/ jueves 26 de septiembre de 2019

Disruptores | Misión admisión: La llave a la universidad

La firma ofrece un modelo mixto de asesoría que incluye cursos online y presenciales para que los jóvenes aprueben sus exámenes de ingreso

Cada año, siete de cada 10 aspirantes a un lugar en las universidades públicas del país son rechazados poco más de 400 mil muchachos para los cuales el sistema educativo en México no obtiene un espacio.

La población joven crece y la oferta educativa pública no puede mantenerle el paso a la demanda. A su vez, gran parte de los muchachos que egresan de la preparatoria no tiene las herramientas para estar al nivel que exige la competencia por el privilegio de estudiar.

Este contexto adverso se ha convertido en suelo fértil para un mercado de preparación educativa en línea en ascenso, cursos por internet que prometen a la juventud una mejor preparación.

Sin embargo, para Paco Cetina, un emprendedor yucateco y cuya empresa ya ha sido validada por distintos fondos de inversión y aceleradoras, la tecnología por sí sola no alcanza para darle solución a esta problemática.

“La demanda es brutal. Para donde mires te topas con puntajes perfectos. Entonces, si un chico quiere ingresar a la universidad, de verdad se tiene que romper la madre, es un horror. De verdad hay que estudiar mucho.

“Y para un chico de 16 años, la bronca es que no tenemos las competencias para estudiar por cuenta propia solamente a través de internet, esa es la neta, no lo aprendimos a hacer y no se nos enseñó en la escuela a pesar de que eso está cambiando. Entonces, si quieres ser admitido tienes que ser muy competitivo”.

El negocio de la empresa de Paco, Misión Admisión, se explica por sí solo. Mediante una mezcla de cursos presenciales, en línea o a distancia, Misión Admisión¡ toma los mejores elementos del mercado de preparación estudiantil para el examen de admisión a las universidades públicas y lo entrega a los muchachos en un producto.

Mediante la plataforma, los muchachos reciben mentorías y clases presenciales, pero aparejadas de una plataforma digital que aporta valor agregado y complejidad al modelo de negocios.

Foto: Cortesía

Los muchachos acceden a más de 95 mil horas de contenido en video para su preparación, donde se les explica de una forma dinámica y visualmente llamativa los temas que se incluyen en los exámenes de admisión.

Estos materiales, que apoyan las enseñanzas en clases presenciales, preparan a los muchachos para una serie de ejercicios en línea y simuladores de examen a los que se someten, asegurando así una preparación óptima para la prueba oficial.

Según explica Paco, la data generada por estas pruebas y ejercicios son incorporadas al curso presencial de los muchachos al momento, y así se subsanan deficiencias. Todo esto otorga a Misión Admisión una capa tecnológica adicional y personal que la competencia de cursos en línea o presenciales no ofrecen en la actualidad.

Por ejemplo, los muchachos y maestros conocen en tiempo real que un candidato puede tener buenos resultados en estructura de la lengua, pero hace falta poner mayor énfasis en el razonamiento matemático. El curso entonces se aboca a resolver el problema.

Según Paco, este uso de la data y una estructura ágil en el plan de estudios ha llevado a los alumnos de Misión Admisión a tener una tasa de aceptación de 80 por ciento en universidades públicas.

“La data que nos ofrece la plataforma nos permite dar una retroalimentación inmediata, podemos indicarle a los profesores que están impartiendo los cursos el desempeño de sus alumnos. Sabemos quiénes entran a la plataforma, qué realizan, pero más importante, podemos identificar qué alumnos necesitan más apoyo y eso es inmediato”.

“Nadie está haciendo este blend de nosotros. Nuestro propósito como empresa es inspirar y motivar para que las personas libren los obstáculos y continúen estudiando, porque el examen de admisión no va a ser el único problema que se les va a presentar en la vida”.

UN MAESTRO HÍBRIDO

Paco se dedica al negocio de la preparación estudiantil desde hace 18 años, pero sólo desde hace cuatro decidió darle un giro a su empresa para prepararla frente a la disrupción que presenta el internet en los sistemas educativos tradicionales.

Desde 2001, junto a su hermano, Paco dirigía una escuela en el centro de Mérida, Yucatán, donde se preparaba a muchachos para los exámenes de admisión, en el edificio que antes fuera el Hotel Posada San Manuel, fundado por los abuelos de Paco en la década de 1960.

Según explica Paco, por la seguridad pública que ofrece y el explosivo crecimiento inmobiliario, Yucatán se ha ido convirtiendo en una meca del estudio para jóvenes del Sureste de México, provenientes de Quintana Roo, Chiapas, Tabasco o Campeche. Esta migración ha ejercido mayor presión por demanda en los servicios educativos, por lo que se ha recrudecido la competencia entre muchachos para ganarse un lugar.

