/ jueves 4 de abril de 2024

Un doble oasis accesible dentro de un mar de inequidad

por Katia D’Artigues

Este domingo 7 de abril será el primer debate entre las personas candidatas a la presidencia en este 2024 y por primera vez en la historia tendremos no una, sino dos transmisiones que serán plenamente accesibles a la comunidad sorda, que es una de las más excluidas de manera cotidiana en su derecho a la información.

Imagine usted un mundo, querido lector, lectora, donde alrededor las personas se comunicaran sin que usted entendiera nada. Si le va bien, alcanzaría escuchar lo que otras personas dicen pero en un audio muy bajo. Eso es lo que cotidianamente viven las personas sordas y con diversas discapacidades auditivas en México.

Lo hemos visto en estas campañas: con la justificación de que no hay dinero, sale caro, o quizá peor, porque no se hace bien, los partidos políticos, todos, no informan a la población con discapacidad. Son campañas inaccesibles, excluyentes.

Si hacen una página web, no contemplan el acceso a personas con discapacidad visual.

Si hacen un spot en video, transmiten una conferencia de prensa o un mitin, no contemplan incluir a un intérprete en Lengua de Señas Mexicana (LSM), o si lo hacen, lo hacen mal: vía un recuadro muy pequeño qué no permite la adecuada comprensión de lo que se dice o bien con una silueta recortada de la persona que interpreta contra un fondo qué no está pensado para ver adecuadamente todos los movimientos, lo cual sería cómo escuchar algo qué no se entiende bien.

De otros formatos accesibles, como la lectura fácil para personas con discapacidad intelectual ya ni hablamos. Tampoco conozco a ningún candidato o candidata que en estas elecciones haya hecho material en Braille o macrotipo.

Pero el domingo habrá un doble oasis de plena accesibilidad en el desierto de la falta de información. También, por primera vez, la comunidad sorda podrá hacer algo que las personas oyentes hacemos todos los días: elegir dónde ven el debate.

La comunidad sorda y algunos intérpretes oyentes muy comprometidos realizarán su transmisión. Es una joya de accesibilidad porque incorporan a intérpretes sordos (para lo cual necesitan a un intérprete oyente que les haga llegar la información), también porque se han puesto de acuerdo de manera previa, sobre las señas a utilizar. La LSM, como toda lengua, se transforma y hay siempre términos nuevos.

En Yo también fuimos a su ensayo y la crónica y el trabajo especializado que implica es muy interesante. Es un equipo de más de 30 personas las que trabajarán en esta transmisión online a través de ENAccesibilidad, en sus páginas de Facebook y su canal de YouTube. Esa es la primera opción.

Gracias a que habido ejemplos internacionales tanto en las elecciones de Estados Unidos, Colombia y Argentina, el INE junto con Canal Once y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado mexicano (SPR), producirán la transmisión de un debate simultáneo al tradicional con cuatro intérpretes en LSM a cuadro todo el tiempo: uno por cada persona candidata y otra con los moderadores, Denise Maerker y Manuel López San Martín. Esta es la segunda opción.

Además, las candidatas y el candidato podrán llevar a su propio intérprete en LSM al debate organizado por el INE, para garantizar que lo que digan sea transmitido de la mejor forma. No fuera a ser que desconfiaran de uno que les pusiera el Instituto. Todos llevarán al suyo.

¿Por qué se necesitan cuatro? Porque así la comunidad sorda puede ver claramente quién está diciendo qué. Incluso si hay Interrupciones, o cartelones con información cómo suele haber en estos casos. Por primera vez, comprenderán todo.

Pero, como encantamiento de carroza de Cenicienta, el oasis desaparecerá inmediatamente tras eso.

Uno de los temas de se debate es la discriminación. Y me queda muy claro que tanto Jorge Álvarez Máynez como Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum han discriminado a las personas con discapacidad de su derecho a la información en esta campaña.

