/ lunes 8 de junio de 2020

Tendencias empresariales y Covid-19

La crisis sanitaria global del COVID-19 ha mostrado la vulnerabilidad de las instituciones públicas, de la economía global, de la seguridad social de los Estados e incluso, del frágil equilibrio mundial, y ha puesto sobre la mesa retos que hace 6 meses ni siquiera nos hubiéramos imaginado. Hoy, tras 11 semanas de la suspensión temporal de actividades no esenciales, hemos visto opciones ingeniosas para mantener a flote la economía preservando la salud de las personas. En otras palabras, la vida y los negocios no se detienen sino que se están reinventando.

Teniendo en mente esta premisa, debemos agregar que la reactivación de las actividades económicas requiere nuevos esquemas que puedan implementarse rápidamente, que no aumenten el costo humano y que sean sostenibles en el tiempo. Sectores económicos como la manufactura no esencial, los servicios de hotelería, el retail y el entretenimiento están buscando cómo reinventarse en tiempo record, reconfigurar sus modelos de negocios y capacitar a su fuerza laboral para afrontar la nueva normalidad.

Por un lado, hay quienes apuestan a que la economía mundial podría recuperar en 7 meses, lo que no creció en un año debido a la demanda acelerada post-pandemia; pero por otra parte, hay otros expertos que afirman que estamos en la antesala de una crisis más profunda que la de 2009.

En medio de este abrumador contexto, conceptos como “liderazgo disruptivo” y “resiliencia empresarial” abundan en la conversación pública y en las redes pero, ¿cómo es posible aterrizar ideas tan abstractas a la realidad que hoy enfrentan las empresas? Con información veraz y datos oportunos que permitan interpretar el escenario que viene, ya que no hay recetas para salir de una situación como la actual, sino que cada empresa debe pensar en soluciones a la medida según su core business, su tamaño y su sector.

En la pasada columna hablamos sobre la Economía de Baja Interacción (o Low Touch Economy) y en esta ocasión vamos a hablar sobre algunas de las tendencias empresariales y comerciales más interesantes que han surgido en torno al futuro inmediato en la pandemia. El objetivo principal es abordar las ideas más frescas para aclarar el panorama inmediato.

¿De qué se habla en el mundo?

De acuerdo con una encuesta de TMF Group (una consultora global especializada en expandir negocios locales), el 52% de los tomadores de decisiones de empresas globales con sede en EEUU considera que los dos mayores obstáculos post-pandemia serán la baja confianza del consumidor y la recesión económica. También anticipan que, aunque las empresas vuelvan a reanudar operaciones en la segunda mitad del año, la recuperación financiera va a tomar tiempo, por lo que recomiendan asegurar liquidez, gestionar de cerca las cuentas por cobrar, mejorar las previsiones y, en la medida de lo posible, acceder a los programas de apoyo gubernamental.

Llama la atención que para TMF no hay que olvidar que, antes del brote del COVID-19, ya se hablaba de incertidumbre debido a regímenes regulatorios cada vez más complejos, transformación digital acelerada e incertidumbre geopolítica, pero aun con esas barreras nunca se dejó de hablar de expansión comercial para las empresas; incluso dicha encuesta revela que para los CEO en EEUU, el TMEC pone a México y a Canadá entre los países con mayores posibilidades de atraer inversiones, pese al Covid-19. En otras palabras, una empresa que busca sobrevivir en el tiempo, necesita planes de continuidad comercial que sean flexibles y que estén en constante evaluación, porque siempre habrá amenazas en el mundo pero también periodos de oportunidad.

Por otra parte, a la OMC le preocupa que dificultades ligadas a la pandemia se sumen a los obstáculos al comercio ya existentes. Dichas dificultades pueden englobarse en cierres fronterizos, tarifas y sanciones impuestas de forma unilateral entre los países, ya que esto puede generar perturbaciones en las cadenas de suministro que dañan mucho más a las empresas de menor tamaño que venden sus productos por canales indirectos o que dependen de la importación de insumos para crear bienes intermedios y finales.

Por otra parte, especialistas de América, Asia y Europa coinciden en que la reconversión industrial temporal que han llevado a cabo empresas en todo el mundo es una prueba de que el ingenio es imperativo: las empresas que han flexibilizado sus estrategias para moverse rumbo a productos y servicios que se comercializan más rápido, son las que están logrando mantener empleos y liquidez. Hay que decir que dicha reconversión está centrada en actividades económicas que responden a las demandas de sectores asociados al cuidado de la salud, la alimentación y la tecnología, principalmente y, por lo tanto, otros sectores como la aeronáutica o la hospitalidad (por mencionar algunos) están quedando fuera en este momento.

Finalmente, a propósito de la importancia de los datos, el semanario inglés The Economist, publica esta semana que los regímenes democráticos han demostrado comunicar y manejar mejor las pandemias en el pasado. Es importante retomar esto porque la solidez institucional de los Estados es pieza clave para afrontar esta crisis.



