Un 59% de los viajeros latinoamericanos reconocieron que visitan México para probar su comida, de acuerdo con una encuesta elaborada por Booking que, a propósito de esta inquietud de comilones, realizó un listado que exalta la gastronomía de los cinco destinos más ricos de nuestro país.
Guadalajara
Sus tortas ahogadas son inigualables, aunque las encuentres en otro lugar del país, no sabrán tan exquisitas como en estas tierras. Y si la acompañas con un tequila, vivirás toda la experiencia completa; según los productores, para degustar esta bebida como se debe, debes chupar un limón o naranja, tomar aire, “empinarte” el caballito de tequila, esperar unos segundos, exhalar y beber el líquido; inténtalo y verás cómo cambia el sabor.
Además, tienes que probar las jericallas, un postre típico del estado.
Playa del Carmen
Debes pasearte por la Quinta Avenida, una de las calles más transitadas del Caribe Mexicano, en ella se ubican gran parte de los restaurantes de la playa; hay una gran oferta gastronómica, desde comida argentina, italiana y hasta oriental, pero la que se lleva las palmas es la mexicana como la cochinita pibil, panuchos, salbutes y el queso relleno, además del ceviche, pescado a la tikin-xic, camarones y todos los mariscos que te puedas imaginar.
Cancún
La gastronomía de este destino es tan variada como sus playas y, por supuesto, está inspirada en la comida prehispánica, de ahí que la barbacoa maya acompañada de una sopa de lima sea la combinación favorita de muchos; pero no puedes dejar de probar la carne adobada en axiote, el pan de cazón y sus tamales.
No olvides las bebidas tradicionales, la más representativa es el saká, hecha con base de maíz que solía ofrecerse como tributo a los dioses o el Xtabetún que se produce con la miel de las abejas y se puede combinar para hacer cócteles o consumir en esta puro, no lo confundas con el Balché -otra bebida típica- la diferencia es que esta última es una especie de hidromiel hecha con corteza y raíces del árbol que lleva el mismo nombre.
Puebla
El tour gastronómico empieza por el mole poblano -hecho por primera vez en el siglo XVII en el Convento de Santa Rosa- y sigue con los chiles en nogada que nos hacen recordar los colores patrios con cada bocado. Pero eso no es todo, para los garnacheros están las chalupas poblanas -unos sopes pequeños usados a modo de entrada-, los molotes o una cemita, ambas recetas que, surgieron durante la conquista como una fusión entre la comida prehispánica y la cocina española.
Mientras que para la hora del postre querrás comer camotes poblanos o tortitas de Santa Clara cuya cubierta está hecha con base de pepita de calabaza y, para cerrar con broche de oro, bebe una pasita, un licor de uvas pasas cuya tradición supera los 100 años y fu creado en la cantina La Pasita, la cual sigue abierta hasta la fecha y se encuentra en el corazón de Puebla.
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