El cabello es una de las características más importantes en el físico de las personas, no importa si eres hombre o mujer, una melena saludable siempre es necesaria.
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Si últimamente sientes que tu cabello crece de forma más lenta o que definitivamente ya no crece, te contamos sobre algunos factores que pueden contribuir a esta situación.
¿Por qué no me crece el pelo?
La caída del pelo es natural, todos los días los seres humanos perdemos entre 100 y 200 cabellos diarios.
Sin embargo, dependiendo de la edad, el género o la genética; el grosor del cabello se puede adelgazar con el tiempo e incluso crecer de forma más lenta.
Herencia genética
De acuerdo con el portal especializado, Clínica del Pelo, la herencia genética determina desde la pigmentación hasta la longitud máxima que el cabello va tener a lo largo de la vida de una persona. El ciclo del cabello se divide en tres etapas: Anágena (crecimiento), Catágena (reposo) y Telógena (caída).
En la última etapa que es la de caída, se reinicia el ciclo de crecimiento naturalmente, no obstante, el ritmo y la duración de las tres etapas, varía de una persona a otra.
Adelgazamiento del cabello
El adelgazamiento del cabello puede confundirse con la idea de que el pelo está creciendo de una forma más lenta debido a la pérdida de volúmen.
Esta situación puede desencadenar el envejecimiento, alguna infección micótica en el cuero cabelludo o una alimentación deficiente con ausencia de vitaminas, hierro y nutrientes, de acuerdo con Sanitas.
Cambios hormonales
Los cambios hormonales también interfieren en el crecimiento del cabello, según Mayo Clinic en las mujeres, por ejemplo, el embarazo, el parto y la menopausia pueden afectar la calidad del pelo, o bien, las personas con problemas de tiroides, también pueden ver afectado el crecimiento.
Estrés, depresión y consumo de medicamentos
Cuando una persona es sometida a un suceso impactante, el estrés puede tener consecuencias en el cabello. Las personas deprimidas pueden padecer una ralentización de todas las funciones orgánicas, por lo que el crecimiento del pelo también puede afectarse.
Una enfermedad crónica como diabetes, lupus, cáncer, artritis o presión arterial pueden afectar el crecimiento del pelo como consecuencia de los efectos secundarios del consumo de ciertos medicamentos.
Si has visto cambios notables en el volumen o calidad de tu pelo, lo ideal es que acudas con un especialista para recibir un tratamiento creado específicamente para tus necesidades.