Empresario

La crisis sanitaria global del COVID-19 ha mostrado la vulnerabilidad de las instituciones públicas, de la economía global, de la seguridad social de los Estados e incluso, del frágil equilibrio mundial, y ha puesto sobre la mesa retos que hace 6 meses ni siquiera nos hubiéramos imaginado. Hoy, tras 11 semanas de la suspensión temporal de actividades no esenciales, hemos visto opciones ingeniosas para mantener a flote la economía preservando la salud de las personas. En otras palabras, la vida y los negocios no se detienen sino que se están reinventando.

Teniendo en mente esta premisa, debemos agregar que la reactivación de las actividades económicas requiere nuevos esquemas que puedan implementarse rápidamente, que no aumenten el costo humano y que sean sostenibles en el tiempo. Sectores económicos como la manufactura no esencial, los servicios de hotelería, el retail y el entretenimiento están buscando cómo reinventarse en tiempo record, reconfigurar sus modelos de negocios y capacitar a su fuerza laboral para afrontar la nueva normalidad.

Por un lado, hay quienes apuestan a que la economía mundial podría recuperar en 7 meses, lo que no creció en un año debido a la demanda acelerada post-pandemia; pero por otra parte, hay otros expertos que afirman que estamos en la antesala de una crisis más profunda que la de 2009.

En medio de este abrumador contexto, conceptos como “liderazgo disruptivo” y “resiliencia empresarial” abundan en la conversación pública y en las redes pero, ¿cómo es posible aterrizar ideas tan abstractas a la realidad que hoy enfrentan las empresas? Con información veraz y datos oportunos que permitan interpretar el escenario que viene, ya que no hay recetas para salir de una situación como la actual, sino que cada empresa debe pensar en soluciones a la medida según su core business, su tamaño y su sector.

En la pasada columna hablamos sobre la Economía de Baja Interacción (o Low Touch Economy) y en esta ocasión vamos a hablar sobre algunas de las tendencias empresariales y comerciales más interesantes que han surgido en torno al futuro inmediato en la pandemia. El objetivo principal es abordar las ideas más frescas para aclarar el panorama inmediato.

¿De qué se habla en el mundo?

De acuerdo con una encuesta de TMF Group (una consultora global especializada en expandir negocios locales), el 52% de los tomadores de decisiones de empresas globales con sede en EEUU considera que los dos mayores obstáculos post-pandemia serán la baja confianza del consumidor y la recesión económica. También anticipan que, aunque las empresas vuelvan a reanudar operaciones en la segunda mitad del año, la recuperación financiera va a tomar tiempo, por lo que recomiendan asegurar liquidez, gestionar de cerca las cuentas por cobrar, mejorar las previsiones y, en la medida de lo posible, acceder a los programas de apoyo gubernamental.

Llama la atención que para TMF no hay que olvidar que, antes del brote del COVID-19, ya se hablaba de incertidumbre debido a regímenes regulatorios cada vez más complejos, transformación digital acelerada e incertidumbre geopolítica, pero aun con esas barreras nunca se dejó de hablar de expansión comercial para las empresas; incluso dicha encuesta revela que para los CEO en EEUU, el TMEC pone a México y a Canadá entre los países con mayores posibilidades de atraer inversiones, pese al Covid-19. En otras palabras, una empresa que busca sobrevivir en el tiempo, necesita planes de continuidad comercial que sean flexibles y que estén en constante evaluación, porque siempre habrá amenazas en el mundo pero también periodos de oportunidad.

Por otra parte, a la OMC le preocupa que dificultades ligadas a la pandemia se sumen a los obstáculos al comercio ya existentes. Dichas dificultades pueden englobarse en cierres fronterizos, tarifas y sanciones impuestas de forma unilateral entre los países, ya que esto puede generar perturbaciones en las cadenas de suministro que dañan mucho más a las empresas de menor tamaño que venden sus productos por canales indirectos o que dependen de la importación de insumos para crear bienes intermedios y finales.

Por otra parte, especialistas de América, Asia y Europa coinciden en que la reconversión industrial temporal que han llevado a cabo empresas en todo el mundo es una prueba de que el ingenio es imperativo: las empresas que han flexibilizado sus estrategias para moverse rumbo a productos y servicios que se comercializan más rápido, son las que están logrando mantener empleos y liquidez. Hay que decir que dicha reconversión está centrada en actividades económicas que responden a las demandas de sectores asociados al cuidado de la salud, la alimentación y la tecnología, principalmente y, por lo tanto, otros sectores como la aeronáutica o la hospitalidad (por mencionar algunos) están quedando fuera en este momento.

Finalmente, a propósito de la importancia de los datos, el semanario inglés The Economist, publica esta semana que los regímenes democráticos han demostrado comunicar y manejar mejor las pandemias en el pasado. Es importante retomar esto porque la solidez institucional de los Estados es pieza clave para afrontar esta crisis.



Empresario