¿Les preguntarán algo al respecto? Ojalá que sí. Hasta ahora, las autoridades electorales no han hecho un llamado para visibilizar esta constante inequidad, para que cumpla con la ley e informen a todas las personas, independientemente de su condición de vida.

por Katia D’Artigues

Este domingo 7 de abril será el primer debate entre las personas candidatas a la presidencia en este 2024 y por primera vez en la historia tendremos no una, sino dos transmisiones que serán plenamente accesibles a la comunidad sorda, que es una de las más excluidas de manera cotidiana en su derecho a la información.

Imagine usted un mundo, querido lector, lectora, donde alrededor las personas se comunicaran sin que usted entendiera nada. Si le va bien, alcanzaría escuchar lo que otras personas dicen pero en un audio muy bajo. Eso es lo que cotidianamente viven las personas sordas y con diversas discapacidades auditivas en México.

Lo hemos visto en estas campañas: con la justificación de que no hay dinero, sale caro, o quizá peor, porque no se hace bien, los partidos políticos, todos, no informan a la población con discapacidad. Son campañas inaccesibles, excluyentes.

Si hacen una página web, no contemplan el acceso a personas con discapacidad visual.

Si hacen un spot en video, transmiten una conferencia de prensa o un mitin, no contemplan incluir a un intérprete en Lengua de Señas Mexicana (LSM), o si lo hacen, lo hacen mal: vía un recuadro muy pequeño qué no permite la adecuada comprensión de lo que se dice o bien con una silueta recortada de la persona que interpreta contra un fondo qué no está pensado para ver adecuadamente todos los movimientos, lo cual sería cómo escuchar algo qué no se entiende bien.

De otros formatos accesibles, como la lectura fácil para personas con discapacidad intelectual ya ni hablamos. Tampoco conozco a ningún candidato o candidata que en estas elecciones haya hecho material en Braille o macrotipo.

Pero el domingo habrá un doble oasis de plena accesibilidad en el desierto de la falta de información. También, por primera vez, la comunidad sorda podrá hacer algo que las personas oyentes hacemos todos los días: elegir dónde ven el debate.

La comunidad sorda y algunos intérpretes oyentes muy comprometidos realizarán su transmisión. Es una joya de accesibilidad porque incorporan a intérpretes sordos (para lo cual necesitan a un intérprete oyente que les haga llegar la información), también porque se han puesto de acuerdo de manera previa, sobre las señas a utilizar. La LSM, como toda lengua, se transforma y hay siempre términos nuevos.

En Yo también fuimos a su ensayo y la crónica y el trabajo especializado que implica es muy interesante. Es un equipo de más de 30 personas las que trabajarán en esta transmisión online a través de ENAccesibilidad, en sus páginas de Facebook y su canal de YouTube. Esa es la primera opción.

Gracias a que habido ejemplos internacionales tanto en las elecciones de Estados Unidos, Colombia y Argentina, el INE junto con Canal Once y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado mexicano (SPR), producirán la transmisión de un debate simultáneo al tradicional con cuatro intérpretes en LSM a cuadro todo el tiempo: uno por cada persona candidata y otra con los moderadores, Denise Maerker y Manuel López San Martín. Esta es la segunda opción.

Además, las candidatas y el candidato podrán llevar a su propio intérprete en LSM al debate organizado por el INE, para garantizar que lo que digan sea transmitido de la mejor forma. No fuera a ser que desconfiaran de uno que les pusiera el Instituto. Todos llevarán al suyo.

¿Por qué se necesitan cuatro? Porque así la comunidad sorda puede ver claramente quién está diciendo qué. Incluso si hay Interrupciones, o cartelones con información cómo suele haber en estos casos. Por primera vez, comprenderán todo.

Pero, como encantamiento de carroza de Cenicienta, el oasis desaparecerá inmediatamente tras eso.

Uno de los temas de se debate es la discriminación. Y me queda muy claro que tanto Jorge Álvarez Máynez como Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum han discriminado a las personas con discapacidad de su derecho a la información en esta campaña.

¿Les preguntarán algo al respecto? Ojalá que sí. Hasta ahora, las autoridades electorales no han hecho un llamado para visibilizar esta constante inequidad, para que cumpla con la ley e informen a todas las personas, independientemente de su condición de vida.