/ sábado 27 de abril de 2024

De la pluma de Miguel Reyes Razo / Cortés Camarillo tras los pasos de Gabo (VII)

Sacudía al mundo la lectura de "Cien Años de Soledad". La Editorial Sudamericana acumulaba enormes ganacias. Imprimía y distribuía decenas de miles de ejemplares de la obra que lucía en su portada galeones encallados. Fragmento de la genial narración. José Arcadio Buendía reunió a un puñado de hombres que dejaron a sus mujeres e hijos en Macondo y hallaron esos restos en la frustrada expedición. Los integrantes del "boom" latinoamericano de escritores gozaban el triunfo universal del colombiano Gabriel García Márquez. Residente muy bien arraigado en México. "Gabo" Reportero. "Gabo", autor de argumentos y guiones cinematográficos. "Gabo" voz y defensa de la Revolución cubana y del Comandante Fídel Castro Ruz. "Gabo" muy amigo del periodista mexicano Jacobo Zabludovsky.

"Estaba en París. Un viaje con Sarita, mi esposa. Entré a una zapatería y me hallé con Gabriel García Márquez. Estaba en lo mismo. Eramos amigos desde los días en que dirigió la revista "Sucesos para Todos" con la columna de Nikito Nipongo. Encuentro inolvidable: "un día vas a obtener el Premio Nobel, Gabo" -le dije. Y nos fuimos atrás de La Madeleine a comer delicias y a beber champoagne. No me equivoqué. La Academia Sueca atendió a la sensibilidad de una obra espléndida. Libro de bello idioma. Tan importante como "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha...

García Márquez viajero. A Barcelona. A tratar con poderosa representante literaria. La señora Bacells. Consagrados la procuraban. Ganadores de premios literarios se esperanzaban. El mexicano Vicente Leñero obtuvo el Seix Barral por su genial "Los Albañilles". Recibió promesas de la asediada representante. De ahí no pasó.

Gabriel García Márquez retorna a México. Busca a su gran amigo Jorge Martínez de Hoyos. Macizo, serio actor. Personaje de la cinta "Tiempo de Morir". En el guión -que escribió García Márquez- era "El Charro". Marga López, Jorge Martínez de Hoyos, Enrique Rocha y Alfredo Leal la pusieron en la pantalla de los cines.

"Es hora -decidió Jacobo Zabludovsky de entrevistar -largo y tendido- a Gabriel García Márquez. Yo mismo haré ese trabajo. Sé muchas cosas de él. Es mi amigo. Exclusiva de "24 HORAS". Ya. Le diré a Félix Cortés Camarillo que arregle todo.

"Lupita, que venga Cortés Camarillo.

Hizo su trabajo el activo Félix Cortés Camarillo. Entusiasmó a su jefe:

"Bien pensado, señor. Un golpazo del noticiario. De Usted. No hay quien lo haga mejor. Un trancazo. Voy...

Regresó con las manos vacías:

"Dice que no, Licenciado. Gabriel García Márquez agradece la intención. Le manda muchos saludos. Pero dice que no. Asegura que ninguna televisora del mundo consigue meterlo a un estudio y ponerlo bajo reflectores para interrogarlo. Ya le dije. Le propuse. Casi le rogué. Y nada. No quiere , Licenciado.

No se rindió Jacobo. Tampoco desdeñó el esfuerzo del leal Félix Cortés Camarillo. Innegable su esfuerzo y pasión en la confección cotidiana del informativo.

"Déjame darle vueltas, Félix. Nos tiene que salir.

Puesto a cavilar los medios de que se valdría para convecer al famoso autor, Jacobo Zabludovsky pulió argumentos. Repasó antiguas conversaciones con el iluminado escritor. Revisó gustos y debilidades del novelista. Prefirió estimular sus gustos. Examinó posibles escenarios.

"¡Qué te parece, Félix -planteó Jacobo Zabludovsky- si lo invitamos a comer y ahí a la hora de los aperitivos llegan los camarógrafos y los iluminadores y ahí mismo - a la de tres - montamos en el restaurante el escenario. ¿Qué opinas?

"Magnófico, Licenciado. No se podrá negar. Y como usted dice, ya con un copetín entre pecho y espalda. y con lo buenos amigos que ustedes son , la entrevista saldrá "de perlas". Gabo soltará la lengua. A todo dar...

