en estos momentos, con absoluta libertad e independencia. Entra el mundo, y por supuesto México, en un nuevo camino, y sólo el análisis libre de las ideas nos puede orientar. La misión de la Universidad es entender lo que está pasando, con su derivación positiva. Y después transmitirlo. Una nueva generación de estudiantes vive y estará viviendo algo inédito. Que primero entiendan los estudiantes el nuevo mundo al que entran, ya que sus estudios carecerían de sentido sin conocer las dimensiones del enorme cambio que vivimos. Éste es el gran reto de quienes somos parte substancial de la UNAM.

PROFESOR EMÉRITO DE LA UNAM

Sígueme en Twitter: @RaulCarranca

Y Facebook: www.facebook.com/despacho.raulcarranca

Se reanudaron actividades académicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), correspondientes al semestre que concluirá el 29 de enero, semestre que nos tomó de sorpresa con el Covid-19 obligándonos a trabajar en línea, virtualmente, en condiciones inéditas en la Universidad. Sin embargo y a partir del 29 de enero la situación académica es incierta, siendo lo más probable que el siguiente semestre se lleve a cabo en circunstancias similares. Se trata de todo un reto para la Universidad -supongo lo mismo que para otras muchas universidades públicas- que ha venido trabajando durante siglos de manera diferente, acorde con una tradición milenaria en el mundo occidental. No podría uno imaginar, ni de broma, el peripatetismo aristotélico, o el deambular sobre el suelo de la Academia platónica, sin ese acompasado andar que sigue el ritmo del pensamiento lógico. Es el hombre unido a la naturaleza, a su vigor y energía esencial. Pero hoy las cosas han cambiado retando al quehacer intelectual, moral y espiritual de la Universidad.

Me explico. En la Universidad hay hallazgos e ideas. Desde luego no puede haber un hallazgo sin una idea, aunque los hallazgos ideológicos suelen ser precisamente eso, ideológicos. Por hallazgo debemos entender un descubrimiento hasta entonces desconocido, ya sea en física, en química, en bilogía, en medicina, etc. Hallazgo que se da, sobre todo, en las llamadas ciencias duras. Se trata de cosas evidentes, generalmente palpables al tacto o a la vista. Y son hallazgos que revelan un trabajo intelectual enorme y que representan un notable esfuerzo académico y de investigación. Son la Universidad en pleno movimiento real, evidente. La representan. Pero el verdadero mensaje universitario se da en el área de las Humanidades. El compromiso universitario, el quehacer universitario nacional se da allí. El gran maestro Antonio Caso dijo que “la universidad procurará de preferencia discutir y analizar, por medio de sus profesores y alumnos, los problemas que ocupen la atención pública”. Este es el punto, este es el reto. Discutir y analizar esos problemas, profesores y alumnos juntos. Y problema que ocupa la atención pública es el de la pandemia y su repercusión en el espacio educativo. ¿Cómo educar así, virtualmente, a través de los medios electrónicos? ¿Qué papel desempeña aquí la enseñanza del Derecho? Pero al margen del Derecho, ¿qué papel desempeña la enseñanza con los elementos electrónicos como instrumento de trabajo? Averiguarlo y llevarlo a cabo es un reto enorme. Se trata de una nueva visión de la Universidad. Yo sostengo que a las disciplinas humanísticas les toca en este tiempo encarar la enorme crisis de la pandemia y de sus consecuencias. El gran mensaje de la Universidad se debe filtrar y manifestar aquí. En suma, la presencia universitaria. Hallazgos e ideas han de ir juntos, de la mano. Pero es indispensable que las ideas, el compromiso ideológico de la Universidad, le lleguen al pueblo. La Universidad se debe presentar ante la nación, en estos momentos, con absoluta libertad e independencia. Entra el mundo, y por supuesto México, en un nuevo camino, y sólo el análisis libre de las ideas nos puede orientar. La misión de la Universidad es entender lo que está pasando, con su derivación positiva. Y después transmitirlo. Una nueva generación de estudiantes vive y estará viviendo algo inédito. Que primero entiendan los estudiantes el nuevo mundo al que entran, ya que sus estudios carecerían de sentido sin conocer las dimensiones del enorme cambio que vivimos. Éste es el gran reto de quienes somos parte substancial de la UNAM.

PROFESOR EMÉRITO DE LA UNAM

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