Como parte de la promoción de su escuela, Paco había ideado un libro llamado Misión Admisión , con el cual los estudiantes de las comunidades de Yucatán podrían prepararse para los exámenes de admisión por cuenta propia y a un precio reducido.

“Ahí nos dimos cuenta que la brecha en la preparación de los muchachos es terrible. Una chica nos dijo 'oye pues qué caso tiene presentar ese examen si sabemos que los de Mérida están mejor preparados que nosotros para entrar a la universidad'. Creamos Misión Admisión porque queríamos cerrar esa brecha.

Foto: Cortesía

“En 2013 empecé a inquietarme. Tuve esa visión post-apocalíptica del negocio en la que nosotros éramos Blockbuster e iba a llegar el Netflix y nos iba a sacar del mercado. Por esa razón es que creamos Misión Admisión, porque dijimos, hay que dar ese salto hacia lo digital”.

Entonces, a partir de 2015 Paco decidió maridar las clases presenciales que ya ofrecía, con su plataforma digital de contenidos, evaluación y análisis de datos.

“Nos encontramos con muchos usuarios aprendiendo por internet solamente, pero nos dimos cuenta que estaban dispuestos a pagarnos un curso presencial, pero con mejores beneficios, entonces decidimos hacer esto”.

“Hay un enorme mercado de personas que toman cursos presenciales y está súper vivo, está vigente.

Alguna vez un inversionista que fui a ver me dijo que ese mercado ya estaba muy pulverizado, tú volteas y ves cada vez más lugares que dan cursos, tú dime si no tiene sentido hacerlo presencial. Cada vez hay más demanda de ese servicio”, añade Paco.

El modelo mixto le ha valido a Paco la inversión, asesoría o premiaciones de instituciones como 500 Startups, IBM Endeavor, Chivas The Venture y Qualcomm.

Paco ejemplifica el razonamiento de crear un modelo híbrido entre lo presencial y lo digital con lo que sucede con empresas como Amazon o Alibaba, las cuales nacieron digitales pero invierten recursos para establecer tiendas físicas.

Al contrario, conglomerados basados en el retail presencial, como Walmart, están apuntando sus baterías hacia el comercio electrónico.

“Va a pasar una de las dos cosas, Amazon se convierte en Walmart o Walmart se convierte en Amazon. ¿Por qué sólo ellos pueden hacer eso y no lo hacen los emprendedores?

“Es lo que quiere el mercado. Hay construir esa solución, la gente quiere un curso presencial, porque si no sabes estudiar en línea entonces ¿qué vas a hacer? Este mundo es de apuestas, y la mía es por los híbridos”.

MISIÓN EXPANSIÓN

Al momento Misión Admisión ofrece capacitación digital de ingreso universitario para el examen EXANI-II, que es aquel que da entrada a casi todas las universidades estatales del país.

Paco adelanta que se está trabajando en planes de estudio para las tres principales casas de estudio federales, la UNAM, el IPN y la UAM.

Actualmente la empresa sólo tiene seis planteles distribuidos en la península de Yucatán, en los que se puede llevar el sistema mixto presencial y digital. La idea es cerrar este ciclo escolar con 10 planteles y comenzar la expansión hacia estados como Nuevo León, Estado de México, Guanajuato o Hidalgo.

Así, la empresa se encuentra buscando potenciales socios en escuelas privadas o autoridades escolares públicas locales que quieran llevar el modelo a sus centros. Misión Admisión provee el know how y los socios lo operan. “La prueba de fuego para nosotros es operar centros de estudio fuera de fuera de la península Yucatán. Estamos en búsqueda de socios que quieran importarlo y hay mucho interés en las autoridades de la escuela en que sus alumnos tengan la posibilidad de tomar el curso a un precio preferencial y ofertar al resto de la zona de influencia la escuela.

Foto: Cortesía

“También desde el verano estamos en pláticas con algunos posibles socios potenciales, algunos incluso son cadenas de escuelas a nivel nacional”.

Esta expansión del modelo de Misión Admisión a otros estados, explica Paco, no sólo resulta interesante para estudiantes, sino para maestros también, quienes pueden estar dispuestos a monetizar sus tiempos libres dando clases dentro del sistema.

Al final, refiere, es convertirse en una fuerza que aliente a los muchachos a no dejar de lado la preparación universitaria, pues ésta es el semillero para una vida con más y mejores oportunidades.

“Nuestra misión es esta porque hay una cosa muy concreta que ocurre cuando tú estudias (...) y es el achicar el tiempo para que no sea la vida la que te enseñe, para que la curva de aprendizaje sea más rápida.

“Muchas de las personas, muchas de las cosas que determinan tu futuro ocurren en la universidad, conocer gente, hacer contactos, conocer otros mundos. Entonces ir a la universidad va más allá del aprendizaje, se trata de estar en el lugar correcto con las personas correctas”.