"Hay que ver -dijo, cauteloso, Jacobo Zabluidivsky- donde la hacemos. Se necesita un lugar de excelente fama y muy discreto. Nada alharaquiento. Un comedero donde se pueda platicar sin provocar la curiosidad de otros comensales que alcen la voz, o hasta quieran acercarse a presenciar la plática. E importa mucho que los parroquianos respeten lo que a su derrredor sucede. ¿Dónde sugieres, Félix?"

"Pues déjeme darle vueltas al asunto, Licenciado.Sí -concedió el atento colaborador- el escenario es muy importante. Que no se desborde. Que el ruido aturda. Todo importa. A ver...

"A mi se me ocurre -reveló Jacobo Zabludovsky- que el restaurante "Passy" es ideal. Mira -invitó- es una casa muy discreta. Las dependencias son salones. Y tiene un jardín -al fondo- con una yedra que cubre por completo una pared. El dueño del "Passy" es un muy buen amigo mío. Se llama Miguel Ángel Ortega. Es un restaurantero muy profesional. Su restaurante es visitado por muchos políticos, banqueros, artistas. Uno de sus comensales más constantes es Alvaro González Mariscal. Este señor fue Jefe de Prensa de Gilberto Flores Muñoz cuando fue Secretario de Agricultura y del Presidente López Mateos. Era, fue el segundo de a bordo con Humberto Romero. Alvaro tiene un hermano, Gregorio, se lllama. Cirujano del Instituto Nacional de Neurología. Muy buen médico. El atendió a mi hijo Abraham. ¿Qué te parece?"

"Magníficoi, Licenciado. Excelente idea. Ni hablar. Creo que para hacer una buena "composición de lugar" es muy útil emprenderla al "Passy". Y ya -entrados en gastos- me invita usted a comer ahí. ¿Qué le parece?

"¡Ay, chiquito! -rezongó festivo Jacono Zabludosvky. Tú no das "paso sin guarache. Ni modo. Ya me tocaba. Vamos.

Y Jacobo Zabludovsky y félix Cortés Camarillo se fueron a yantar al muy afamado "Passy" de la calle Amberes en la -entonces- muy exclusiva Zona Rosa.

La entrevista a Gabriel García Márquez estaba en marchja.


C. O. N. T. I. N. U. A. R. Ä. C. O. N. T. I. N. U. A. R. Á

Sacudía al mundo la lectura de "Cien Años de Soledad". La Editorial Sudamericana acumulaba enormes ganacias. Imprimía y distribuía decenas de miles de ejemplares de la obra que lucía en su portada galeones encallados. Fragmento de la genial narración. José Arcadio Buendía reunió a un puñado de hombres que dejaron a sus mujeres e hijos en Macondo y hallaron esos restos en la frustrada expedición. Los integrantes del "boom" latinoamericano de escritores gozaban el triunfo universal del colombiano Gabriel García Márquez. Residente muy bien arraigado en México. "Gabo" Reportero. "Gabo", autor de argumentos y guiones cinematográficos. "Gabo" voz y defensa de la Revolución cubana y del Comandante Fídel Castro Ruz. "Gabo" muy amigo del periodista mexicano Jacobo Zabludovsky.

"Estaba en París. Un viaje con Sarita, mi esposa. Entré a una zapatería y me hallé con Gabriel García Márquez. Estaba en lo mismo. Eramos amigos desde los días en que dirigió la revista "Sucesos para Todos" con la columna de Nikito Nipongo. Encuentro inolvidable: "un día vas a obtener el Premio Nobel, Gabo" -le dije. Y nos fuimos atrás de La Madeleine a comer delicias y a beber champoagne. No me equivoqué. La Academia Sueca atendió a la sensibilidad de una obra espléndida. Libro de bello idioma. Tan importante como "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha...

García Márquez viajero. A Barcelona. A tratar con poderosa representante literaria. La señora Bacells. Consagrados la procuraban. Ganadores de premios literarios se esperanzaban. El mexicano Vicente Leñero obtuvo el Seix Barral por su genial "Los Albañilles". Recibió promesas de la asediada representante. De ahí no pasó.

Gabriel García Márquez retorna a México. Busca a su gran amigo Jorge Martínez de Hoyos. Macizo, serio actor. Personaje de la cinta "Tiempo de Morir". En el guión -que escribió García Márquez- era "El Charro". Marga López, Jorge Martínez de Hoyos, Enrique Rocha y Alfredo Leal la pusieron en la pantalla de los cines.

