/ sábado 18 de mayo de 2024

Tech trends / Recordar o nunca dejar morir… ¿qué prefieres?

@daguilargallego Twitter


La pérdida de un ser querido es uno de los procesos más complicados y tristes que una persona puede experimentar. Ya sea que la muerte ocurra de manera repentina o como resultado de una enfermedad terminal, siempre resulta dolorosa. Nuestra naturaleza humana, enfocada en la supervivencia y en la superioridad sobre otras especies, nos ha llevado a trabajar para sufrir menos, enfermar menos y, al final del día, intentar evitar lo inevitable. En este contexto, James Vlahos creó una plataforma con Inteligencia Artificial (IA) para comunicarse con su padre después de su fallecimiento. Al saber que su padre tenía una enfermedad terminal, lo grabó durante meses, capturando historias, recuerdos y su manera de hablar, pensar y responder, para que la plataforma pudiera recrear la voz de su padre y permitirle, literalmente, conversar con su esencia a través de la IA. Este proyecto personal se transformó en lo que hoy conocemos como Hereafter, una empresa que ofrece este servicio a familiares que tienen esta inquietud o necesidad. En Corea, la empresa DeepBrain ha llevado esto más allá, creando una plataforma que no solo recrea la voz, sino que también genera una imagen del familiar fallecido con un 96% de similitud, utilizando información de videos para recrear sus gestos y maneras de interactuar. Este negocio de la IA aplicada a la pérdida de seres queridos está generando ganancias millonarias para las empresas que lo desarrollan. Actualmente, se estima que este negocio vale 15.8 mil millones de dólares y que para 2032 alcanzará más de 55 mil millones de dólares. Como negocio, no cabe duda de que es una gran apuesta, pero surge la pregunta: ¿realmente vale la pena? El duelo por la pérdida de un ser querido es también una de las experiencias más enriquecedoras de la vida y, al evitarlo, se pierde la oportunidad de aprender algo que es inevitable: perder a un ser querido. Tradicionalmente, el duelo implica pasar por varias etapas de aceptación y adaptación a la pérdida. El uso de la IA para "revivir" digitalmente a una persona podría alterar o prolongar este proceso, evitando posiblemente que se experimenten plenamente las emociones y se retrase la aceptación de la pérdida, que finalmente ocurrirá. Por otro lado, existe el riesgo de generar una dependencia emocional de esta plataforma, lo que puede llevar a seguir vinculado a una IA que la persona asume como su familiar y no como una IA. Sin duda, la IA impacta nuestras vidas de múltiples maneras, pero hay procesos de la vida misma que no pueden ser reemplazados por una Inteligencia Artificial… ¿o sí?

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La pérdida de un ser querido es uno de los procesos más complicados y tristes que una persona puede experimentar. Ya sea que la muerte ocurra de manera repentina o como resultado de una enfermedad terminal, siempre resulta dolorosa. Nuestra naturaleza humana, enfocada en la supervivencia y en la superioridad sobre otras especies, nos ha llevado a trabajar para sufrir menos, enfermar menos y, al final del día, intentar evitar lo inevitable. En este contexto, James Vlahos creó una plataforma con Inteligencia Artificial (IA) para comunicarse con su padre después de su fallecimiento. Al saber que su padre tenía una enfermedad terminal, lo grabó durante meses, capturando historias, recuerdos y su manera de hablar, pensar y responder, para que la plataforma pudiera recrear la voz de su padre y permitirle, literalmente, conversar con su esencia a través de la IA. Este proyecto personal se transformó en lo que hoy conocemos como Hereafter, una empresa que ofrece este servicio a familiares que tienen esta inquietud o necesidad. En Corea, la empresa DeepBrain ha llevado esto más allá, creando una plataforma que no solo recrea la voz, sino que también genera una imagen del familiar fallecido con un 96% de similitud, utilizando información de videos para recrear sus gestos y maneras de interactuar. Este negocio de la IA aplicada a la pérdida de seres queridos está generando ganancias millonarias para las empresas que lo desarrollan. Actualmente, se estima que este negocio vale 15.8 mil millones de dólares y que para 2032 alcanzará más de 55 mil millones de dólares. Como negocio, no cabe duda de que es una gran apuesta, pero surge la pregunta: ¿realmente vale la pena? El duelo por la pérdida de un ser querido es también una de las experiencias más enriquecedoras de la vida y, al evitarlo, se pierde la oportunidad de aprender algo que es inevitable: perder a un ser querido. Tradicionalmente, el duelo implica pasar por varias etapas de aceptación y adaptación a la pérdida. El uso de la IA para "revivir" digitalmente a una persona podría alterar o prolongar este proceso, evitando posiblemente que se experimenten plenamente las emociones y se retrase la aceptación de la pérdida, que finalmente ocurrirá. Por otro lado, existe el riesgo de generar una dependencia emocional de esta plataforma, lo que puede llevar a seguir vinculado a una IA que la persona asume como su familiar y no como una IA. Sin duda, la IA impacta nuestras vidas de múltiples maneras, pero hay procesos de la vida misma que no pueden ser reemplazados por una Inteligencia Artificial… ¿o sí?