/ jueves 25 de octubre de 2018

Retos geopolíticos y transición tecnológica

El escenario para México no podía estar más cargado de cambios y escenarios complejos por venir, que reclamarán enormes esfuerzos de comunicación y complejos procesos de toma de decisiones, que parten de procesos inéditos y amplios espacios de deliberación y discusión pública.

El acuerdo comercial con EU y Canadá también presenta complejidades geopolíticas y un cerco para conglomerar valor agregado, contenido regional, mejores salarios y mecanismos que fomentarán la integración de las cadenas de valor, la migración tecnológica y las nuevas tecnologías en la región.

En relación a EU se perfilaron un conjunto de temas críticos que pueden encender la retórica, las amenazas y las represalias. Por un lado, el tema del muro y todas sus connotaciones como política de seguridad fronteriza y seguridad nacional, por otro, la migración que viene del sur y en donde México presenta un cuadro de debilidad estructural, cumplimiento regulatorio y derechos humanos.

La agenda política en EU que permite a su vez una narrativa anti-inmigrante, la lucha contra la delincuencia organizada mediante esfuerzos focalizados y un nuevo enfoque de seguridad nacional con alcances comerciales, de cooperación y de presión política para lograr sus intereses regionales.

Resalta en paralelo el índice de competitividad del capital humano del Banco Mundial y su reciente informe sobre el futuro laboral en el 2019, en el que establece con claridad los retos en habilidades, destrezas y aptitudes de los recursos humanos del futuro. En línea con los diagnósticos derivados de la cuarta revolución industrial y los efectos de las tecnologías y los nuevos modelos de negocio, bajo plataformas digitales en mercados crecientes, el reto para México se centra en la juventud, sus calificaciones y competencias para el futuro cercano.

La contra-reforma educativa, el bono demográfico y la transición tecnológica obligarán al nuevo gobierno a configurar una estrategia muy amplia y de gran envergadura, para enfrentar el reto que el plano socio-laboral configura para nuestro país. No es de extrañar los despidos de miles de trabajadores de empresas de servicios que ya comenzaron con la simplificación, integración digital y automatización.

La geopolítica actúa en un mercado amplio, donde las agencias de cooperación internacional de las grandes potencias inducen temas en la transición tecnológica, por ejemplo en el caso de las energías renovables y su difusión en el contexto de prácticas de eficiencia energética, que a menudo encontramos en los catálogos de cooperación de Japón, EU, Unión Europea, Alemania y Gran Bretaña.

También China es un atractor de tecnologías y plataformas de producción y consumo en medio de una guerra comercial cuya motivación es el equilibrio, la reducción de enormes déficits comerciales y, por supuesto, la seguridad nacional.

La transición tecnológica está acelerando las disputas y la vulnerabilidad de las naciones y la privacidad de las personas. Los escándalos de Facebook y Twitter con relación a la difusión de noticias falsas, el acceso a datos personales y la manipulación de las elecciones en EU se avivan en el escenario geopolítico que pone a Rusia como eje de los cyberataques, paro también se incluyen a otros países incluido China.

En México ya contamos con una buena batería de temas geopolíticos y prácticamente nos encontramos en el ojo del huracán en nuestra frontera con EU. La complejidad creciente de la realidad fronteriza ha propiciado un programa del nuevo gobierno para consolidar una zona franca de desarrollo y bienestar en esa región del país.

No sólo se tendrá que propiciar el desarrollo en la frontera norte, sino también en la frontera sur para servir de amortiguador de los flujos migratorios de Centroamérica hacia los EU. El “debido proceso” quedó rebasado con la caravana de migrantes hondureños, y una buena parte de su contingente, se internó al país sin mediar trámite migratorio y seguirá su trayectoria con fuertes presiones políticas para México desde el gobierno de EU, pero también de una buena parte de ciudadanas y ciudadanos que reclaman un Estado de Derecho y que se cumpla la ley.

Por otro lado, en la geopolítica de los derechos humanos, también nos encontramos otras posturas que parten de una crisis humanitaria y otorgar calidad de “refugiados” y “desplazados” a dicho contingente para asegurar su tránsito seguro hacia su destino en los EU.

También está la postura intermedia que reconoce el enfoque integral de derechos humanos y el marco legal para atender con oportunidad, coordinación y diplomacia una crisis humanitaria que se recrudece ante la dureza de las políticas migratorias.

Por último, destaca la postura del “sospechosísimo” y la manipulación política de intereses dentro de los EU, tanto de republicanos como demócratas, que insisten en que se trata de un montaje político para las elecciones intermedias en ese país. Lo cierto es que México y sus políticas están a prueba.