"Es hora -decidió Jacobo Zabludovsky de entrevistar -largo y tendido- a Gabriel García Márquez. Yo mismo haré ese trabajo. Sé muchas cosas de él. Es mi amigo. Exclusiva de "24 HORAS". Ya. Le diré a Félix Cortés Camarillo que arregle todo.

"Lupita, que venga Cortés Camarillo.

Hizo su trabajo el activo Félix Cortés Camarillo. Entusiasmó a su jefe:

"Bien pensado, señor. Un golpazo del noticiario. De Usted. No hay quien lo haga mejor. Un trancazo. Voy...

Regresó con las manos vacías:

"Dice que no, Licenciado. Gabriel García Márquez agradece la intención. Le manda muchos saludos. Pero dice que no. Asegura que ninguna televisora del mundo consigue meterlo a un estudio y ponerlo bajo reflectores para interrogarlo. Ya le dije. Le propuse. Casi le rogué. Y nada. No quiere , Licenciado.

No se rindió Jacobo. Tampoco desdeñó el esfuerzo del leal Félix Cortés Camarillo. Innegable su esfuerzo y pasión en la confección cotidiana del informativo.

"Déjame darle vueltas, Félix. Nos tiene que salir.

Puesto a cavilar los medios de que se valdría para convecer al famoso autor, Jacobo Zabludovsky pulió argumentos. Repasó antiguas conversaciones con el iluminado escritor. Revisó gustos y debilidades del novelista. Prefirió estimular sus gustos. Examinó posibles escenarios.

"¡Qué te parece, Félix -planteó Jacobo Zabludovsky- si lo invitamos a comer y ahí a la hora de los aperitivos llegan los camarógrafos y los iluminadores y ahí mismo - a la de tres - montamos en el restaurante el escenario. ¿Qué opinas?

"Magnófico, Licenciado. No se podrá negar. Y como usted dice, ya con un copetín entre pecho y espalda. y con lo buenos amigos que ustedes son , la entrevista saldrá "de perlas". Gabo soltará la lengua. A todo dar...

"Hay que ver -dijo, cauteloso, Jacobo Zabluidivsky- donde la hacemos. Se necesita un lugar de excelente fama y muy discreto. Nada alharaquiento. Un comedero donde se pueda platicar sin provocar la curiosidad de otros comensales que alcen la voz, o hasta quieran acercarse a presenciar la plática. E importa mucho que los parroquianos respeten lo que a su derrredor sucede. ¿Dónde sugieres, Félix?"

"Pues déjeme darle vueltas al asunto, Licenciado.Sí -concedió el atento colaborador- el escenario es muy importante. Que no se desborde. Que el ruido aturda. Todo importa. A ver...

"A mi se me ocurre -reveló Jacobo Zabludovsky- que el restaurante "Passy" es ideal. Mira -invitó- es una casa muy discreta. Las dependencias son salones. Y tiene un jardín -al fondo- con una yedra que cubre por completo una pared. El dueño del "Passy" es un muy buen amigo mío. Se llama Miguel Ángel Ortega. Es un restaurantero muy profesional. Su restaurante es visitado por muchos políticos, banqueros, artistas. Uno de sus comensales más constantes es Alvaro González Mariscal. Este señor fue Jefe de Prensa de Gilberto Flores Muñoz cuando fue Secretario de Agricultura y del Presidente López Mateos. Era, fue el segundo de a bordo con Humberto Romero. Alvaro tiene un hermano, Gregorio, se lllama. Cirujano del Instituto Nacional de Neurología. Muy buen médico. El atendió a mi hijo Abraham. ¿Qué te parece?"

"Magníficoi, Licenciado. Excelente idea. Ni hablar. Creo que para hacer una buena "composición de lugar" es muy útil emprenderla al "Passy". Y ya -entrados en gastos- me invita usted a comer ahí. ¿Qué le parece?

"¡Ay, chiquito! -rezongó festivo Jacono Zabludosvky. Tú no das "paso sin guarache. Ni modo. Ya me tocaba. Vamos.

Y Jacobo Zabludovsky y félix Cortés Camarillo se fueron a yantar al muy afamado "Passy" de la calle Amberes en la -entonces- muy exclusiva Zona Rosa.

La entrevista a Gabriel García Márquez estaba en marchja.


C. O. N. T. I. N. U. A. R. Ä. C. O. N. T. I. N. U. A. R. Á