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Cada año, siete de cada 10 aspirantes a un lugar en las universidades públicas del país son rechazados poco más de 400 mil muchachos para los cuales el sistema educativo en México no obtiene un espacio.

La población joven crece y la oferta educativa pública no puede mantenerle el paso a la demanda. A su vez, gran parte de los muchachos que egresan de la preparatoria no tiene las herramientas para estar al nivel que exige la competencia por el privilegio de estudiar.

Este contexto adverso se ha convertido en suelo fértil para un mercado de preparación educativa en línea en ascenso, cursos por internet que prometen a la juventud una mejor preparación.

Sin embargo, para Paco Cetina, un emprendedor yucateco y cuya empresa ya ha sido validada por distintos fondos de inversión y aceleradoras, la tecnología por sí sola no alcanza para darle solución a esta problemática.

“La demanda es brutal. Para donde mires te topas con puntajes perfectos. Entonces, si un chico quiere ingresar a la universidad, de verdad se tiene que romper la madre, es un horror. De verdad hay que estudiar mucho.

“Y para un chico de 16 años, la bronca es que no tenemos las competencias para estudiar por cuenta propia solamente a través de internet, esa es la neta, no lo aprendimos a hacer y no se nos enseñó en la escuela a pesar de que eso está cambiando. Entonces, si quieres ser admitido tienes que ser muy competitivo”.

El negocio de la empresa de Paco, Misión Admisión, se explica por sí solo. Mediante una mezcla de cursos presenciales, en línea o a distancia, Misión Admisión¡ toma los mejores elementos del mercado de preparación estudiantil para el examen de admisión a las universidades públicas y lo entrega a los muchachos en un producto.

Mediante la plataforma, los muchachos reciben mentorías y clases presenciales, pero aparejadas de una plataforma digital que aporta valor agregado y complejidad al modelo de negocios.

Foto: Cortesía

Los muchachos acceden a más de 95 mil horas de contenido en video para su preparación, donde se les explica de una forma dinámica y visualmente llamativa los temas que se incluyen en los exámenes de admisión.

Estos materiales, que apoyan las enseñanzas en clases presenciales, preparan a los muchachos para una serie de ejercicios en línea y simuladores de examen a los que se someten, asegurando así una preparación óptima para la prueba oficial.

Según explica Paco, la data generada por estas pruebas y ejercicios son incorporadas al curso presencial de los muchachos al momento, y así se subsanan deficiencias. Todo esto otorga a Misión Admisión una capa tecnológica adicional y personal que la competencia de cursos en línea o presenciales no ofrecen en la actualidad.

Por ejemplo, los muchachos y maestros conocen en tiempo real que un candidato puede tener buenos resultados en estructura de la lengua, pero hace falta poner mayor énfasis en el razonamiento matemático. El curso entonces se aboca a resolver el problema.

Según Paco, este uso de la data y una estructura ágil en el plan de estudios ha llevado a los alumnos de Misión Admisión a tener una tasa de aceptación de 80 por ciento en universidades públicas.

“La data que nos ofrece la plataforma nos permite dar una retroalimentación inmediata, podemos indicarle a los profesores que están impartiendo los cursos el desempeño de sus alumnos. Sabemos quiénes entran a la plataforma, qué realizan, pero más importante, podemos identificar qué alumnos necesitan más apoyo y eso es inmediato”.

“Nadie está haciendo este blend de nosotros. Nuestro propósito como empresa es inspirar y motivar para que las personas libren los obstáculos y continúen estudiando, porque el examen de admisión no va a ser el único problema que se les va a presentar en la vida”.

UN MAESTRO HÍBRIDO

Paco se dedica al negocio de la preparación estudiantil desde hace 18 años, pero sólo desde hace cuatro decidió darle un giro a su empresa para prepararla frente a la disrupción que presenta el internet en los sistemas educativos tradicionales.

Desde 2001, junto a su hermano, Paco dirigía una escuela en el centro de Mérida, Yucatán, donde se preparaba a muchachos para los exámenes de admisión, en el edificio que antes fuera el Hotel Posada San Manuel, fundado por los abuelos de Paco en la década de 1960.

Según explica Paco, por la seguridad pública que ofrece y el explosivo crecimiento inmobiliario, Yucatán se ha ido convirtiendo en una meca del estudio para jóvenes del Sureste de México, provenientes de Quintana Roo, Chiapas, Tabasco o Campeche. Esta migración ha ejercido mayor presión por demanda en los servicios educativos, por lo que se ha recrudecido la competencia entre muchachos para ganarse un lugar.