El escenario para México no podía estar más cargado de cambios y escenarios complejos por venir, que reclamarán enormes esfuerzos de comunicación y complejos procesos de toma de decisiones, que parten de procesos inéditos y amplios espacios de deliberación y discusión pública.

El acuerdo comercial con EU y Canadá también presenta complejidades geopolíticas y un cerco para conglomerar valor agregado, contenido regional, mejores salarios y mecanismos que fomentarán la integración de las cadenas de valor, la migración tecnológica y las nuevas tecnologías en la región.

En relación a EU se perfilaron un conjunto de temas críticos que pueden encender la retórica, las amenazas y las represalias. Por un lado, el tema del muro y todas sus connotaciones como política de seguridad fronteriza y seguridad nacional, por otro, la migración que viene del sur y en donde México presenta un cuadro de debilidad estructural, cumplimiento regulatorio y derechos humanos.

La agenda política en EU que permite a su vez una narrativa anti-inmigrante, la lucha contra la delincuencia organizada mediante esfuerzos focalizados y un nuevo enfoque de seguridad nacional con alcances comerciales, de cooperación y de presión política para lograr sus intereses regionales.

Resalta en paralelo el índice de competitividad del capital humano del Banco Mundial y su reciente informe sobre el futuro laboral en el 2019, en el que establece con claridad los retos en habilidades, destrezas y aptitudes de los recursos humanos del futuro. En línea con los diagnósticos derivados de la cuarta revolución industrial y los efectos de las tecnologías y los nuevos modelos de negocio, bajo plataformas digitales en mercados crecientes, el reto para México se centra en la juventud, sus calificaciones y competencias para el futuro cercano.

La contra-reforma educativa, el bono demográfico y la transición tecnológica obligarán al nuevo gobierno a configurar una estrategia muy amplia y de gran envergadura, para enfrentar el reto que el plano socio-laboral configura para nuestro país. No es de extrañar los despidos de miles de trabajadores de empresas de servicios que ya comenzaron con la simplificación, integración digital y automatización.

La geopolítica actúa en un mercado amplio, donde las agencias de cooperación internacional de las grandes potencias inducen temas en la transición tecnológica, por ejemplo en el caso de las energías renovables y su difusión en el contexto de prácticas de eficiencia energética, que a menudo encontramos en los catálogos de cooperación de Japón, EU, Unión Europea, Alemania y Gran Bretaña.

También China es un atractor de tecnologías y plataformas de producción y consumo en medio de una guerra comercial cuya motivación es el equilibrio, la reducción de enormes déficits comerciales y, por supuesto, la seguridad nacional.

La transición tecnológica está acelerando las disputas y la vulnerabilidad de las naciones y la privacidad de las personas. Los escándalos de Facebook y Twitter con relación a la difusión de noticias falsas, el acceso a datos personales y la manipulación de las elecciones en EU se avivan en el escenario geopolítico que pone a Rusia como eje de los cyberataques, paro también se incluyen a otros países incluido China.

En México ya contamos con una buena batería de temas geopolíticos y prácticamente nos encontramos en el ojo del huracán en nuestra frontera con EU. La complejidad creciente de la realidad fronteriza ha propiciado un programa del nuevo gobierno para consolidar una zona franca de desarrollo y bienestar en esa región del país.

No sólo se tendrá que propiciar el desarrollo en la frontera norte, sino también en la frontera sur para servir de amortiguador de los flujos migratorios de Centroamérica hacia los EU. El “debido proceso” quedó rebasado con la caravana de migrantes hondureños, y una buena parte de su contingente, se internó al país sin mediar trámite migratorio y seguirá su trayectoria con fuertes presiones políticas para México desde el gobierno de EU, pero también de una buena parte de ciudadanas y ciudadanos que reclaman un Estado de Derecho y que se cumpla la ley.

Por otro lado, en la geopolítica de los derechos humanos, también nos encontramos otras posturas que parten de una crisis humanitaria y otorgar calidad de “refugiados” y “desplazados” a dicho contingente para asegurar su tránsito seguro hacia su destino en los EU.

También está la postura intermedia que reconoce el enfoque integral de derechos humanos y el marco legal para atender con oportunidad, coordinación y diplomacia una crisis humanitaria que se recrudece ante la dureza de las políticas migratorias.

Por último, destaca la postura del “sospechosísimo” y la manipulación política de intereses dentro de los EU, tanto de republicanos como demócratas, que insisten en que se trata de un montaje político para las elecciones intermedias en ese país. Lo cierto es que México y sus políticas están a prueba.