La construcción de la nueva refinería de Dos Bocas por parte de Pemex y bajo la supervisión de la Secretaría de Energía (Sener) eleva los riesgos de retrasos y de sobregiros en los costos en el proyecto, lo que podría sumar más presión a las finanzas de la petrolera o del gobierno, advirtió Peter Speer, vicepresidente senior de Moody’s Investors Service.
“El hecho que avance el proyecto bajo la supervisión de Pemex y la Secretaría de Energía, suma una tarea más para el equipo directivo de Pemex, que ya se encuentra luchando por frenar la caída en la producción de crudo y mejorar las refinerías existentes. Esto también eleva el riesgo de retrasos y sobregiros de costos que pudieran sumar más presión a las finanzas de Pemex o del gobierno”, indicó el analista.
Como lo había adelantado El Sol de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó este jueves que se declaró desierta la licitación de la refinería, a la que el gobierno invitó a cuatro empresas a participar: Consorcio Bechtel-Techint, Consorcio Worley Parsons Jacobs, Technip y KBR.
El mandatario justificó la decisión debido a que las empresas excedían el costo de inversión de 8 mil millones de dólares y el tiempo estimado de construcción de tres años, por lo que anunció que el proyecto estará a cargo de Pemex y la Sener e iniciará el próximo 2 de junio para concluirse en mayo de 2022.
El analista de Moody’s concluyó que la noticia del gobierno federal valida la preocupación de la calificadora con respecto a que los estimados del gobierno de México fueron optimistas.
La preocupación se acrecenta cuando el análisis técnico, el cual tuvo acceso este diario, señala que no es posible construir la refinería en tres años.
Además se prevé un costo entre 15 mil y 17 mil millones de dólares, el doble de lo que anunció este día el Jefe del Ejecutivo.
El presidente López Obrador ya recibió de manos de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, este análisis donde se recomienda planear una refinería de menor capacidad para alcanzar la inversión inicial proyectada de 8 mil millones de dólares, pero no será rentable. Se sugiere cancelar la obra. Frenar la licitación y revisar nuevos proyectos. O gastar el doble de lo planeado y esperar más de seis años para que entre en operación.