Como parte de la promoción de su escuela, Paco había ideado un libro llamado Misión Admisión , con el cual los estudiantes de las comunidades de Yucatán podrían prepararse para los exámenes de admisión por cuenta propia y a un precio reducido.

“Ahí nos dimos cuenta que la brecha en la preparación de los muchachos es terrible. Una chica nos dijo 'oye pues qué caso tiene presentar ese examen si sabemos que los de Mérida están mejor preparados que nosotros para entrar a la universidad'. Creamos Misión Admisión porque queríamos cerrar esa brecha.

Foto: Cortesía

“En 2013 empecé a inquietarme. Tuve esa visión post-apocalíptica del negocio en la que nosotros éramos Blockbuster e iba a llegar el Netflix y nos iba a sacar del mercado. Por esa razón es que creamos Misión Admisión, porque dijimos, hay que dar ese salto hacia lo digital”.

Entonces, a partir de 2015 Paco decidió maridar las clases presenciales que ya ofrecía, con su plataforma digital de contenidos, evaluación y análisis de datos.

“Nos encontramos con muchos usuarios aprendiendo por internet solamente, pero nos dimos cuenta que estaban dispuestos a pagarnos un curso presencial, pero con mejores beneficios, entonces decidimos hacer esto”.

“Hay un enorme mercado de personas que toman cursos presenciales y está súper vivo, está vigente.

Alguna vez un inversionista que fui a ver me dijo que ese mercado ya estaba muy pulverizado, tú volteas y ves cada vez más lugares que dan cursos, tú dime si no tiene sentido hacerlo presencial. Cada vez hay más demanda de ese servicio”, añade Paco.

El modelo mixto le ha valido a Paco la inversión, asesoría o premiaciones de instituciones como 500 Startups, IBM Endeavor, Chivas The Venture y Qualcomm.

Paco ejemplifica el razonamiento de crear un modelo híbrido entre lo presencial y lo digital con lo que sucede con empresas como Amazon o Alibaba, las cuales nacieron digitales pero invierten recursos para establecer tiendas físicas.

Al contrario, conglomerados basados en el retail presencial, como Walmart, están apuntando sus baterías hacia el comercio electrónico.

“Va a pasar una de las dos cosas, Amazon se convierte en Walmart o Walmart se convierte en Amazon. ¿Por qué sólo ellos pueden hacer eso y no lo hacen los emprendedores?

“Es lo que quiere el mercado. Hay construir esa solución, la gente quiere un curso presencial, porque si no sabes estudiar en línea entonces ¿qué vas a hacer? Este mundo es de apuestas, y la mía es por los híbridos”.

MISIÓN EXPANSIÓN

Al momento Misión Admisión ofrece capacitación digital de ingreso universitario para el examen EXANI-II, que es aquel que da entrada a casi todas las universidades estatales del país.

Paco adelanta que se está trabajando en planes de estudio para las tres principales casas de estudio federales, la UNAM, el IPN y la UAM.

Actualmente la empresa sólo tiene seis planteles distribuidos en la península de Yucatán, en los que se puede llevar el sistema mixto presencial y digital. La idea es cerrar este ciclo escolar con 10 planteles y comenzar la expansión hacia estados como Nuevo León, Estado de México, Guanajuato o Hidalgo.

Así, la empresa se encuentra buscando potenciales socios en escuelas privadas o autoridades escolares públicas locales que quieran llevar el modelo a sus centros. Misión Admisión provee el know how y los socios lo operan. “La prueba de fuego para nosotros es operar centros de estudio fuera de fuera de la península Yucatán. Estamos en búsqueda de socios que quieran importarlo y hay mucho interés en las autoridades de la escuela en que sus alumnos tengan la posibilidad de tomar el curso a un precio preferencial y ofertar al resto de la zona de influencia la escuela.

Foto: Cortesía

“También desde el verano estamos en pláticas con algunos posibles socios potenciales, algunos incluso son cadenas de escuelas a nivel nacional”.

Esta expansión del modelo de Misión Admisión a otros estados, explica Paco, no sólo resulta interesante para estudiantes, sino para maestros también, quienes pueden estar dispuestos a monetizar sus tiempos libres dando clases dentro del sistema.

Al final, refiere, es convertirse en una fuerza que aliente a los muchachos a no dejar de lado la preparación universitaria, pues ésta es el semillero para una vida con más y mejores oportunidades.

“Nuestra misión es esta porque hay una cosa muy concreta que ocurre cuando tú estudias (...) y es el achicar el tiempo para que no sea la vida la que te enseñe, para que la curva de aprendizaje sea más rápida.

“Muchas de las personas, muchas de las cosas que determinan tu futuro ocurren en la universidad, conocer gente, hacer contactos, conocer otros mundos. Entonces ir a la universidad va más allá del aprendizaje, se trata de estar en el lugar correcto con las personas correctas”.

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